Experiencias de dos jóvenes emprendedoras gallegas: ideas, metas y dificultades

¿Por qué trabajar para alguien si puedo hacerlo yo misma? Eso piensan muchas jóvenes gallegas, que, tras acabar sus respectivos estudios se encuentran de frente con un mundo laboral poco atractivo en muchas ocasiones, o simplemente, ven el momento de emprender en aquello que les gusta y comprobar si se pueden ganar la vida de esa forma.
Es el caso de Carla Mendes Sández, de O Barco de Valdeorras, quien, a sus 21 años, decidió comenzar un proyecto en cuarentena creando su propia marca de ropa, ‘Némesis Brand’. La primera colección se estrenará el 20 de marzo, su idea es crear ropa inclusiva femenina, cuyos procesos de creación y elaboración se realicen en Galicia y que sean lo más respetuoso posible con el medio ambiente.

¿Por qué decidiste crear una marca de ropa?

Siempre me gustó mucho la moda, la alta costura y demás, durante la cuarentena veía que estaban surgiendo varias marcas con ropa de la que me gusta consumir. Yo ya hacía diseños de prendas así que decidí tomármelo más en serio.

¿En qué se diferenciará tu marca respecto a otras?

Quiero que mi marca transmita ciertos valores. Lo primero hacer ropa inclusiva, desde la talla XS hasta la XXXL, hacer la ropa que me gusta, que yo misma usaría en el día a día, por lo que es bastante personal en ese sentido, la primera colección va a ser la de verano, serán prendas para llevar en el día a día dentro de que vas arreglada. A parte, el proyecto lo enfoco a que la marca sea cien por cien gallega, los materiales, el taller, que trabajo con Confecciones Maime, ubicado en Boqueixón, las modelos para las fotografías, los diseños para la página web, que en este caso contacté con Artenova, para que así todo lo que haga aporte riqueza a nuestra zona. Por último, intentar ser lo más respetuosa posible con el medio ambiente a nivel logístico.

¿Es muy difícil dar los primeros pasos?

Bastante. Aunque tengo suerte, ya que mi madre es asesora fiscal y me va dando pautas en el ámbito administrativo, por ejemplo, tenía pensado crear una S.L. y al final decidí hacerme autónoma. Recomiendo contratar los servicios de una gestoría o tener alguien que sepa sobre el tema asesorándote, aunque algunas cosas son intuitivas lo más seguro es que te equivoques en algo, y eso conlleva una sanción. A mayores, el trabajo de fin de grado de mi carrera de periodismo lo enfoqué también en el proceso de creación de mi empresa así que mi tutor también me ha ayudado mucho con ello.

¿Cómo creas los diseños?

No tengo formación en diseño, así que utilizo 5 aplicaciones, las combino y de ahí saco mis diseños con el patronaje sin hacer, que posteriormente envío a Confecciones Maime para que las chicas los revisen y elaboren.

¿De qué forma estás financiando el proyecto?

A nivel económico está siendo caro, ahora mismo con el dinero de casa y con varias subvenciones, una dedicada a negocios digitalizados y otra para mujeres emprendedoras.

¿Cómo vas a vender y promocionar tu negocio?

Venderé mi ropa a través de una tienda online, creo que no es necesaria una tienda física si en la tienda online los clientes tienen toda la información que procuren y es un ahorro considerable. En cuanto a la promoción haré un plan de comunicación normal, creo que es suficiente, pero sí tenemos pensado contactar con influencers, hacer algún sorteo...

¿Qué objetivos tienes para tu nueva empresa?

Quiero que sea una empresa que perdure, que no se quede solo en una anécdota y que sea mi trabajo a lo largo de los años. Si con el tiempo me va bien, aspirar a que la marca se posicione a nivel nacional como algo puntero.

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Laura Villar Martínez, de 23 años, es una chica de Vigo que lleva ya más de dos años con su propio negocio, ‘Chuliños’, una peluquería canina ubicada en la Avenida de Castrelos. Tras finalizar sus estudios de auxiliar de enfermería y no encontrar trabajo decidió realizar también el curso en peluquería y estética canina, al terminarlo, optó por montar su peluquería y tienda canina. Hoy nos cuenta su experiencia durante estos dos años.

¿Qué dificultades te encontraste al abrir tu negocio?

Los clientes, el miedo de no saber si vas a tener clientes o no, tenía que formar mi cartera de clientes desde cero, la gente no me conocía. También pensé que el trabajo iba a ser más fácil hacerlo. Por lo demás todo es ir aprendiendo, administrar mejor tu negocio, realizar los pedidos de forma más eficiente, sabes que se usa más, que se usa menos, gestionar la tienda en sí.

¿De qué forma te publicitaste para atraer a más clientes?

Pues abrí la tienda el día que había una carrera de perros en la zona, y el primer mes hice un 20% de descuento en las primeras visitas. A parte de eso y un poco de buzoneo y redes sociales nada más, se me conoce más por el boca a boca que por publicidad.

¿Resultó ser rentable desde un principio?

Sí. Desde el primer momento fue bien, fue una evolución progresiva pero no me puedo quejar de mis inicios, me recibieron bien en la zona. Venía alguien con su perro, le gustaba el resultado y se lo decía al resto de conocidos con perro, en este tipo de negocios si al cliente le gusta un sitio es raro que quiera probar en otro.

¿Qué diferencias ves entre ser la dueña y no una empleada en tu negocio?

Aquí no puedes tener un mal día, tu cara es tu negocio, tengo que dar un poco más de mí de lo que daría si fuese empleada y dar el brazo a torcer en ciertas ocasiones. Y que no desconectas, yo cuando salgo de la tienda sigo atendiendo a redes sociales, pedidos, mensajes con los clientes para saber si les ha gustado el resultado... Cosas que si fuese empleada no tendría que hacer, pero no me arrepiento para nada.

¿Tras más de dos años con tu negocio abierto, cuáles son tus objetivos actualmente?

Ahora mismo quiero centrarme en trabajar duro para seguir creciendo y poder contratar a una persona en un futuro, estoy muy contenta de como está yendo el negocio y como ha ido siempre, esto va creciendo poco a poco y cuando veo que el resultado final es bueno merece la pena trabajar 10 o 12 horas al día.