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Galicia se convierte en el epicentro nacional de las subvariantes nuevas de Ómicron

BA 4 y BA 5 se extienden rápidamente por la comunidad, hasta suponer ya el 65,9 % de las muestras analizadas // Son cepas más contagiosas y que esquivan las vacunas, con mayor poder de reinfección, pero menos graves

El covid sigue entre nosotros. Aunque no lo parezca. Su importancia en estos momentos para la sociedad ya es relativa. A diario escuchamos casos (quizá más que nunca) de que un vecino se ha infectado, de que nuestro compañero de trabajo está confinado junto a la familia o de que un famoso se ha reinfectado ya por tercera o cuarta vez. “Una gripe”, “algún dolor de cabeza y ligeras molestias en la garganta”, “mucha tos, pero nada grave”, son algunos de los comentarios que se oyen en las calles entre aquellos que han superado la enfermedad recientemente.

Y es que la gente ya ha perdido el miedo al coronavirus. Lo que no se cuenta no existe, que suelen decir. Y como cada vez los propios gobiernos dan menos datos y más espaciados en el tiempo, parece que después de la caída de las restricciones y de la vacunación masiva ya no hay que preocuparse. Pero, lo cierto es que mantener la precaución no está demás, pues cabe recordar que el covid ha llegado para quedarse entre nosotros, y por experiencia conocemos cómo es capaz de adaptarse para esquivar la respuesta inmune.

De hecho, eso mismo es lo que trata de hacer con sus nuevas mutaciones. La cepa Ómicron sigue siendo la mayoritaria en la actualidad, pero ya no es la misma que era en un principio, cuando fue quién de generar una brutal sexta ola. En estos momentos se ha modificado hasta en cinco ocasiones, dando lugar a diferentes sublinajes. El BA2 ya lo conocíamos, pero los últimos, BA 4 y BA 5 llegan mejorados.

Ambas son subvariantes con características muy similares: supercontagiosidad, muy elevada capacidad de reinfección y poder para escapar a la respuesta inmune que generan las vacunas. Pero que nadie se alarme todavía, pues la parte positiva es que se trata de cepas que cursan con síntomas menos graves que sus predecesoras.

En concreto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advertía hace apenas un mes de que la pandemia seguía activa y que estaba lejos todavía de haber terminado. Y, hace tan solo unos días, la OMS comenzó a monitorear de cerca estos dos nuevos sublinajes, al parecer originados en Sudáfrica, según apuntan los primeros indicios, al comienzo del año 2022. Pero no ha sido hasta hace unas semanas cuando se ha detectado su presencia en territorio español. Y, a pesar de que los doce primeros casos se detectaron en Asturias, Galicia es la que acumula más contagios ahora.

Nada menos que el 65,9 % de los casos secuenciados en la comunidad gallega en la última semana epidemiológica sobre la que el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias emite balance (entre los días 6 y 12 de junio) se corresponden con estos dos sublinajes: BA 4 y BA 5. No solo es el valor más alto del Estado español, con diferencia –seguido por Baleares, con el 59,9 %–, sino que, además, sube rápidamente, pues la semana previa se situaba en el 44,3 %, es decir, un crecimiento superior a los 15 puntos porcentuales en siete días.

Por el contrario, el porcentaje de muestras pertenecientes a la cepa BA 2 (la que había logrado desplazar hace unos meses a la original, BA 1) baja cada vez más, estando ahora mismo en Galicia en el 33,2 %, el valor más bajo a nivel nacional –el siguiente sería el registrado en Baleares, de 39,2 %–. Del mismo modo que BA 4 y BA 5 suben rápidamente, BA 2 disminuye rápidamente, pues la semana previa estaba en un 55,7 %, lo que supone una bajada de algo más de 16 puntos, lo que viene a ser prácticamente lo mismo que lo que subieron BA 4 y BA 5.

Mientras tanto, y a pesar de que comunidades como Madrid aún tienen un alto porcentaje de muestras correspondientes a los sublinajes BA 1 y BA 3 (el 39,6 %), lo cierto es que en Galicia ya no queda rastro de ellos, suponiendo el 0 % de las muestras analizadas.

Los datos son los datos, pero también es importante resaltar la baja virulencia de estas cepas, para trasladar un mensaje de tranquilidad, aunque siempre con prudencia, a la población. Y es que sus síntomas son muy similares a los de la ya conocida variante XE. Entre los principales se encuentran la fiebre, el dolor de cabeza y de garganta, la tos, los mocos y el dolor muscular. Como síntomas menos frecuentes, también la sudoración nocturna, la lumbalgia e incluso algunas náuseas. Pero nada que no se pueda curar en unos días a base de ibuprofeno y paracetamol.

Cuarta dosis solo para los mayores de ochenta y en residencias, de momento

Santiago. Mucha gente ya se niega a ponerse una cuarta dosis de la vacuna, al igual que muchos se negaron a ponerse una tercera. La fatiga pandémica y, en este caso, la fatiga vacunal que podríamos decir, juegan en contra de la inmunidad de rebaño. Y es que el covid sigue circulando, adaptándose a la protección que tratamos de generar con las vacunas y, tras contraer la enfermedad a pesar de estas vacunados, parte de la población se niega a un cuarto pinchazo.

Cabe destacar, antes de nada, que la cuarta dosis de la vacuna, a pesar de que según anunció la ministra de Sanidad, Carolina Darias, sería para toda la población, solo está aprobada por ahora para los mayores de ochenta años y los usuarios de residencias, es decir, la población más vulnerable.

Este segundo refuerzo (después del primero con la tercera dosis) comenzaría a administrarse en fechas cercanas al otoño, porque es para entonces cuando se espera la llegada de nuevas vacunas adaptadas a las variantes. Así se encargó de puntualizarlo el conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, que destacó que sobre lo que sucederá con el resto de la población, nada se sabe por el momento.

Eso sí, con los datos en la mano, se puede observar que en Galicia hubo disminución de la adherencia a la campaña de vacunación contra el covid desde que esta arrancó. Así, la primera dosis se la pusieron 2.479.100 gallegos. La segunda dosis, la que completaba la pauta, 2.453.571 (25.529 personas menos). Y la tercera, la de refuerzo, no llegó a los dos millones de adscritos, quedándose en 1.973.116 (480.455 personas menos que la segunda y 505.985 menos que la primera o, lo que es lo mismo, casi medio millón menos de personas). Si la cuarta sigue esta tendencia, podríamos rebajar el número de personas con el segundo refuerzo a un millón y medio, por lo que habría más de un millón de gallegos sin una vacuna adaptada a las nuevas variantes. á.p.

25 jun 2022 / 01:00
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