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crónica. La portavoz del Bloque y la vicepresidente segunda mantienen distancias en lo personal y político // Pontón no dudó en criticar con dureza y sarcasmo el ascenso en el Gobierno // Díaz no contempla un acercamiento TEXTO Antón Trabanca

Ana y Yolanda: poca química entre las dos referentes de la izquierda surgidas en Galicia

“A única opción que se me ocorre e que poda haber algunha foto no arquivo do Parlamento, pero ten en conta que no momento en que coincidiron o portavoz parlamentario era Jorquera, non Ana, o que é unha dificultade engadida porque cando fan fotos de parlamentarios de distintas forzas, acostuman ser os portavoces”. Una larga búsqueda en los archivos (incluso vía Google) para localizar una foto de Ana Pontón y Yolanda Díaz juntas fue tarea ardua e infructuosa.

El entrecomillado pertenece a una persona con amplia experiencia en el Hórreo a la que hubo que recurrir buscando esa “única opción”. Una segunda fuente insistió en la misma dirección: “Non sei si haberá ese tipo de foto. É complicado”. ¿Una foto donde aparezcan Ana y Yolanda juntas? Puede que, como las meigas –haberlas, haylas– pero cuesta dar con ella.

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo del Gobierno de España y la portavoz nacional del Bloque y líder de la oposición en el Hórreo son ahora mismo las dos grandes referentes para la izquierda en Galicia, aunque la ferrolana actúe ya en clave de política nacional. Mujeres con amplia trayectoria en la izquierda; una licenciada en Derecho y la otra en Ciencias Políticas; Díaz con mirada hacia el sindicalismo con posiciones españolistas mientras que por las venas de Pontón corre sangre nacionalista. Una diferencia importante: Yolanda mira hacia Madrid y Ana está convencida de que Galicia se debe construir desde Galiza. Ambas tienen el mismo objetivo, derrotar al PP (y ahora a la ultraderecha de Vox), y para lograrlo no dudaron a la hora de moderar sus discursos conscientes de que solo desde los extremos no se pueden alcanzar ciertos objetivos.

En un pasado reciente, el 25 de octubre de 2020, publicaba Xosé Ramón Rodríguez en estas misma páginas una crónica titulada “Dos mujeres que surgieron del frío honran con su gran valoración la política gallega” en la que daba cuenta del ascenso meteórico de ambas políticas de izquierdas, que empezaban a sorprender en las encuestas al dar un salto importante en la valoración entre los ciudadanos.

Los dos políticas gallegas habían coincidido entre 2012 y 2015 en el Parlamento. Allí Ana estaba a la sombra de Francisco Jorquera mientras que Yolanda trataba de asomar la cabeza en los espacios que permitía Xosé Manuel Beiras en aquella Alternativa Galega de Esquerdas que se había nutrido de una parte importante del electorado del Bloque Nacionalista Galego. Por ello, la relación entre ambas fuerzas no era nada buena; más bien al contrario, los frentistas no había digerido lo que calificaban de traiciones.

Ambas mujeres, entonces en un segundo plano, mantenían una relación normal, cordial pero sin estridencias, sin pisarse ni pasarse. Yolanda más activa a pesar del marcaje de Beiras con el que ya mantenía bastantes desencuentros y Ana intentando ganar terreno en un partido que se descomponía.

Pasaron aquel tránsito sin imaginarse lo que les iba a deparar el futuro político. Yolanda se fue al Congreso de los Diputados para seguir medrando a la sombra de Pablo Iglesias en Podemos mientras que a Ana Pontón le correspondía el duro trance de rearmar los restos de un Bloque partido en mil pedazos al que todas las enquisas le situaban, incluso, sin grupo propio en el Hórreo.

CAMBIO DE CICLO CON PROTAGONISMO FEMENINO. Ahí cambió todo y con el nuevo ciclo las dos, en carrera paralela en escenarios distintos, ganaron protagonismo y se afianzaron como las referentes de la izquierda, aunque las relaciones personales entre ambas no han mejorado nada: en este tiempo no se produjo ni un solo acercamiento, ni de un lado ni del otro.

Al contrario. Ana Pontón no dudó en infravalorar el nombramiento de Yolanda Díaz como vicepresidenta segunda del Gobierno tras la espantada de Iglesias con unas frases que sonaron a desprecio: “Galicia ten moitos exemplos de políticos que estiveron nos gobernos que non supuxeron cambios para o noso país. O relevante para nós é ter forzas políticas para defender os nosos intereses”, sentenció la líder nacionalista antes de tirar de sarcasmo para comparar a Yolanda con Mariano Rajoy: “Tiñamos un presidente que era de Pontevedra, que veraneaba en Sanxenxo e creo que os feitos para Galicia non foron notorios”, poniendo en duda la capacidad de gestión de la ministra en defensa de los intereses gallegos.

Fuera por casualidad o por cuestiones políticas lo cierto es que el Gobierno de coalición de España, necesitado de múltiple respaldo, y pese a tildarse de progresista de izquierdas, siempre prefirió apoyarse en Teruel Existe, el Partido Regionalista de Revilla o los nacionalistas (más de derechas) canarios, todos ellos con un único representante en el Congreso, antes que en el BNG, quien nunca vio satisfechas sus demandas para desesperación de Néstor Rego y sin que Yolanda Díaz hiciera el más mínimo gesto político para atraerse el voto del nacionalismo gallego; es más, no dudó en decir públicamente que “es dificilmente explicable la enmienda a la totalidad que presenta el BNG” al tiempo que dejaba caer que “se alinea con la derecha más reaccionaria”.

PLATAFORMA POLÍTICA. La vicepresidenta segunda descartó a Ana Pontón –mujer, feminista, progresista y de izquierdas– en la ronda de consultas para el lanzamiento de su plataforma política. “Aquí na Galiza xa sabemos como é Yolanda e a súa forma de comportarse. Primeiro eu, despois eu e sempre eu”, dijeron desde el entorno de la líder nacionalista con cierto desdén, descartando cualquier contacto convencidos de que “o futuro de Galiza pasa polo Bloque non por esos experimentos que xa vimos como remataron con AGE e Marea”.

A la falta de posibles acercamientos de Yolanda Díaz, que nunca pensó en llamar a Pontón, esta misma semana la portavoz nacional del BNG, escoltada por el parlamentario y el líder de la CIG, largó otra andanada contra la vicepresidenta. Donde Yolanda veía “un acuerdo histórico” con la reforma laboral, Ana la calificaba de “decepcionante. Un parche que deixa intacta a reforma laboral do PP”. Añadía la líder nacionalista, con la ministra de Trabajo en la diana, que “perdeuse unha oportunidade histórica e incumplese o prometido cunha claudicación fronte á patronal e os intereses de Bruxelas”.

Este “acuerdo histórico “ del que presumía Díaz es “propaganda, é un lavado de cara que non soluciona os problemas estruturais do mercado laboral, nin a perda de dereitos, nin a dramática taxa de paro xuvenil, nin os baixos salarios que están a facer que moitos e moitas traballadoras, sobre todo a xente nova, teñan como máxima aspiración ser mileuristas”. Nadie, ni el PP, fue tan duro con Díaz como Pontón, dispuesta a marcar la distancia que las separa.

Y Yolanda, mientras tanto, cada vez que viene a Galicia sigue prefiriendo posar sonriente con Alberto Núñez Feijóo que un encuentro con la líder de la oposición para hablar de la situación de su tierra. Por eso en los archivos no aparecen fotos de ambas.

17 ene 2022 / 01:00
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