ITG, uno de los dos centros referentes en toda España desde hace cinco años

"En los últimos años he aprendido que cualquier reto que tengamos que afrontar como sociedad en situaciones complejas que nos tocan vivir, porque los cambios que producen la revolución tecnológica son asombrosos, deben contemplar dos aspectos, el enfoque multidisciplinar y colaboración público-privada", expresó Carlos Calvo, director del Instituto Tecnológico de Galicia (ITG), en el balance del primer año de la Unidad Mixta de Investigación sobre drones (UAV), en la que forma parte la empresa SDLE y recibe la ayuda de la Axencia Galega de Innovación (Gain).

Calvo, que coordina un grupo de unos 60 ingenieros y doctores de 14 titulaciones, comenta que la Unidad Mixta "es una fórmula que recoge estos dos elementos", en la que "la Xunta consiguió articular una línea de apoyo que ha permitido desarrollar la investigación aplicada". "Estamos orgullosos de que hayan confiado en nosotros para desarrollar su linea de drones civiles", añadió.

Argumentó que el ITG, un centro referente desde hace cinco años en sus líneas de actuación, entró en el ámbito de los drones porque se calcula que "va a mover 100.000 millones de dólares en los próximos cinco años", y dentro del Instituto se percibió que "hay buenas capacidades trasladables al material y desarrollo tecnologico en el sector".

"No tenemos la vocación de ser un centro de 800 ó 1.000 empleados, solo pretendemos ser los primeros en aquello que hacemos", manifestó Calvo, y recordó que cuando se planteó la estrategia en el ámbito dron con la ayuda de la Administración se trazó un camino, porque "hay solo dos centros en España que son referencia y somos el único que está en el proyecto principal del Ministerio de Fomento para la regulación de todo el ambito tecnologico de los UAV, otro gran reto que estamos desarrollando".

"El objetivo de un centro de investigación pasa por desarrollar tecnología que transferir al mercado, llevar ese conocimiento, y por lo tanto trabajamos tecnología para ceder a las empresas gallegas o del ámbito nacional que quieran prestar servicios con drones", concluyó Calvo.

La directora de la Axencia Galega da Innovación, Patricia Argerey, reconoció que "el trabajo de I+D es complejo, a veces con incertidumbres importantes", por lo que destacó "a todos los ingenieros e investigadores" implicados en los desarrollos diseñados desde el arranque de esta unidad mixta en el año 2017". Incidió en "la apuesta que desde la Xunta se hace por impulsar un polo aeronáutico que sea referencia nacional, y señaló que "Galicia se está posicionando en la vanguardia de un sector con enorme proyección de futuro, que es de tecnología media alta y que va a ayudarnos a que nuestro modelo de crecimiento económico se sustente en el conocimiento y la innovación".

Por su parte el director del área de drones civiles de SDLE, Eduardo Faro, señaló que esta faceta de su empresa "es muy joven pero hemos hecho un esfuerzo bastante grande para que los productos sean diferenciales" ante un "nicho de mercado" para el que "nos vamos a apoyar en la autonomia de vuelo para anticiparnos a las demandas, y de ahi nació el proyecto FastFly".

Finalmente la directora de sensórica y comunicaciones del ITG, Analía López, puso en valor que "estos proyectos repercuten en empleo de calidad; estamos ante retos atractivos, ambiciosos y de futuro, y los equipos que se involucran en ellos están muy motivados, lo que repercute en unos resultados más positivos".