Dieciséis gallegos fallecen por calor ligado al cambio climático cada año

Cada año, sobre 16 personas en Galicia fallecen por el calor relacionado con el cambio climático. Así lo resaltó a este periódico Dominic Royé, investigador de la Universidade de Santiago (USC), que ha participado en la creación de un estudio internacional que pone de manifiesto una realidad hasta ahora invisible: entre 1991 y 2018, más de un tercio de las muertes en las que influyeron las altas temperaturas son atribuibles al calentamiento global.

Las aportaciones de este análisis, el más grande que de este tipo se ha realizado, acaban de ver la luz en la revista Nature Climate Change después de utilizar datos de 732 ciudades en 43 países de todo el planeta. En este sentido, la cifra mencionada anteriormente es aproximativa y sería superior, pues solamente se tienen en cuenta, a nivel comunitario, aquellos decesos acontecidos en las capitales de la autonomía. “En este caso serían A Coruña, Ourense, Lugo y Pontevedra”, remarca Royé.

“Evitaría dar una cifra muy exacta, pero A Coruña anda en ocho y las otras andan entre dos y cuatro”, comenta asimismo el científico a este periódico, indicando precisamente que en la primera, la herculina, la incidencia de estas defunciones por cada 100.000 habitantes “baja a 3,2” mientras la del núcleo urbano ourensano es la más elevada con “3,8”.

Con ello, “es Ourense la zona más afectada”, algo que “tiene coherencia” con el efecto del “cambio climático porque se espera justamente un mayor aumento” en esa zona “sobre todo” y “un poco en el interior de Lugo” mientras que en “la costa gallega tiene menor impacto”.

No obstante, las cuatro ciudades gallegas se posicionan por debajo de la media nacional que sería de “4,6 muertes por 100.000 habitantes”. “La mayor parte del impacto que ya se observa respecto a los muertos relacionados con el cambio climático por altas temperaturas realmente se concentra sobre todo en el centro de España y hacia el Mediterráneo, que es donde más aumento se prevé y se ha observado ya”, explica Royé.

ESPAÑA, GRECIA E ITALIA, ENTRE LOS PEOR PARADOS. El daño del calor durante el verano respecto al calentamiento global fue mayor en países del Mar Nuestro como España, Italia y Grecia, concluye el estudio. “Concretamente, el número de muertes por calor relacionado con el cambio climático supera la barrera de los 700 por año en las capitales de provincia de España”, subraya Dominic. Mientras tanto, esta cifra roza el centenar en Barcelona y supera los 170 en Madrid.

Con estas cifras por delante, queda patente que el cambio climático está perjudicando la salud humana de diferentes formas y una vía directa está representada por el ascenso de la mortalidad y la morbilidad asociadas al calor. A ello se suma que los escenarios de las condiciones climáticas futuras predicen un incremento significativo de las temperaturas medias y el origen de múltiples episodios extremos cómo olas de calor, lo que desembocará en un aumento de la presión asistencial en los distintos sistemas de salud estatales.

Hasta la fecha, ningún estudio había evaluado si estos efectos ya se habían experimentado en las últimas décadas y en qué medida. Ante ese panorama, el análisis efectuado evidencia que el 37% de las muertes relacionadas con el calor entre 1991 y 2018 pueden ser atribuidas a alteraciones en el clima vinculadas con las actividades humanas.

“Esperamos que la proporción de muertes relacionadas con el calor continúe creciendo si no hacemos algo contra el cambio climático” dicen los investigadores. Y eso que por ahora el promedio de la temperatura global solo subió sobre un grado centígrado: “una fracción” de lo que afrontaríamos si las emisiones siguen “aumentando sin control”.