Decenas de gallegos atrapados en Fuerteventura a causa de un dron

Decenas de ciudadanos gallegos estuvieron esta mañana atrapados en el aeropuerto de Fuerteventura. Según indicaron, la presencia de un dron en una de las playas lindantes obligó a desviar el vuelo que, con salida en Santiago de Compostela, iba a aterrizar en la isla. Pasadas las 10.30, hora peninsular, la espera había terminado y empezaban a embarcar para volver a casa.

El avión desviado era el mismo que iba a recoger a esos viajeros gallegos para tomar rumbo a la capital de Galicia a las 8.05, hora insular.

La aeronave, de la compañía Ryanair y procedente de Compostela, fue desviada «al aeropuerto de Lanzarote, por lo que desconocemos a qué hora vendrá a recogernos a nosotros o si tendremos que cambiarnos de isla», explicaban, no sin cierta ironía y resignación, algunos de los viajeros temporalmente retenidos en Fuerteventura.

Entre ellos, varios arousanos que regresan a casa después de pasar unos días de descanso en las «islas afortunadas», quienes confirmaban que «la sala de espera está llena de gente, sobre todo gallegos». Estos viajeros esgrimían que «no se ve aterrizar ni despegar ningún avión, y de hecho en los paneles informativos están apareciendo reflejadas cada vez más cancelaciones».

Como se decía anteriormente, poco después de las diez y media de la mañana, las nueve y media en Canarias, podían subirse al avión y se restablecía la normalidad en el aeropuerto de Fuerteventura.

A algunos ya les pasó en 2020

Se da la circunstancia de que algunos de los viajeros arousanos que esta mañana permanecieron temporalmente atrapados en Fuerteventura ya tuvieron problemas similares en enero de 2020.

En aquella ocasión fue a causa del intenso viento que se registraba en Galicia, la virulencia de la borrasca «Gloria» en la costa mediterránea y un incendio que se había declarado en el aeropuerto de Alicante.

Los afectados tuvieron que ser desplazados en autobús desde Elche al Aeropuerto Internacional Región de Murcia, situado a cien kilómetros de distancia, para poder tomar el vuelo que los llevara a Galicia.

Pero sus males no acaban en ese momento, sino que, ya en el avión, «nos dijeron que a causa del fuerte viento iba a ser prácticamente imposible aterrizar en Santiago, por lo que nos plantearon la posibilidad de desviar el avión al aeropuerto de Oporto (Portugal) para, desde allí, llevarnos en autobús a Compostela», argumentaban los damnificados.