Alcoa ya no oculta sus cartas y deja claro que quiere irse de San Cibrao

La multinacional estadounidense Alcoa quiere irse de San Cibrao y continuar con el ERE de la planta siderúrgica que afecta a 534 trabajadores directos y otros tantos indirectos. Ese fue el mensaje lanzado por la eléctrica en la mesa multilateral donde estuvieron presentes los representantes de los sindicatos y comité de empresa, el conselleiro de Industria, Francisco Conde, el secretario de Estado del Ministerio de Industria, Raúl Blanco, y el gerente de Alcoa, Álvaro Dorado, junto a otros altos cargos.

La firma rechaza por el momento un proyecto industrial presentado por el representante del Ministerio de Industria, Raúl Blanco, que abarataría el megawatio a Alcoa en un 50 %, con precios entre 25 y 35 euros. La multinacional pone en duda que eso sea cierto y decide hasta el momento continuar con el ERE.

El sindicato UGT, a través de su asesor José Luis Combarro, calificó el proyecto de Industria como si se “abriese una luz”. Los sindicatos piden a la Xunta que apoye la propuesta del Gobierno Central, quien desea que Alcoa San Cibrao continúe elaborando aluminio primario.

Los sindicatos defienden que se desarrolle el proyecto de Industria en una mesa técnica con la Xunta y Alcoa y, entretanto, la multinacional retire los ERE.

El alcalde de Xove, Demetrio Salgueiro, se mostró crítico con el Ministerio de Industria al que no pide promesas, sino soluciones con una fecha de inicio, pues “van xa dous anos facendo o mesmo”. “O Goberno veu sen unha solución para o prezo da enerxía”.

“Se ofrece unha rebaixa no megavatio que a faga xa, que aprobe as alegacións o estatuto e que abra as puxas de interrumpibilidade e as compensacións por CO2”, afirma un Salgueiro muy contrariado.

Reivindica al Gobierno un compromiso real con fecha de actuación, sino “o que está a facer e xogar coas esperanzas dos traballadores e o futuro da Mariña”.

El Gobierno argumenta que la multinacional productora de aluminio también está teniendo problemas en sus distintas plantas alrededor del mundo, como en Québec (Canadá), Ferndale (Estados Unidos) o Córcega (Francia), donde los trabajadores también están concentrándose.

“Lo de San Cibrao no es un fenómeno aislado, lo hemos vivido en A Coruña y Avilés   –sus otras dos plantas en España que vendió el año pasado--. Viene de una estrategia corporativa del oligopolio de los productores de aluminio, que genera las consecuencias que estamos viendo”, explicó el secretario de Estado.

Además, puso como ejemplo el acuerdo alcanzando en marzo de 2018 por Alcoa en Noruega para la compra de energía eólica a largo plazo a través de un parque eólico de 330 MW. “El acuerdo de Noruega es perfectamente reproducible en Lugo. No creo que construir un parque eólico sea más barato ni más competitivo en Noruega que en Galicia, y no creo que la alúmina en Noruega sea más competitiva que en San Cibrao”, defendió Raúl Blanco.

El plan industrial a diez años propuesto se trata de un contrato bilateral con varias fuentes energéticas (gas de alta eficiencia de 100/200 MW, parque eólico de 400 MW y parque fotovoltaico de 800 MW) y un precio de energía en un rango de 25 a 35 MWh a partir de los instrumentos actualmente en curso y de la entrada de nuevos socios.

“Es el precio que ha pedido la Xunta, los trabajadores y la empresa. El precio de la energía no es el problema. San Cibrao es viable, se puede hacer un PPA con la vista puesta en el futuro, producir hidrógeno verde e introducir un proceso de producción más limpio y sostenible”, justifica Blanco.

No obstante, remarca que esta propuesta es incompatible con presentar el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) anunciado por la empresa. En el caso de que Alcoa no lo acepte, el Gobierno le ha pedido que se aparte, venda la instalación y deje paso a otros que sí mantengan las capacidades productivas y el empleo en la comarca.