El notario acusado de no testar a una anciana de 91 años con alzhéimer: “Sabía lo que hacía”

El notario acusado de no comprobar el estado mental de una anciana de más de 90 años, que resultó padecer alzhéimer, para firmar una escritura a favor de uno de sus hijos insiste en que la mujer “quería hacer lo que hizo”.

“El día en cuestión yo me presenté en el domicilio de una señora de 91 años, con las facultades normales para su edad, interactué con ella y llegué a la conclusión de que quería hacer lo que hizo”, dijo el acusado. “Una cosa es ver a una persona en su casa, en su ambiente” y otra distinta que, transcurridos “unos meses”, “se haga un informe sobre su estado”, aseguró.

Mantuvo también su versión en su intervención final en el juicio celebrado en la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de A Coruña, con sede en Santiago, y que este viernes quedó visto para sentencia tras una jornada en la que prestaron declaración varios peritos.

En la sesión, la fiscalía ratificó su petición de que el acusado sea condenado por un delito de “imprudencia” por “no haber dado todos los pasos que debía” para cerciorarse del estado mental de la mujer y que varios peritos, una forense y tres médicos que la atendieron, definieron como una demencia de tipo alzhéimer en fase avanzada.

Con todo, un especialista en neurología que practicó un informe a petición de la defensa discrepó con el resto de médicos y sostuvo que los síntomas de la señora se correspondían con la demencia de cuerpos de Lewy, cuyos enfermos presentan “episodios de lucidez”.

Por su parte, la acusación particular reclama un delito de falsedad documental. “Desconocemos cuál es el móvil pero estamos ante un señor que acude a un domicilio porque la señora, de 91 años, no se puede desplazar, y que va a hacer una operación que consiste en pasarle unos bienes a uno de los hijos que en ese momento la está cuidando. Eso conlleva tener unas cautelas muy grandes”, señaló el letrado de la acusación, que ha considerado “imposible” que “no hubiese una voluntad” de, “a pesar del estado de la persona, llevar adelante la escritura”.

Enfrente, la defensa del notario solicitó la libre absolución por considerar que no hay ninguna prueba que acredite que su representado no actuó de la forma adecuada. Así, negó que hubiese imprudencia y rechazó que se le pueda atribuir un delito de falsedad documental.

“Las acusaciones no especifican cuáles son las medidas necesarias que debería realizar el notario para indagar el estado mental de la señora”, afirmó la defensa, que incidió en que la señora no estaba incapacitada, como así comprobó su cliente, y que incluso uno de los médicos señaló que “no se había hecho un análisis de la voluntad de querer y poder de la persona”.

Además, el letrado pidió a la sala que tenga en cuenta la existencia de dilaciones indebidas en un proceso que se inició en 2012 y que está siendo juzgado en 2021.

visto para sentencia. El juicio quedó visto para sentencia después de dos días en los que también han comparecido tres hijos de la mujer, que mantienen entre sí otro proceso judicial en relación a este documento que supuso un pacto de mejora para la cesión de una casa ubicada en Chantada (Lugo) a favor del hijo que en esos momentos cuidaba a la señora.