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Fuera las mascarillas en colegios, empresas y los grandes eventos

Aunque el Gobierno gallego recomienda seguir llevando tapabocas en las aulas, la norma estatal elimina su uso // Al viajar en transporte público, entrar en las farmacias y visitar hospitales y residencias habrá que volver a ponerla

El de hoy es el día más importante de estos dos años de pandemia. El día que, para la población general, pone fin a una pesadilla que ha durado más de lo que creíamos y de lo que nos hubiese gustado. Esa compañía inseparable en la que se convirtieron las mascarillas se romperá y podremos prescindir al completo de ellas tanto al aire libre como en espacios interiores. Solo algunas excepciones nos obligarán a tener una en el bolsillo, por si las moscas.

“Vamos a recuperar la normalidad”, avanzaba ayer la portavoz del Gobierno de España, Isabel Rodríguez, tras la aprobación en el Consejo de Ministros del real decreto que elimina la obligatoriedad de tapabocas en interiores. “Desde mañana (por hoy), podremos volver a mostrar los rostros y las sonrisas también en interiores”, decía, alabando el “esfuerzo conjunto” para desarrollar una estrategia de vacunación que ha hecho posible llegar hasta este puntos: mucha incidencia pero escasos ingresos, con una mayor tolerancia a la infección.

La propia ministra de Sanidad, Carolina Darias, precisó durante su intervención tras el Consejo que la tasa de cobertura vacunal rondaba el 92 % de la población mayor de doce años, esto es, 39 millones de personas; el 80 % de los mayores de cuarenta, o sea, 24 millones de españoles, cuentan ya con dosis de refuerzo; y más del 50 % de los niños de entre cinco y once años cuentan con pauta completa, 1,5 millones.

Gracias a estos datos, entre otros relativos a la baja tasa de hospitalización en relación al número de infectados, toda España podrá decir adiós desde el mismo momento en que se publique el real decreto en el Boletín Oficial del Estado (BOE) –este miércoles– al tapabocas. Y es que la propuesta fue aprobada por unanimidad en la Cámara.

Los espacios más simbólicos en los que ya se puede eliminar son los colegios, las empresas y los grandes eventos. Sin excepciones en el caso de los centros educativos y salvo que los técnicos de evaluación de riesgos de una empresa concreta determinen lo contrario entre los trabajadores. En los colegios, la decisión “meditada” y tajante del Gobierno viene a chocar con la precaución por la que todavía apuesta la Xunta.

Y es que en Galicia, cabe recordar que fue el lunes cuando el conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, decía a los medios que desde su departamento aún recomendarían el uso de la mascarilla en interiores, incluso en las aulas, desmarcándose una vez más de las demás comunidades, como ya había sucedido el pasado 8 de febrero, tras el anuncio de la eliminación de los tapabocas en exteriores.

En el resto de España, aunque con carácter general las mascarillas no se usarán, sí habrá pequeñas excepciones a la regla general que, una vez más, afectarán a los ámbitos más vulnerables. Esto supone tener que volver a ponérsela en los centros, servicios y establecimientos sanitarios que, como ejemplificó Darias, podrían ser los hospitales, los centros de salud, los centros de transfusión de sangre o las farmacias. En todos ellos será obligatoria la máscara para los trabajadores y también para los visitantes. Sin embargo, no lo será para los ingresados en hospitales.

Al igual que tampoco lo será para los ancianos residentes en centros sociosanitarios de la comunidad, es decir, en centros de día o residencias de mayores. Allí solo tendrán que hacer uso de la misma los trabajadores y los visitantes.

Asimismo, será necesario usar tapabocas en el transporte público, dentro, no mientras se espera en el andén. En aviones, trenes, ferrocarriles, taxis, autobuses y barcos donde no se puedan guardar distancias de seguridad de 1,5 metros.

20 abr 2022 / 00:00
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