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Presidente del Colegio Ofcial de Farmacéuticos de A Coruña

Héctor Castro Bernardino: “Es necesario sensibilizar a todos de la importancia que tiene nuestra Facultad”

Desde 2010 forma parte de la junta de gobierno del COFC, cuya presidencia alcanzó en las elecciones de 2014. Su gestióndebió de satisfacer tanto a sus compañeros farmacéuticos, que repitió en el cargo. Y ahora que el edifcio de la Facultad deFarmacia está en declive, busca –sin señalar a ningún culpable– ser parte de la solución de un problema que afecta a todos.

Presidente, se intenta impulsar un gran mecenazgo que financie la construcción del nuevo edificio de Farmacia. ¿La USC realmente carece de recursos?

Yo, la verdad, no conozco en detalle la manera de financiarse a nivel final como para asumir la edificación de una facultad entera. Es cierto que lo que conozco son los problemas de dotación presupuestaria que tiene para la reparación y la mejora de los edificios. Y es que la USC tiene edificios muy emblemáticos que cuentan con unos costes de mantenimiento muy elevados por sus propias características. Tener tantos años de historia es bueno, pero en cuanto a la inversión que hay que hacer, eso juega en nuestra contra.

En cuanto al mecenazgo, yo creo que lo importante es sensibilizar a la profesión sobre la importancia que tiene para la sociedad gallega una Facultad como la nuestra, y eso tiene que trascender al ámbito de las Administraciones, tanto autonómicas como nacional. Debemos buscar apoyo donde haga falta. Y creo que en la reunión que mantuvimos el otro día con el rector en el Centro de Estudos Avanzados estuvimos todos muy alineados.

Yo confío en que el apoyo sea algo que sensibilice a la población y a todos los trabajadores de las profesiones sanitarias hermanas y a todos los niveles de la USC, pero entiendo que hay que tirar de cualquier vía de financiación que esté disponible para hacer un edificio acorde a las necesidades futuras de una profesión tan trasversal como la nuestra.

Queda claro que no tiene sentido continuar con este inmueble.

Es cierto, porque además carece de un valor arquitectónico elevado. Hoy en día hacer una facultad nueva sí que provocaría un ahorro muy significativo de cara al futuro. En unos años se puede amortizar.

Estoy absolutamente de acuerdo con usted. A mí, incluso, lo que me llama la atención es que siendo un centro de referencia, que está entre los 200 mejores del mundo, hayan dejado que se cayera. Y lo que me preocupa es que empiece a perder prestigio una vez que los medios nos hemos hecho eco de este problema. ¿Cree que se le puede venir un poco en contra y que puede ahuyentar a futuros alumnos?

El tiempo que pasemos sin edificio juega en nuestra contra. Por ejemplo, un estudiante que quiera hacer Farmacia, pues evidentemente, puede llegar a plantearse si se matricula o no en Santiago por el mero hecho de no tener una facultad como tal.

Tenemos equipos de investigación muy importantes y con prestigio a nivel mundial, pero que ahora mismo están deslocalizados. Por lo tanto, sigue generándose un motor de investigación potente, pero que sería mucho más sinérgico y tendría mucho más alcance si estuviesen ubicados todos en unas instalaciones a la altura.

Sí es cierto que en la profesión siempre hemos sido muy colaboradores, muy pacientes, pero llega un punto en que no podemos hacer otra cosa que hacer visible y pública una situación que venimos sufriendo hace años y que tratábamos de buscar alguna solución.

¿Qué pasa? Que antes de llegar al punto en el que estamos, hemos trabajado mucho y hemos tratado de buscar diferentes alternativas, como afrontar la manera de tratar la contaminación por hidrocarburos sin éxito, por ejemplo. Ahora mismo necesitamos ayuda. Y la sociedad y los profesionales comprenden que es con motivo. No pedimos nada que sea incomprensible o por capricho, sino porque la situación lo demanda. Ahora el tema está encarrilado. Y a principios del año que viene se empezará a dibujar un plan director de cómo abordar este problema.

¿Existen empresas o laboratorios que puedan contribuir a este padrinazgo?

Hemos tenido una primera reunión esta semana, pero realmente ha sido de instituciones y de entidades afines del sector farmacéutico. La ayuda no tiene por qué venir solo de laboratorios, porque aunque sí es cierto que los más afines parece que son ellos, la industria alimentaria en Galicia es muy potente y cuenta con farmacéuticos en control de calidad y a muchos niveles. Hay muchas puertas a las que llamar. Y es algo que tenemos que defender entre todos.

¿Hay alguien que siga mostrándose reticente y prefiera hacer apaños en un edificio 'enfermo'?

A estas alturas ya no. Pudo haber opiniones cuando no se era consciente de la gravedad del problema. No es posible plantearse hacer un edificio de una manera coordinada y que se pueda convivir entre el espacio antiguo mientras se construye el nuevo y hacer un trasvase más organizado y controlado (como se hizo con el Hospital Clínico y el Xeral). Esa situación de convivencia corre en nuestra contra porque no tenemos esa posibilidad.

Dijo hace unos días el decano en una entrevista realizada por mi compañera Charo Barba que "los alumnos se sienten ­exiliados".

Estamos hablando de una Facultad que tiene más de 150 años, pero incluso podemos remontarnos a 1815, en el colegio de boticarios San Carlos. Desde allí pasó a Fonseca. Entonces, es histórica, es un referente. Como profesión vemos esta situación con enorme tristeza, pues hay que recordar que muchos farmacéuticos de otras comunidades autónomas vinieron a estudiar aquí. Es este un polo de atracción y un ejemplo en cuanto a la calidad docente, a la investigación y, por supuesto a Santiago. Es una joya que teníamos dentro de la propia ciudad y dentro de nuestra universidad, del siempre fue un motor dentro de la Universidad, con más demanda que oferta.

Y a pesar de todo, Farmacia sigue estando entre las tres primeras españolas en el grado, es puntera en investigación, tenemos equipos que atraen fondos, premios y becas de todo el mundo, viene gente a realizar estancias, tienen colaboraciones con el ámbito público y privado. Es un valor que no tenemos solo como profesionales, sino que tiene toda la sociedad gallega.

Ahora estamos en un momento muy adecuado con el apoyo del rectorado, decanato, de todos los profesionales y de todo el ámbito farmacéutico. Y es un momento que tenemos que aprovechar para que esta transición sea lo más breve posible y no repercuta en el futuro, en el sentido de que deje de ser ese referente y esa joya que tenemos en Santiago.

Es digno de destacar el hecho de que no busquen culpables.

(Sonríe). Creo que eso es un poco inherente a la propia forma de ser que tiene nuestra profesión. Siempre tratamos de buscar soluciones y de formar parte de ella, nunca de los problemas. Este es el momento en que tenemos que empujar todos juntos y unidos, en vez de señalar o tirar de histórico porque no nos va a resolver la ­situación. Conviene ponernos en marcha cuanto antes.

21 dic 2019 / 22:50
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