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Sara Feijoo Moreira, graduada en la Universidade de Santiago y actualmente en Bélgica, es una de las galardonadas. Ella obtuvo el primer premio en Enxeñería Química.

“El coronavirus hizo que me replantease como quería seguir”

Se graduó hace cuatro años en Enxeñería Química en la USC y ahora recibió el primer premio de los Nacionales de Fin de Carrera. Desde entonces hasta hoy pasaron muchas cosas. Después de graduarse consiguió una beca de la Fundación Barrié para hacer el Máster en Ingeniería Química en la Universidad Técnica de Delft, en Holanda, donde remató con el Programa Honors y Cum Laude. Hoy es investigadora predoctoral Marie Curie en la Universidad KU Leuven (Lovaina), en Bélgica.

Después de dos años en Holanda “de momentos inolvidables y muchos kilómetros en bicicleta” decidió probar en el mundo de la empresa con su primer trabajo: “Tanto en Bayer, Alemania, como en Deloitte, Holanda, quise exponerme a ambientes totalmente distintos, para así desarrollar nuevas habilidades que complementasen mi formación previa y tener una visión más amplia del mundo laboral”.

Sara reconoce que una de las consecuencias del coronavirus en su vida fue la de replantearse hace unos meses de qué forma quería continuar. “Echaba de menos tener la oportunidad de innovar y formar parte de un proyecto que pudiese llegar a tener un impacto sobre la sociedad, especialmente en el ámbito de la sostenibilidad”.

Cree firmemente en la importancia de la investigación para poner solución a muchos de los problemas y retos que se nos presentan, y por ello quiso aportar su granito de arena en la eliminación de fármacos y pesticidas de aguas residuales, ya que es un problema creciente que los métodos actuales de tratamiento no pueden resolver.

Desde la Katholieke Universiteit Leuven (Bélgica), su doctorado se centra especialmente en el diseño de un nuevo reactor que sea no sólo versátil para poder eliminar diferentes tipos de compuestos, sino que también pueda evitar el uso de recursos no renovables y en definitiva tener una menor huella de carbono.

Junto con otros 14 investigadores de 10 universidades diferentes y empresas distintas, forma parte en los próximos 4 años del proyecto InnovEOX, galardonado con las prestigiosas becas Marie Curie ofrecidas por la Comisión Europea.

Al preguntarle dónde se ve dentro de cinco años, asegura que es muy difícil aventurar una respuesta: “Como buena gallega, tengo morriña de mi tierra, de mi familia, de los amigos de toda la vida, de un buen pulpo á feira y hasta del olor a lluvia en Compostela. Tengo claro que me encantaría volver, pero tal y como he aprendido en estos meses, de momento intento disfrutar de esta experiencia, con la máxima de caminante, no hay camino, se hace camino al andar”.

De momento, está en la ciudad belga de Lovaina preparando su doctorado y asegura que “si al terminar mis estudios universitarios de grado hace cuatro años, me hubieran preguntado dónde estaría en 2020, probablemente nunca habría imaginado que recibiría el Primer Premio Nacional de Fin de Carrera en el área de Ingeniería en medio de la inminente tercera ola de una pandemia mundial”.

Y continúa: “Está claro que este año ha cambiado radicalmente nuestras vidas, por lo que es inevitable recibir este reconocimiento con un sentimiento añadido de gratitud y nostalgia, pensando en lo mucho que han cambiado las cosas y en lo importante que es disfrutar del camino recorrido”.

02 nov 2020 / 00:00
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