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PESCA. A lo largo de 2021 las capturas de escualos crecieron un 10 % en relación con el año anterior; el motor de la subida es la tintorera, con casi 300.000 kilos más Texto: Carla Ubeira

Continúan en aumento las descargas de tiburón

Tras un 2020 marcado por la pandemia y especialmente complicado para el sector de la pesca, la captura de tiburones repuntó el pasado año en el puerto vigués, lo que confirma que este siguió apostando por dicho producto, en un momento en el que, tras cinco años seguidos a la baja, daba la impresión incluso de que inminentemente iba a desaparecer el tráfico de escualos en la lonja, según datos publicados por la Autoridad Portuaria de la lonja de Vigo.

En concreto, el mercado de O Berbés subastó el pasado ejercicio 1.877.266,9 kilogramos, un 10 % más que en 2020 (1.703.459,38 kilos) y creciendo un 15 % sobre el ejercicio 2019, en el cual se había tocado fondo con solo 1.447 toneladas de todo tipo de escualos. El motor de esta subida es la tintorera, con casi 300.000 kilogramos más, mientras las descargas de marrajo han sufrido una caído de más de un 33 por ciento.

Por especies, la quenlla-tintorera supone más del 80 por ciento del total de capturas, con 1.592 toneladas durante el pasado año a un precio de 1,62 euros el kilo. Detrás, con 154 toneladas, la pintarroja-melgacho, a 0,72 euros, y el tercer puesto para el alitán, tambien conocido como pata roxa en gallego, un pequeño tiburón que se consume en guiso en Galicia, con 51 toneladas, a 0,77 euros. En la amplia familia de los tiburones, el mayor rendimiento económico es, como siempre, para el marrajo, con apenas 26 toneladas movidas durante el pasado año en O Berbés, pero a 7,44 euros de media el kilo, muy superior al resto de especies. En el mes de abril del 2021 llegaron a pagarse hasta 10,59 euros el kilo por este tipo de tiburón.

A muchísima distancia está la mielga, con 2,32 €/kg y únicamente 314 toneladas capturadas y en el último puesto el olayo atlántico, que se pagó a la baja cantidad de 0,16 euros y del que se pesco 17 toneladas.

La caída en las descargas de tiburón mako, marrajo común o también conocido como de aleta corta se debe, sin lugar a dudas a los efectos de su inclusión en el Apéndice II del CITES en el año 2019. Este apéndice incluye aquellas especies que no están necesariamente amenazadas de extinción pero que podrían llegar a estarlo. Debido a que sus poblaciones han experimentado un fuerte declive y cuya comercialización, por tanto, debe estar sujeta a rigurosos controles por parte de las autoridades correspondientes.

Teniendo esto en cuenta y sumado a la dificultad que representa regular su pesca, finalmente, a principios de este año la Unión Europea ha establecido una cuota de comercio cero para el marrajo dientuso del Atlántico Norte en Europa, esto quiere decir que a partir del inicio de este año quedó prohibido el desembarco, comercialización o importación de esta especie, por un periodo de dos años, con la intención de prevenir la pérdida de recursos naturales causadas por el colapso de la población de marrajos. Medida que ha causado mucha controversia y que según la patronal nacional Anecteam está generando “una gran incertidumbre y un problema de desabastecimiento que se traduce en una grave pérdida comercial”.

EL VERDADERO NEGOCIO, LAS ALETAS. Al observar los precios a los que se comercializaron muchos de los tipos de escualo el pasado año en la lonja de Vigo, llama la atención que la flota palangrera dé tanta importancia a la captura de este animal. Muchas de las variedades que se comercializan tienen un precio muy inferior al de otras especies como pude ser el jurel, que tiene un precio medio de 1,85 €/kg.

La justificación de que sucedan cosas como que se capturen 1.592 toneladas de quenlla-tintorera cuando el precio de esta es de 1,62 euros el kilo es que lo que realmente importante no es el animal en sí, si no solo una parte de este: la aleta. Ahí es donde se encuentra el verdadero negocio. Aunque no disponemos de datos concretos sobre en que precios oscila la venta de aletas cercenadas a tiburones capturados por pesqueros gallegos, se sabe que en el mercado de Hong Kong –que importa la mitad de aletas de tiburón del mundo– el precio puede llegar a los 1.250 euros el kilo. Esto se debe a que las aletas son un lujo gastronómico, culturalmente muy popular y un símbolo de estatus en Asia.

La UE en general y España en particular son los principales países suministradores de aleta a los mercados asiáticos de Hong Kong, Singapur y Taiwán. Entre 2003 y 2020 las importaciones de aleta procedentes de Europa representaron el 28% del total, alcanzando el 45% en 2020.

09 abr 2022 / 00:00
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