Cada mes fallecen 40 gallegos en la lista de espera de dependencia

Cuando España anunció la Ley de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia, más conocida como Ley de Dependencia, y cuando ésta entró en vigor, se dieron pasos pioneros. No existía este tipo de protección en muchos países y para el Estado era la primera vez que estas ayudas entraban en juego.

Sin embargo, pese a lo novedoso y positivo, sin duda, de la norma, esta se atrancó en la burocracia y, muy importante, en la falta de presupuesto para llevar a cabo todas las medidas que incluye.

Así, actualmente, cuando se cumplen 15 años de vida de esta ley, en Galicia durante este 2021 fallecieron 40,7 personas al mes en las listas de espera de dependencia a falta de uno para acabar el año, según los datos oficiales del Imserso a 30 de noviembre, analizados por el Observatorio de la Dependencia de la Asociación de Directoras y Gerentes en Servicios Sociales, hechos públicos este miércoles.

Son en total, 448 los fallecidos en la comunidad a la espera de atención por parte de esta ley este año. De ellos, 73 aún estaban pendientes de valorar por el sistema y los 375 restantes murieron en el limbo, es decir, habían sido valorados y tenían reconocida una ayuda o prestación pero no la recibían. Por número de fallecidos en espera, Galicia es la cuarta comunidad con menos. Solo tienen mejores datos La Rioja, con 400 muertos; Cantabria, 324, y Navarra, 148.

Cada día mueren 130 personas en el “laberinto burocrático” del sistema de la dependencia español, esperando a recibir la respuesta de las administraciones, que tardan una media de 430 días.

La Consellería de Política Social, que dirige Fabiola García, pone en valor el dato de que Galicia sea la cuarta comunidad con mejor ratio del conjunto de España, con un 93,8 % de personas en dependencia que reciben alguna prestación o servicio.

Esto quiere decir, según este departamento autonómico, que de las 69.000 personas que tienen derecho a la prestación por dependencia, en Galicia 64.700 están siendo atendidas. Mientras, la media estatal se sitúa en el 85,4%, ocho por debajo.

La Consellería sostiene asimismo que el número de dependientes en Galicia se multiplicó por cuatro desde 2009.

La atención es para la Xunta una de sus prioridades, añade la Consellería, que remarca que por eso se incrementa cada año su inversión. Concretamente, el Gobierno gallego invierte en las personas dependientes un total de 400 millones de euros, de los que un 76% proceden de las arcas autonómicas y un 24 % del Estado.

PORCENTAJE EN ESPERA Aún así, en el caso de Galicia el 6,20 % de personas están en lista de espera sobre el total de los beneficiarios, siendo de las comunidades con menor porcentaje. En Castilla y León solo está el 0,15 %; 4,09% en Navarra, y 6,15 % en Castilla-La Mancha. Donde más hay es en Cataluña, La Rioja y Canarias, con 31,8, 31,2 y 27,47 %, respectivamente. La media estatal está en 14,53 %.

Así mismo, el 30 de noviembre había 4.279 gallegos en lista de espera y desde diciembre de 2020 a noviembre de 2021 se incrementó un 3,52 % el número de beneficiarios con prestaciones, reduciendo la lista de espera gallega un 13,08 %.

El nacimiento de esta norma creó el actual Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia, teniendo en cuenta que la persona dependiente no lo es solo por edad avanzada sino que puede serlo por sufrir una enfermedad o un accidente que lo incapacite para algo de su vida. La Ley fue presentada el 5 de marzo de 2006 por el entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. El 20 de abril de 2006 fue aprobada por el Consejo de Ministros y el 30 de noviembre aprobada de forma definitiva en el Congreso de los Diputados con una amplia mayoría. Finalmente, fue publicada en el Boletín Oficial del Estado del 15 de diciembre de 2006. Desde entonces vieron la luz varios reales decretos que la desarrollaron.

TRES GRADOS La norma reconoce tres grados de dependencia. Grado I. Dependencia moderada: cuando la persona necesita ayuda para realizar varias actividades básicas de la vida diaria, al menos una vez al día o tiene necesidades de apoyo intermitente. Grado II. Dependencia severa: necesita ayuda para realizar varias actividades básicas de la vida diaria dos o tres veces al día, pero no apoyo permanente.

Grado III. Gran dependencia: necesita ayuda para realizar varias actividades básicas de la vida diaria y, por su pérdida total de autonomía física, mental, intelectual o sensorial, necesita el apoyo indispensable y continuo de otra persona o tiene necesidades de apoyo generalizado para su autonomía personal. Serán atendidos con carácter preferente al resto de grados.

DATOS NACIONALES Según últimos datos oficiales del Ministerio de Derechos Sociales, en lo que va de año, 43.381 personas fallecieron en las listas de espera de la dependencia (26.212 con derecho pendientes de prestación y 17.169 pendientes de resolución o valoración).

Las comunidades con mayor “limbo de la dependencia”, pendientes de recibir prestación, son Cataluña (31,8%), La Rioja (31,2%) y Canarias (27,5%); y las que menos Castilla y León (0,15%), Ceuta (3,3%) y Navarra (4,1%), explican los directores de servicios sociales. Aragón y Asturias fueron las que en mayor porcentaje redujeron su lista de espera un 36,7% y 33,7% respectivamente.

Canarias (+24,2%), Murcia (+14,1%), La Rioja (+12,5%) y Cataluña (+5,5%), a pesar de haber recibido el incremento presupuestario, aumentaron la lista de espera en 2021. La burocracia en los procedimientos de toda España y el retroceso en estas últimas comunidades citadas “no van a permitir que el Gobierno cumpla con el objetivo de reducción de la lista de espera en 60.000 personas comprometidas en el plan de choque”, indican en una nota.

Las que más subieron el número de beneficiarias con prestación en 2021 fueron Valencia (+14,38%), Asturias (+14,24%) y Madrid (13,59%). Por el contrario, en el País Vasco ni siquiera se mantuvo la tasa de reposición, disminuyendo el número de personas beneficiarias. Y en Cantabria, el número personas con derecho se redujo en lo que va de año en un 11,5%.

RECLAMACIONES “Estos datos parecen indicar que el SAAD se reactiva, pero ha sido en gran medida a base de servicios de bajo coste dirigidos a las personas dependientes con Grado I. Las prestaciones y servicios son cada vez de menor intensidad, y a todas luces insuficientes para las necesidades de las personas en situación de dependencia”, denuncian los expertos en una nota.