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ENTREVISTA
GONZALO OrTiZ AMOR Ex director general de la Cámara de Comercio de A Coruña

“El camino es crear cámaras potentes como la de A Coruña”

“Al desaparecer en 2010 las cuotas, nuestro plan estratégico de asociados voluntarios fue un htam éxito para la Cámara. El empresariado pudo ver su enorme importancia, y eso fue lo que nos hizo crecer y dar servicios”

Gonzalo Ortiz Amor (A Coruña, 1946), es doctor en Ciencias Económicas por la USC y licenciado por la Universidad Complutense de Madrid, institución en la que fue profesor discípulo de Enrique Fuentes Quintana. Después, logró por oposición la plaza de secretario general y fue nombrado director general de la Cámara Oficial de Comercio, Industria y Navegación de A Coruña, cargo del que ahora se jubila.

Su medio siglo como primer ejecutivo de la Cámara supone haber vivido más de tercio de la existencia de la entidad ¿cómo lo asume?

En estos tiempos que se habla de memoria histórica me siento un poco cohibido porque parece que formo parte de la historia. Lo asumo muy bien, porque han sido 50 años felices con muchas vicisitudes, pasando por dificultades financieras de la entidad, también éxitos tremendos y con una situación envidiable ahora mismo. Si entrara en ella hoy, lo haría con una ilusión tremenda en la mejor cámara de España.

¿Es un alivio dar el relevo o seguirá aportando consejos?

Las dos cosas. El alivio es dejar el día a día y sobre todo hacerlo en muy buenas manos, pero no voy a tener una desvinculación mental sino de nómina, porque aún no pude trasladar temas a mi sucesor Manuel Galdo como la internacionalización de las empresas, que forma parte del ADN de la Cámara. Al no poder salir de aquí, no conoce otras cámaras españolas y gallegas ni llevó a empresarios a misiones comerciales, y además había unos proyectos en marcha. Por todo ello me han pedido que sea como un senior advisor, que es algo así como este que ten experiencia que nos bote unha man.

Por lo que dice, lo hará ...

Se la echaré una temporada y seguiré representado a la cámara en el consejo de la Autoridad Portuaria, porque se avecinan unos tiempos complejos, por lo del ferrocarril a Langosteira, la reconversión financiera y el frente marítimo urbano en el que hay intereses encontrados, así como en la creación del Club Cámara, que es fundamental como sustituto del desaparecido Club Financiero, y en otras actividades de formación que tenía en marcha.

¿Le marcó haber sido profesor de la cátedra de Hacienda Pública y Derecho Fiscal de Enrique Fuentes Quintana, en la Complutense?

Don Enrique era para nosotros el maestro, y nos salvó del gran crac con los pactos de la Moncloa. Me marcó mucho aquello, pero tanto o más cuando dejé la Cámara de Comercio de Madrid, en la que estuve dos años, por eso son 52 y no 50 mis años camerales, y me vine para Galicia al Banco Industrial del Noroeste. Entonces me ficharon para la cátedra de Juan Quintás, de Teoría Económica en la USC durante once años más, y me gustaba ser profesor.

¿Qué recuerda de su etapa de docente en el incipiente Colegio Universitario de A Coruña?

Llevé la Teoría Económica, junto a otros profesores ayudantes en lo que fue el germen de la UDC, que se logró cuando Fernando González Laxe era presidente de la Xunta . Lo que más me reconforta ahora de mayor es que se acerque un señor o señora y me diga “fue mi profesor, no sabe cuánto he alabado sus enseñanzas”. Y ya me ocurrió.

Fue director xeral de Comercio de la Xunta preautonómica; presidió el Colegio de Economistas de A Coruña en su inicio y después del Consejo de España de 1990 a 1993 ...

Efectivamente. En la vida siempre hay que hacer algo por los demás y lo hice por la profesión. Cuando volví para A Coruña no existía colegio. Estuve al frente 16 años y solo me pude escapar cuando me nombraron presidente nacional, ya que puse la condición de dejar el cargo.

Con el presidente José Antonio Quiroga y Pyñeiro , fallecido en junio, ¿hizo un tándem que llevó la Cámara a tener relevancia nacional?

Hay que reconocer la figura de don José Antonio Quiroga y Pyñeiro, todo un caballero de una época y un amante de la industrialización y la formación, pero hubo la suerte de tener una representación corporativa empresarial de un nivel muy elevado: las mejores, no solo las más grandes. Tenerlas en los órganos de gobierno de la Cámara aportan cosas buenas. Fue lo que hizo ese tándem, pero hubo una continuidad con Marcelo Castro-Rial y Antonio Couceiro, una persona muy preparada. Cuando hay un buen banquillo, nadie es imprescindible.

Cuando dejó de ser obligatoria la cuota de afiliación ¿fue el momento más difícil en la entidad cameral?

Hubo dos momentos clave, uno fue una sentencia del Constitucional de 1996 sobre una cuota de una empresa automovilística de Valencia, que dejó en el limbo si las cuotas eran constitucionales tras la Ley de Cámaras de 1993, lo que se arregló, pero en 2010 el Ejecutivo central anuló las cuotas. Este fue el momento más difícil, a partir de ahí muchas cámaras están desapareciendo.

¿Es clave el continuo incremento de actividades de la Cámara de A Coruña para forjar su futuro?

Ante lo sucedido en dos meses al desaparecer las cuotas hice un plan estratégico a cuatro años, mediante asociados voluntarios, y fue el gran éxito de nuestra cámara. No se atrevió ninguna otra de España hasta hace dos años. Nuestro empresariado, que comprende la importancia de la institución, respondió, y así se crearon nuevos servicios y crecimos.

¿Se agruparán las cámaras?

Tendrán que estudiarlo los que está al mando, porque el único camino es crear entidades potentes como la de A Coruña, lo cual será fácil, logramos olvidar protagonismos y personalismos.

La herculina fue precursora en misiones comerciales al exterior ...

De la necesidad hicimos virtud. En Galicia existían nueve cámaras, y Manuel Fraga siempre decía ¿a dónde vamos con tantas? Había que internacionalizar las empresas, y convencí a todas las cámaras de que creásemos un plan como si fuera una sola entidad, hubo acuerdo y se llamó Foexga (Plan de Fomento de las Exportaciones Gallegas), una marca que todavía es nuestra. Se hizo con la colaboración de la Xunta. Así todas las cámaras trabajábamos para un sector que buscase mercados para Galicia. Funcionó muy bien.

Exporpymes es un éxito ...

También fue un invento nuestro, que consiste en traer a nuestros vendedores el comprador a casa, lo que no siempre puede hacerse. Ya hemos logrado reunir unos 150 exportadores gallegos con más de 100 importadores de mercados distintos, que negocian e incluso visitan las factorías de nuestros vendedores.

Y lo último, un nuevo plan de reactivación para su territorio ...

Lo preparamos y ahora ya estamos enviando las medidas que corresponden incentivar a las distintas administraciones, para ponerlas en marcha. Entre ellas la creación de la Oficina Tecnológica Industrial, que capta empresas para mejorar la cadena de valor en Galicia y también las busca para implantarlas aquí.

19 ene 2021 / 00:00
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