El ‘macroere’ de Caixabank laminará unos cien de sus 830 empleados gallegos

La absorción de Bankia por parte de CaixaBank obliga de nuevo a hacer números al sector financiero. Tras la suma inicial, que dio como resultado la creación del primer grupo bancario del país por volumen de negocio, ahora llega el momento de las restas en forma de ajuste de plantillas y cierre de oficinas.

Una fusión, como suele suceder, que presenta una cara de la moneda –la creación de un coloso con unos activos que superan los 624.000 millones de euros–, pero también una cruz: el despido de 8.291 personas (el 18% de la plantilla) y el cierre de 1.534 oficinas (el 27% de la red).

Al menos, este es el plan presentado por la dirección de CaixaBank, que tendrá como resultante la reestructuración de mayor envergadura realizada hasta el momento en el sector bancario español –sería el mayor recorte de empleo en España después de l acometido por Telefónica en 1999– que también dejará huella en Galicia.

No será la comunidad gallega la que pagar la factura social más alta, pero el macroere tendrá consecuencias, pues implicará en torno a 90-10 salidas de una plantilla formada por 830 empleados (contando a Bankia, que aporta unos 120 trabajadores), según los datos que maneja Comisións Obreiras.

El portavoz del sindicato Xoan Carlos Viveiro se mostró “sorprendido” por algunas de las condiciones que traslada la dirección, como que solo aceptará que la mitad de las salidas sea de empleados mayores de 50 años, lo que, indica, “eliminaría buena parte de la voluntariedad” en las salidas.

De acuerdo con los datos ofrecidos por la entidad, esta “cerraría una de cada cuatro oficinas” y además despediría a “uno de cada cinco empleados”, datos que ve en parte “extrapolables” a Galicia, menos en lo referente a las sucursales, puesto que dependerá de la duplicidad con Bankia, que será mayor en territorios como Madrid.

Además, critica que “las condiciones ofertadas están muy lejos de cualquier otra propuesta que se hizo en el sector” y las tilda de “absolutamente kafkianas”, pues “no invitan a una salida”.

"UN INSULTO A LA PLANTILLA". Son, de hecho, en opinión de CCOO, “un insulto a una plantilla que en plena pandemia tuvo la totalidad de las oficinas abiertas dando servicio salvo aquellas con positivo entre compañeros”.

El centenar de trabajadores afectados que calculan para el caso gallego “es muchísimo y sobre todo en estas condiciones”, evidencia Viveiro. Así, incide en que la organización sindical considera que este planteamiento “son condiciones de derribo”.

“Las limitaciones abocan a que tenga que haber despidos forzosos y cuando hablan de meritocracia se trata de un eufemismo para que la empresa elija”, censura. “Es una provocación y una falta de respeto”, remacha.

La edad media de la plantilla en Galicia, en el caso de Caixabank, está en unos 45 años, según estima, lo que avanza una “dificultad terrible de que encuentren otro empleo” en caso de que se vean obligados a dejar la entidad. Por todo ello, Viveiro espera que haya margen para modificar la propuesta que plantea la dirección y asegura que, de no haberlo, habrá contestación social.

De hecho, a nivel nacional tanto CCOO como UGT califican de “salvaje” el ERE anunciado por CaixaBank y no descartan movilizaciones.