Alcoa retrasa ahora a dentro de un año la salida de San Cibrao

Alcoa ya no tienen tanta prisa por abandonar A Mariña lucense, quizá porque el aluminio cotiza a precios históricos, un 60 % más caro que hace un año. En una reunión con la ministra de Industria, Reyes Maroto, cuyo objetivo era “proponer soluciones alternativas a los retos que afronta la planta de aluminio de San Ciprián”, por las instalaciones de producción de aluminio primario en San Cibrao, Cervo, en A Mariña lucense, la multinacional estadounidense da un paso atrás.

En un comunicado, apunta tras el encuentro que “una vez que el Gobierno ha descartado una venta directa de la planta a SEPI, el presidente y consejero delegado de Alcoa, Roy Harvey, ofreció un escenario alternativo para la venta de la planta de aluminio primario de San Ciprian”. Acompañado por el responsable en España, Álvaro Dorado, Harvey sugirió la firma de un Memorando de Entendimiento (MoU) antes del 15 de septiembre entre la compañía, el Gobierno, la Xunta, los sindicatos y la representación de los trabajadores.

En dicho MoU, Alcoa mantendría las operaciones de la planta y no iniciaría el despido colectivo hasta el 31 de julio de 2022 aunque el Tribunal Supremo fallara a favor de Alcoa antes de esa fecha. Este año se emplearía en abordar los problemas energéticos de la planta de aluminio primario, logrando un precio de energía garantizado.

Como ha señalado la compañía en numerosas ocasiones, la planta de aluminio no es viable debido al marco energético poco competitivo de España. Alcoa paga actualmente un precio medio anual final de unos 90 euros por MWh, más del triple de lo que abona en cualquier otra planta de aluminio del mundo. “Los problemas energéticos ocasionan pérdidas de alrededor de 1 millón de dólares por semana en la planta de aluminio, incluso con un entorno de mejores precios del aluminio”, señalan. Por ello, para hacer posible la viabilidad futura de la planta, el problema de la energía debe resolverse.

“Una vez resuelto el reto energético, Alcoa se comprometerá a realizar un nuevo proceso de venta directa con potenciales compradores tras la confirmación expresa de su solvencia a través de instrumentos del Estado”, conforme ofreció la ministra, argumentan. Este proceso de venta, sin embargo, solo se llevaría a cabo una vez que esté garantizado el suministro de energía a un precio que permita a la planta ser competitiva a largo plazo.

Para lograr esta competitividad, “que es el mejor camino para reducir los riesgos compartidos de la operación”, Alcoa propone trabajar hasta el 31 de julio de 2022 en un entorno de paz social, en dos vías paralelas para garantizar un precio final de energía competitivo para la planta y el potencial comprador.

La primera sería trabajar conjuntamente con el Gobierno central, Xunta y uno o más suministradores de energía, con el objetivo de poner a disposición de la planta de San Cibrao un suministro competitivo de energía eléctrica renovable a partir del 1 de enero de 2023.

El segundo implicaría trabajar conjuntamente con Estado y Administración autonómica para establecer un marco regulatorio que permita, en combinación con lo anterior, garantizar un precio final competitivo para la planta a partir del 1 de enero de 2023. La propuesta de Alcoa evita riesgos potenciales, tanto para los trabajadores como para la compañía, asociados a vender una planta que no es competitiva.

La venta previa de las plantas de Avilés y A Coruña, que fue respaldada por el Gobierno español y apoyada por los representantes de los trabajadores, generó numerosos problemas a raíz de que Parter las revendió a un tercero (Riesgo) “sin conocimiento o consentimiento de Alcoa”.

Con este encuentro, con el que Alcoa da respuesta y devuelve la visita de la ministra Maroto el pasado día 19 a su sede central en Pittsburgh, EE.UU., aguarda el grupo “el compromiso de llegar a una solución que atienda las preocupaciones de todas las partes”, junto a Gobierno, así como de la Xunta y de los representantes de los trabajadores.