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Alfonso Rueda. De la máxima confianza del ‘jefe’, el pontevedrés asumirá ahora su relevo con varios objetivos: formar equipo fuerte e impulsar un proyecto sólido que le consoliden como la única opción para la Xunta en 2024 TEXTO R. Ponte / E. Press

El eterno “dos” de Feijóo que sale de la sombra para presidir Galicia

Acompañando a Alberto Núñez Feijóo desde el relevo de Manuel Fraga en 2006 –primero como número dos de los populares gallegos y después, tras la victoria electoral de 2009, como segundo de abordo en la Xunta– Alfonso Rueda Valenzuela (Pontevedra, 1968) ha sido propuesto formalmente este lunes como candidato a presidir el Gobierno gallego. Se cierra así el círculo Feijóo-Rueda tras abrirse un nuevo capítulo en la vida política de ambos que llevará al pontevedrés a alzarse con el Ejecutivo autonómico, el próximo 14 de mayo, y con el PPdeG, una semana después.

Rueda ha admitido que “nunca” quiso ser el líder, pero no esconde que está “ilusionado” por serlo. Tareas no le faltarán en la Xunta, donde debe empezar por crear un nuevo equipo y demostrar “el estilo Rueda” sin dar un ‘portazo’ al proyecto de Feijóo, votado de forma mayoritaria por los gallegos en las urnas, pero también en su propio partido.

Asumirá las riendas del PPdeG con el aura de señalado por el ya líder del PP estatal, que no escatima a la hora de ponerle deberes: primero, “ganarse” el liderazgo interno, y después, lograr una quinta mayoría absoluta seguida para mantener la Xunta. Es más, le ha advertido que solo ganar le convertirá en líder.

Próximamente, en el camino hasta las autonómicas de 2024 tendrá varios test, como el de las municipales –que podría reconfigurar el poder de las ‘baronías’ provinciales– y las generales, que determinarán el futuro de Feijóo. Él ha prometido que su apoyo a Rueda será “inquebrantable” desde donde esté con un aviso a navegantes: se va de Galicia, pero sigue siendo el ‘jefe’, ya en Génova y puede que en breve “como inquilino de la casona” de La Moncloa.

Con la colaboración prometida por el de Os Peares, pero también con sus exigencias y un partido expectante, Rueda tendrá que mostrar su cara presidencial. Con otro hándicap: un índice de conocimiento que, según una encuesta reciente no llega al 46%. Entrenado, como buen número dos, para evitar el titular, tendrá que ganar presencia y contundencia en su mensaje para calar en la opinión pública.

Pero también coser cualquier tipo de herida en el partido o evitar que supuren, mientras preserva el mensaje de la “unidad” y de la estabilidad, ambos pilares del discurso del PPdeG que sustentaron las últimas cuatro mayorías absolutas. Según fuentes de su entorno, Rueda es consciente de todos sus retos, aunque también recuerdan que lleva 16 años “observando” a Feijóo y que es “el único” que le ha sustituido.

“Experiencia” no le falta, conforme subrayan miembros de su equipo consultados por Europa Press, indicando que “como en su día se decía de Fraga, tiene la Administración en la cabeza”: por formación, periplo profesional y vida política. Más allá, auguran que “todo lo que venga”, Rueda lo enfrentará “con humor, trabajo y normalidad”. Y con una presencia creciente en redes sociales, con cada vez más seguidores.

‘DURO DE ROER’ PERO DE BUEN TRATO. Rueda tenía 37 años cuando Feijóo lo fichó en 2006 para ocupar el segundo puesto más relevante del organigrama popular. Tuvo que tomarse una excedencia de su plaza como secretario municipal del Ayuntamiento de Cambados –diez años después, en 2016 y ya en la Xunta, la cambió por la de Marín–. Antes había sido jefe de gabinete de Xesús Palmou (quien habló de él al de Os Peares), además de ocupar altos cargos en el segundo nivel del organigrama de la Consellería de Xustiza.

Su padre le aconsejó que no se metiera en política con nulo éxito, aunque sí logró que primero se sacase una oposición para garantizarse “una alternativa” profesional de vida. También le recomendó actuar con precaución y fiarse de poca gente, y seleccionada. Y tiene fama de desconfiado y de ser ‘duro de roer’.

Al margen de su forma de ser, este político de buen trato e ingenioso con unas cañas y un pincho de tortilla delante, corredor de fondo, ciclista y motero en sus horas libres, fue durante diez años secretario general de Feijóo, un cargo poco amable y que no le ayudó a tejer amistades internas en el seno del PPdeG.

De hecho, le tocó convertirse en el ‘poli malo’ del PPdeG entre 2006 y 2009, cuando al líder se le reservaban todas las propuestas en positivo y él se encargaba de dar ‘palos’ a la oposición, personificada en las figuras del presidente entonces, Emilio Pérez Touriño (PSdeG), o del vicepresidente del bipartito, Anxo Quintana (BNG). En esta línea, sus rivales le ven como uno de los principales muñidores de la dura campaña que desembocó en la mayoría absoluta de 2009 que reabrió a los populares las puertas de San Caetano.

Tras alzarse con la Xunta ese año, Feijóo le mantuvo como secretario general del partido, aunque se creó la figura del portavoz para lanzar los mensajes más agresivos, y le ratificó como su mano derecha en el Gobierno autonómico, ya que lo convirtió en conselleiro de Presidencia. En 2012, le ascendió a vicepresidente.

Preguntado en una entrevista con Europa Press sobre si eran amigos, Rueda defendió que han sido “compañeros” en momentos muy duros y otros más amables: “Y ahí seguimos. Entre los dos hay muchísima confianza desde el punto de vista laboral. Aquí no se trata de amistad, pero al final acabas siendo amigo de las personas en las que confías”.

Familia
UN VIDA LIGADA A LA POLÍTICA

··· Casado y con dos hijas, este pontevedrés se licenció en Derecho por la Universidade de Santiago (USC). Pese a conocer a Feijóo en 2006, quien le abrió las puertas como secretario general de los populares gallegos, el lazo de Rueda con la política no empezó con el de Os Peares ni tampoco con el PPdeG, si bien fue presidente pontevedrés de Nuevas Generaciones sino por un interés que, podría decirse, heredó de ambas ramas genealógicas.

··· Por un lado, Rueda es sobrino nieto del galleguista Ramón de Valenzuela, aunque lo “ingrato” de la política lo conoció directamente, como reconoció en más de una ocasión, de la mano de su padre, José Antonio Rueda Crespo, quien, como miembro de Alianza Popular, fue concejal en Silleda, vicepresidente de la Diputación pontevedresa y senador.

03 may 2022 / 00:00
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