Cóctel de emociones en el inicio de una selectividad muy cuestionada

Tensión, nervios, últimos repasos y risas. Sí risas, porque aunque la selectividad se erija para muchos como una especie de gran monstruo que te acecha durante unos días, en los pasillos de los centros donde desde ayer y hasta mañana se realizan los exámenes de acceso a la universidad en toda Galicia también se veían en la primera jornada, tras el pistoletazo de salida de las pruebas, caras de alegría y alguna que otra carcajada conversando con los colegas.

Al menos eso se apreciaba en una de las facultades de la USC más concurridas, Derecho, en el comienzo de las ABAU (Avaliación de Bacharelato para Acceso á Universidade). La calma y las caras sonrientes aparecían tras superar el asalto inicial. El alumnado gallego (casi 11.400 chicos y chicas) se estrenó con Lengua Castellana y Literatura, teniendo que enfrentarse en sus dos opciones a la obra de García Márquez y la narrativa hispanoamericana o a las trayectorias de Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez. El comentario de texto giró en torno a un artículo de Almudena Grandes sobre la violencia machista, en una de las posibilidades, y alrededor de un texto de Muñoz Molina que invitaba a reflexionar sobre la corrección política y la libertad de expresión, en la otra elección.

Y tras el primero de los exámenes llegaron también las primeras sensaciones, de tranquilidad por cierto, para alegría de los estudiantes. Y es que esos son los momentos clave, los que marcan la actitud y ánimo para el resto de todo el proceso. "Pareceume facilísimo, foi ler a opción A e xa empecei por aí porque sabía todo", decía eufórico Anxo, un joven que comentaba la jugada con sus compañeros de un instituto de Ribeira, con los que ya se había instalado en una residencia de Santiago el día antes del 'supermaratón'. Mientras, Tamara también da el parte, pero en este caso por teléfono nada más atravesar la puerta del aula hacia el pasillo. "Le estoy contando como me fue a una amiga.No era todo tan malo como parecía, en cuanto empiezas a escribir se van los nervios", afirmaba esta boirense.

Tras un pequeño descanso tocaba continuar el camino. Muchos aprovechaban para comer algo porque a buen seguro a más de uno les costaría probar bocado de buena mañana. "Antes de entrar estabamos que nos comían os nervios. O día máis duro é hoxe, despois xa son as asignaturas específicas", explicaba Sara del IES Antonio Fraguas de Santiago. "Sí, pero as específicas son moi importantes que contan moito para a nota", le replicaba su compañera Alba, que quiere estudiar enfermería y siente un poco de presión por ello.

Las dos se preparaban para la prueba de Historia sabiendo que se juegan su futuro académico en estos tres días. En esta materia los aspirantes a universitarios pudieron elegir entre una redacción a partir de la restauración de Felipe VII y el absolutismo o abordar las grandes reformas de la II República con sus medidas y consecuencias. No tuvo suerte Anxo, de Ribeira, que ansiaba disertar sobre el franquismo, un tema que dominaba.

A este examen le temía Laura, del compostelano Xelmírez I. "Cuando pase Historia ya estaré tranquila, aunque hoy aquí me relajé, en el día anterior (por martes) no podía con nada".

Ya en horario de tarde , en Lingua Galega e Literatura hubo que echar mano del examen reserva debido a un incidente: un despiste en una comisión en Vigo llevó a abrir antes de tiempo el paquete en el que se llevaban los exámenes, lo que obligó a cambiar el cuestionario por otro de reserva en todos los centros.. Los jóvenes tuvieron que demostrar sus conocimientos bien sobre la poesía de las Irmandades da Fala o la Nova Narrativa Galega. Además, abordaron la normativización y la construcción de la variedad estándar o el gallego de finales del siglo XX y principios del XXI.

La dura jornada terminó pasadas las 7 de la tarde, con retraso, con Primera Lengua Extranjera. Fue momento entonces de desconectar y de volver al lugar de origen, aunque algunos no pensaban en descansar sino en seguir repasando. No faltaron a lo largo del día las visitas de algunos padres e incluso antiguos profesores.

Las ABAU se celebran este año envueltas en el debate sobre la necesidad de unificar entre todas las comunidades las cuestiones a las que se enfrentan los examinados.