Drones gallegos para una inminente hazaña: rescatar a los perros de La Palma

Madrugada del 21 de septiembre. Hace un mes. El volcán de Cumbrevieja en La Palma entra en erupción. Miles de personas son evacuadas de sus casas y otras tantas están sobreaviso por si las coladas avanzasen rápido en las siguientes horas. Jornadas siguientes de intensa actividad con viajes continuos de los efectivos de los cuerpos de seguridad trasladando a sus casas a personas que tenían cinco minutos de reloj para recoger sus enseres personales más apreciados antes de que llegase la lava.

Pero si hubo una imagen que emocionó al mundo fue la de los efectivos de emergencias rescatando perros, gatos, gallinas, cabras... todo tipo de animales domésticos de las casas que corrían peligro. También pastores que decidían soltar su ganado para que pudiese huir. Perros que perseguían coches por las carreteras en busca de un lugar seguro al que ir. Pájaros muertos a causa de la inhalación de humo... Imágenes para la historia que encogen el corazón de cualquiera.

En los últimos días la estampa que se ha hecho viral ha sido la de cuatro perros de raza podenca que quedaron atrapados en balsas de riego en la zona alta de Todoque, una de las primeras localidades en sufrir los estragos del volcán. Uno de ellos, lamentablemente, ya ha muerto, pues el calor en las inmediaciones debe ser insoportable y llevar ya un mes sin comer tampoco ayuda. La colada de lava de una de las lenguas está ya muy próxima al lugar y corren el riesgo de ser sepultados por un desprendimiento.

La empresa lalinense de drones Aerocamaras ya se ha puesto manos a la obra para poder efectuar la operación de rescate, que ya cuenta con la aprobación del Cabildo. “Cuando vimos los perros en prensa, nuestra reacción fue inmediata: teníamos que ayudarles, y nos pusimos en contacto en cuestión de horas con los responsables sobre el terreno para preguntarles cómo podíamos ayudar, y ensayando el rescate”, dicen desde la empresa.

CADA MINUTO CUENTA. Cada minuto cuenta tras haber obtenido el permiso para proceder al rescate en la tarde de este martes, pero los tres ingenieros trasladados al lugar este lunes (Jaime Pereira, Borja Blanco y Daniel Romero) saben que la burocracia no ha sido tarea sencilla, pues el traslado de animales en aparatos no pilotados está prohibida por ley y esto supondrá una excepción.

Al lugar ya están desplazados los tres drones que participarán en la tarea: uno de carga para el traslado de los perros, que soporta hasta 20 kilos; otro con cámara de 30 aumentos para hacer un barrido de la zona y verificar la seguridad de la operación; y otro con cámara térmica para saber cuál es el recorrido por donde menos calor hay.

Ya la Unidad Militar de Emergencia (UME) y el Grupo de Emergencias y Salvamento (GES) de Canarias intentaron poner a salvo a los canes utilizando un helicóptero para llegar al lugar, pero no fue posible por la cantidad de materiales que desprende el volcán, como cenizas o piroclastos. Tampoco lo fue el rescate por tierra, debido al cerco de lava a más de mil grados. Los drones son, así, la única opción viable.

“Estamos preparados para realizar el rescate en cuestión de días. La vida de los perros está en juego y el objetivo es salvarlos cuanto antes”, asegura Jaime Pereira, CEO de Aerocamaras. Y es que su situación es “crítica”. Desde la empresa indican que “compañeros les han estado llevando hielo, bebida y comida estos días y eso los ha mantenido con vida, pero necesitan ayuda cuanto antes, pues pueden pasar semanas antes de poder acceder a ellos por otra vía”.

HACE FALTA “BASTANTE” SUERTE. Los tres ingenieros de dron desplazados se muestran “muy cansados”. “No paramos de dar vueltas a la cabeza para mejorar la operación y duplicar la seguridad en los sistemas”, asegura Pereira. Sabe que “va a ser muy, muy, muy complicado”. Según las imágenes que han podido captar, Aerocamaras afirma que “el hambre y la sed ha empujado a estos animales a ‘fiarse’ de los drones”, pero “la reacción que tendrán al ser elevados es impredecible”.

Desde su llegada, lo que más le preocupa es “que el polvillo y la arena en suspensión que hay en la zona pueda entrar en los motores”, de manera que queden inoperativos los drones. Con todo, “estamos en la absoluta obligación de intentarlo, si pudiesen entrar en helicóptero o a pie no lo haríamos, en condiciones normales, pero esta vez nos lo vamos a jugar todo a lo que los técnicos y yo hemos estudiado una y otra vez”.

También se muestra consciente de que les hace falta “bastante” suerte: para que “entre un perro y no dos”, para “que no tiren demasiado y tener que soltar la red”... Es tarea difícil, ya que los animales también están asustados y tratarán de escapar como puedan de la zona y lo antes posible.