El rey emérito se instalará en Nanín, en un chalé de su amigo Pedro Campos

Da la impresión de que 21 meses después se produce una especie de déja vù de ida y vuelta. Fue el 2 de agosto de 2020, en plena pandemia, cuando don Juan Carlos abandonó La Zarzuela y se dirigió hacia Sanxenxo. Allí, en casa de Pedro Campos, había quedado con un reducido grupo de amigos a los que comunicó su decisión de abandonar España e instalarse en Abu Dabhi.

A primera hora de la mañana del día 3 se fue al aeropuerto de Peinador-Vigo y en un vuelo privado puso rumbo a un autoexilio para esquivar los problemas que tenía con la Justicia y Hacienda y de lo que tanto ser habló en estos meses y a los que tantas horas de informativos se dedican estos días.

El déja vù de vuelta es a la inversa. Este jueves aterrizará en Peinador y desde la terminal viguesa se desplazará directamente a Sanxenxo para descansar de tan largo viaje. Allí le estará esperando, si todo se cumple según el guión no oficial previsto, su hija la infanta Elena.

A partir de ahí ya se sabe que el rey emérito Juan Carlos I se hospedará en una casa de su amigo Pedro Campos, presidente del Real Club Náutico de Sanxenxo, durante su estancia en el municipio pontevedrés, prevista para este fin de semana.

El propio Campos ha confirmado que, “como en otras veces”, el monarca ha optado por alojarse en una residencia situada en el lugar de Nanín en la que desde hace días se suceden los preparativos para su llegada.

En Sanxenxo se espera a Juan Carlos I en cuestión de horas y el dispositivo de seguridad está programado para activarse este jueves.

La disculpa del exmonarca para este viaje es la de participar en las regatas de la Copa de España de Vela de 6 metros, que organiza el Real Club Naútico de Sanxenxo aunque Pedro Campos quiso explicar que aún se desconoce si el rey participará en la prueba o si se limitará a verla desde la distancia, algo que se decidirá a última hora en función de las condiciones climatológicas y, especialmente, del viento que haya en el campo de regatas.

Juan Carlos I, según Campos, “lleva casi tres años sin subir a un barco”, desde las regatas de 2019 celebradas también en Sanxenxo, y, “como es lógico”, no está en forma.

En su entorno más cercano confían en que, al menos, pueda participar en alguna de las regatas, para poder “coger el ritmo”, pero nadie se atreve a confirmarlo. Sea como sea, está previsto que el monarca haga alguna aparición pública antes del inicio de la regata, que está fijada para las tres de la tarde.

“Estamos encantados que haya decidido venir y que haya podido hacerlo”, señaló Pedro Campos, que ha apuntado que su presencia “siempre es una motivación especial” en referencia a la popularidad con la que cuenta entre los regatistas de esta exclusiva competición de veleros.

Está confirmado que su hija Elena le acompañe y podría recibir la visita de “otros miembros de la familia”. Pedro Campos recordó ayer que la infanta ya estuvo en esa vivienda algunas veces, “incluso sola” para asistir a algunas de las regatas. “Lo suyo son los caballos, pero también le gusta navegar”, añadió Campos.

El monarca se quedará en Sanxenxo “hasta el domingo o el lunes”, según el responsable del Náutico de la localidad costera. Para el empresario y amigo del emérito, quien también habla habitualmente con el alcalde, Telmo Martín, los habitantes de esta villa tienen “mucha ilusión” por que Juan Carlos I elija este municipio pontevedrés para su vuelta a España, donde ya no tiene causas pendientes por parte de la Fiscalía, tras dos años en Abu Dabi.

El presidente del Consorcio de Empresarios Turísticos, Alfonso Martínez, señaló que esta localidad costera, cuya población se sextuplica en verano, espera al rey emérito con una alta ocupación hostelera y previsión de buen tiempo. “Lógicamente, cualquier evento que se celebre en este municipio tiene repercusión. La vela es un gran reclamo, la llegada de don Juan Carlos otro y, ya sumando el calor que hará, pues es una conjunción de todo”, indicó. Con todo, y pese a la elevada demanda, ha observado que todavía hay llamadas de última hora y disponibles plazas en las distintas categorías. Sanxenxo cobró fama en la década de los setenta, en competencia directa y estrecha con la cercana Illa da Toxa, un oasis termal y de ocio unido a O Grove por un puente decimonónico.

Fuentes del gobierno local aseguraron que la centralita municipal está “desbordada” ante el número de llamadas telefónicas que recibe en los últimos días para manifestar su apoyo al rey emérito Juan Carlos I.

En un comunicado remitido a los medios este miércoles desde el gabinete del ayuntamiento, el ejecutivo que dirige el regidor del PP Telmo Martín asegura que desde que “se conocieron las primeras informaciones” sobre la posible visita del monarca a este pueblo “los teléfonos municipales no han parado de recibir y atender llamadas al respecto”.

“Las llamadas están siendo de agradecimiento a Sanxenxo por la buena acogida que se le va a dispensar al rey Juan Carlos”, subrayó.