Alumnos y docentes tendrán un ‘escudo’ frente a la ansiedad

Además de sus efectos nocivos a nivel físico, la pandemia de COVID con la que la sociedad lleva conviviendo casi un año, puede generar problemas también en el aspecto psicológico traducidos en situaciones de angustia, estrés o ansiedad, entre otras.

Alteraciones a las que no es inmune el sistema educativo y ante las que el Gobierno gallego trabaja ya para intentar evitar a través del Plan de Benestar Emocional. Una estrategia aprobada la semana pasada por el Comité Educativo que asesora a la Xunta y que fue presentada ayer por el titular de Educación, Román Rodríguez.

El objetivo es prevenir de los problemas derivados del coronavirus tanto entre el alumnado, para que este tipo de situaciones no afecten a su desarrollo académico, como en el profesorado, al que aporta herramientas con un enfoque pedagógico, metodológico y sanitario.

“Este plan servirá para avanzar en un modelo en el que los centros son mucho más que un espacio de docencia, en el que también son lugares de convivencia en los que aprender valores como la autoestima o la confianza en uno mismo", dijo el conselleiro, que estuvo acompañado por alguno de los expertos que elaboraron el plan, como María Victoria Fernández, del Equipo de Orientación Específico de A Coruña, y Luis Sánchez Santos, pediatra de atención primaria.

El plan propone una intervención en tres fases, la primera de ellas, que se pone inmediatamente en marcha en esta segunda mitad del curso, se centrará en la detección y el acompañamiento, mientras que la segunda tendrá como objetivo el fortalecimiento de la resiliencia y de la competencia emocional. La tercera fase será de consolidación, planificación y organización del curso 2021-22.

El objetivo principal de la fase 1 es detectar situaciones de malestar, ansiedad o sufrimiento en el conjunto de la comunidad educativa y dotar de recursos para el acompañamiento e intervención a través de redes de apoyo que protejan a la persona o personas afectadas y reduzcan su vulnerabilidad.

La segunda fase está centrada en el mantenimiento del bienestar y en dotar de instrumentos de resiliencia y mejora del afrontamiento a la comunidad educativa, y para conseguirlo se propone continuar trabajando a través de las propuestas didácticas y se incluyen también en esta fase acciones formativas a través de la red de formación, con la colaboración de los Equipos de Orientación Específicos.

Por último, la tercera fase apunta a dotar los centros de recursos a medio y largo plazo y de planificar el curso 2021-22, para lo que se impulsará la concienciación sobre los usos problemáticos de internet o de los vídeo-juegos, así como la formación para fomentar sus usos saludables.

Por otra parte, se fomentarán las acciones formativas y de concienciación específicas en el ámbito de la salud mental, con especial énfasis en el profesorado de secundaria, y también se impulsará la colaboración con las entidades que trabajan en el cuidado del bienestar emocional o el trabajo sobre este aspecto en los contratos programa y en los planes de convivencia de los centros.