Deberá compensar con 885 millones a España la aseguradora del ‘Prestige’

Santiago. Batacazo judicial para la aseguradora del Prestige, London P&I Club, cuya embarcación se hundió en la costa gallega provocando una de las mayores catástrofes naturales que ha conocido nuestra comunidad. Los jueces británicos desestimaron el recurso que había presentado dicha compañía contra el dictamen emitido anteriormente por el Tribunal Supremo. Con ello, la empresa deberá abonar una compensación de 885 millones de euros.

Tal como informó Economía Digital Galicia, la apelación presentada por la correduría ante el magistrado Christopher Butche fue denegada este miércoles 12 de mayo en una sentencia que recoge el diario Expansión.

En este contexto, la autoridad judicial ha determinado que P&I Club tendría que haber proseguido su batalla jurídica dentro de los tribunales nacionales si, como han afirmado, se hubiesen vulnerado sus derechos fundamentales; produciéndose en consecuencia una situación de indefensión.

De este modo, al dar por hecho que el tema fue abordado por las cortes españolas, el magistrado rechazó profundizar sobre el asunto, mostrándose incapaz de tener una conclusión parecida a la requerida por la aseguradora, cuyo testimonio acusa que el Supremo “nunca habría cambiado de opinión” y, ante eso, era inútil haber formulado una solicitud de nulidad ante el mismo.

PEQUEÑA GRAN COMPENSACIÓN. Estos 885 millones, que son casi un 40% de los 2.335 millones que supusieron las pérdidas generadas por el volcado del petróleo al mar, sirven como compensación al Estado. No obstante, existe la posibilidad de que London P&I Club interponga otro recurso contra el veredicto de los jueces británicos.

Además, la correduría tiene dos frentes más abiertos, sendos procesos con los que buscan llevar el asunto a escala internacional, amparándose en que eso era lo que se contemplaba en el contrato firmado con el Prestige.

Por si fuera poco, comentan desde Expansión, la aseguradora habría reclamado además 1.440 millones a nuestro país ante la caza de brujas que habría sufrido. Una persecución que tendría como único fin demandar los costes derivados del siniestro medioambiental. ecg