Galicia trabaja y marca su huella en el futurista Ejército de Tierra

“La tecnología y la dinámica geopolítica están cambiando el carácter de la guerra”. Así lo afirman desde el Ejército de Tierra, remarcando que se enfrentan a “un cambio dramático del entorno” y, en consecuencia, necesitan “fortalecer sus capacidades para poder seguir siendo de utilidad y garantizar la eficacia de su acción cuando se requiera una respuesta militar”. Por ello nació Fuerza 35, un proceso actualizador con el que buscan afianzar la formación y preparación de las fuerzas terrestres para “el combate del hoy y del futuro”. Con sus ojos en el 2035, la responsable de ejecutar “las actividades de experimentación necesarias para extraer conclusiones y validar hipótesis que posteriormente puedan ser volcadas en los desarrollos conceptuales de la Fuerza 35” es la Brigada Experimental (Briex) 35. La unidad asignada como tal es la Brigada “Rey Alfonso XIII”, II de la Legión, y, en ella, ahora mismo, hay más de medio centenar de gallegos.

Así las cosas, los resultados que se vayan obteniendo en la fase de experimentación serán aplicados a todas las brigadas del Ejército de Tierra, que se “irán transformando” al nuevo modelo de Brigada 35 de forma progresiva, así como al resto de unidades y mandos de la fuerza terrestre. De esta forma, pretenden cumplir el objetivo final del ambicioso plan, que no es otro que el de “disponer de una Fuerza de nueva generación, dotada de unas capacidades de combate modernas y tecnológicamente avanzadas, para afrontar los retos del horizonte 2035”.

La realidad aumentada o la robótica serán protagonistas, pero también la Inteligencia Artificial o el Big Data, ante la necesidad de gestionar un elevado volumen de información y la más que precisa interoperabilidad entre bases de datos. Con ello, esta nueva fuerza será multidominio, es decir, capaz de operar y sincronizar operaciones simultáneas mediante el dominio físico (dimensiones aérea y terrestre), virtual (dimensión ciberespacial) y cognitivo (dimensiones sociales, morales y del comportamiento).

Entre el equipamiento, las maquinarias y demás tecnología del futuro, la Fuerza 35 contará con misiles y cañones antiaéreos, así como con sistemas específicos contra sistemas aéreos pilotados remotamente (los RPAS): micro (cuyo peso puede situarse en torno a los 20 gramos), mini (dos kilos) y small (entre 20 y 150 kilogramos). No obstante, aun queda mucho para que se haga realidad, pues dentro de su cronograma, y antes del estado final (que llegará en 2035), debe alcanzar los estados intermedio uno (2024) y dos (2030).

Es cierto que en este proceso gradual e instructivo, que culminará al pasar esos 14 años, ya se han dado pasos. En lo que incumbe a nuestra comunidad, en la Brigada “Galicia VII” (o Brilat), ubicada en Pontevedra, “se están llevando a cabo experimentos que pretenden identificar la bondad de nuevos sistemas y procedimientos”, manifiestan en declaraciones a EL CORREO GALLEGO desde la Oficina de Prensa del Ejército de Tierra en Madrid. A este respecto, ponen “como ejemplo” también que en estos momentos “se encuentra trabajando en un estudio de las capacidades del Grupo Logístico y su despliegue para realizar un apoyo logístico óptimo a las operaciones que desarrolla la Brigada”.

Además, evidencian que el Ejército de Tierra “ha colaborado recientemente en la feria Unvex 21 (sistemas aéreos no tripulados), que tuvo lugar el pasado mes de julio en Santiago, y a la que asistieron numerosas empresas del sector aeronáutico de origen gallego”. En este caso, otro de las metas, establecida por la Secretaría de Estado de Defensa, fue “apoyar a la industria nacional”. A ello se suma que el Ejército de Tierra “trabaja habitualmente con empresas radicadas en Galicia” y, entre ellas, “destacan las relaciones mantenidas con Urovesa y Navantia”, comentan las mismas fuentes.