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En el contenedor de envases se dejan mal el 26 % de los residuos

Los recipientes para depositar la basura se encuentran distribuidos por el 99,4% del territorio autonómico // La recogida en Galicia supera a la media del Estado

La concienciación de los gallegos en el reciclaje va en aumento. Pero aún es necesario que sea mayor para que se separen los restos de las diversas basuras. Está clara la división de lo orgánico e inorgánico, pero no tanto para la población en lo que se tira en este último contenedor. Por ello, las entidades ambientales y las administraciones inciden en su importancia, ya que la reutilización del plástico, latas de aluminio, papel y cartón, así como el vidrio y pilas, supone un menor impacto ambiental a la naturaleza.

Según los últimos datos anuales de Ecoembes, la entidad que coordina las acciones de las diversas empresas que se dedican al reciclaje, si bien el número de contenedores existentes en todos los rincones de la autonomía llegan al 99,4% de la población de las ciudades y de prácticamente todo el rural, en cuanto a la correcta recogida de los residuos se apunta que en los contenedores amarillos para envases, el 26% de la basura depositada es impropia del mismo, bien porque corresponde a orgánica, bien porque no es lo que se debe dejar en ese recipiente.

Por otra parte, el impacto de la pandemia entre los ciudadanos, en el que la actividad de la hostelería en los meses del estado de alarma mermó hasta casi la paralización (solo se servían comidas para llevar en algunos restaurantes), se compensó con el acopio de alimentos en los domicilios. Y por ello, como detalle, desde la consellería de Medio Ambiente de la Xunta se constató que hubo un incremento de más del 25% en la recogida selectiva de los envases en el mes de marzo, con respecto al año anterior. Con ello se mantiene la tendencia alcista marcada en la última década.

Y es así porque los gallegos incrementaron en 2019, con respecto al ejercicio anterior, en poco más de un 10,1% los depósitos en el llamado contenedor amarillo al cual van los envases de plástico, latas y tetrabricks. Y, de media, cada uno de los ciudadanos dejó unos 12,9 kilogramos en ese año. Por su parte, en el contenedor azul se depositaron unos 13,9 kg de papel y cartón por persona, con un aumento interanual del 8,4%.

En total, entre ambos residuos se recogieron en los 37.005 contenedores amarillos y 13.902 azules, repartidos por toda la comunidad autónoma, unas 69.570 toneladas de ese tipo de productos. Y si bien destaca el dato que en los amarillos (envases) en el último lustro la tendencia ascendente de recogida acumuló un 31,3%, hay que poner en valor que solo en el año pasado. Galicia tiene un punto porcentual por encima de la media española.

En el Estado, fueron algo más de un millón y medio las toneladas de productos reciclados de los segmentos antes señalados. Ello supuso que se evitará la emisión de 1,67 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera, así como ahorrar el consumo de 20,74 millones de metros cúbicos de agua, 6,36 millones de megawatios de energía, y 1,5 millones de toneladas de materias primas. A Galicia le corresponde el 4,6% de estas cifras.

contaminación
unos datos que hacen pensar

• Reciclaje. De 8 cajas de cereales salen el papel suficientes para publicar un libro; de seis bricks de leche, el envase de cartón de una caja para zapatos; 40 botellas de plásticos dan para confeccionar un forro polar, o con solo 22 una camiseta; 80 latas de refrescos dan para una llanta de la rueda de una bicicleta, y con 550, una silla metálica; o con ocho botes de conservas se fabrica una olla de cocina.

• Degradación. El vidrio es el residuo que más tiempo tarda en que la naturaleza lo recicle por sí sola. Se calcula que unos 4.000 años. Otros productos muy duraderos son el poliestileno, unos mil años; los plásticos tan dañinos, sobre todo en los océanos, unos 400 años; o las latas de refrescos unos 50 años. Incluso el chicle precisa de cinco años para desaparecer; o las colillas que abundan en las playas, pese a que se prohiba fumar, tardan de uno a dos años; y sobre el papel, el impreso un año por la tinta, y el normal tres meses, la mitad que las pieles de la fruta.

El reciclaje de vidrio suma en toneladas al total del resto de desechos
Cada vez son más las contaminantes pilas y baterías depositadas para un buen reciclaje

El vidrio merece un apartado especial, por la facilidad de que en los 16.515 contenedores verdes repartidos por la Comunidad Autónoma gallega son específicos, se han recogido a lo largo del pasado año la cantidad de 70.966 toneladas, lo que supone un 9,3% de incremento sobre el ejercicio precedente, y un peso sobre las recuperaciones totales en el Estado del 7,4%. Es similar al resto de desechos, pero aún se perciben ciudadanos que no separan botellas de envases y las tiran en el contenedor amarillo.

Hay que destacar que en España la tasa de reciclado de los recipientes de vidrio alcanza el 72,2%. Es decir que pasan de nuevo por el horno para crear nuevas botellas, tarros o frascos. Así, de media nacional, cada habitante recicla 19,1 kilos que corresponde a unos 65 envases. Y para cada 204 ciudadanos existe un contenedor para la recogida. Son cifras que duplican en lo que va de siglo las que existían al final del anterior.

Sin embargo hay que precisar que en los contenedores de vidrio solo se pueden tirar los tarros, frascos y botellas del tamaño que sea. Por contra está prohibido depositar las tapas y los tapones que llevan y todo tipo de cristal de ventanas, espejos, vasos, bombillas, envases de medicamentos así como lo relacionado con vitrocerámicas.

Finalmente hay que recordar que mediante contenedores específicos para pilas y baterías, situados principalmente en los establecimientos de electrodomésticos y electrónica, las industrias y empresas profesionales relacionadas con este sector y los puntos limpios que instalan las entidades locales, incluso en las calles comerciales más concurridas. El año pasado se recogieron en Galicia unas 230,5 toneladas que volverán a ser útiles en su mayoría, y el incremento interanual en el Estado en la recogida de estos residuos alcanza el 8 %.

En España se consumen 500 millones de pilas y baterías al año. Y una simple pila alcalina usada de cualquier aparato electrónico que no se deposite en el recipiente correcto puede contaminar hasta 175.000 litros de agua. Una con base en óxido de plata unos 14.000, y las de zinc de 3.000 a 12.000 litros, según la combinación de elementos. Es una peligrosa cuestión a tener muy en cuenta.

30 nov 2020 / 00:00
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