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CRÓNICA. Espera que se aclare el caso Garañón alejado (pero no del todo) de la política // En marzo se cumplen cinco años de la imputación // Sigue militando en el PSdeG, pero no moverá ficha hasta que la Justicia tome una decisión TEXTO José A. Pérez

Gómez Besteiro sueña con recuperar la ocasión que le arrebató Pilar de Lara

A José Ramón Gómez Besteiro lo que de verdad le gusta es la política. Prácticamente la mitad de su vida se dedicó a ella y tuvo que dejarlo impulsado por unas circunstancias especiales sin que nadie se lo pidiera. Fue él quien dio el paso de poner su cargo a disposición de un Pedro Sánchez que entonces daba sus primeros pasos al timón del PSOE. Se marchó y cerró la puerta de una oleada de ceses/dimisiones preventivos, algo que ni figuraba ni figura en los estatutos de ningún partido. Se convirtió en el último de los que abandonaron el barco por culpa de presiones mediáticas.

A Gómez Besteiro tanto le gusta la política que no dudó en cumplir lo que se había prometido: mantenerse alejado de ella hasta que se hiciera justicia. Ni una sola declaración, ni un movimiento, nada de nada, desde que hace casi ya cinco años tomó la decisión de renunciar a lo que más deseaba... pese a que era (¿lo sigue siendo?) su gran pasión.

Todo se truncó en marzo de 2016. El 12 anunciaba su renuncia a ser candidato del PSdeG a la Xunta y seis días después se veía obligado, también, a dimitir de la secretaría xeral del PSOE gallego. La jueza Pilar de Lara le había imputado en el caso Garañón (una urbanización a los pies del parque Rosalía de Castro, en la ciudad de Lugo) construida en la etapa en la que Besteiro era edil de Urbanismo y Xosé López Orozco alcalde y también investigado y, posteriormente, en la denominada operación Pulpo, relativa a contrataciones presuntamente irregulares siendo presidente de la Diputación.

Acusado de los delitos de soborno, prevaricación, tráfico de influencias, fraude a las administraciones públicas, fraude de subvenciones y delito continuado de malversación de caudales públicos, en aquellas fechas los actores de la nueva política (derivada de las protestas del 15-M) habían dinamitado el principio de presunción de inocencia y a las puertas de unas autonómicas (celebradas el 25 de septiembre de 2016) ningún partido, y mucho menos el PSOE que sentía en la parte izquierda de su nuca el aliento de Podemos, se atrevía a que la foto de un imputado apareciera en el cartel electoral.

EN EL PEOR MOMENTO. La fulgurante (y exitosa) carrera política de José Ramón Gómez Besteiro sufrió un golpe tan contundente como inesperado. Era un político ascendente al que las encuestas situaban con capacidad suficiente para mirar en las urnas de tú a tú a Alberto Núñez Feijóo y disputarle el trono en San Caetano, dando por supuesto el respaldo del Bloque y la naciente AGE. Besteiro, tras una exitosa gestión al frente de la Diputación de Lugo, estaba convencido de que podía ser presidente de la Xunta.

Lo que no preveía era la contumaz obsesión de la magistrada Pilar de Lara por limpiar las instituciones públicas de vestigios de corrupción. Un simple anónimo sirvió para que el entonces secretario xeral de los socialistas gallegos se situara en el punto de mira de una causa , lo que en los juzgados de Lugo era más que corriente. De Lara llegó a imputar a más de un centenar de cargos políticos y dejó sin alcaldes, por ejemplo, a las ciudades de Ourense, Lugo y Santiago, y obligó a dimitir a decenas de concejales.

Gómez Besteiro era una pieza de caza mayor que dejó al PSdeG sin su mirlo blanco: nunca antes, reconocen fuentes socialistas en activo, “el partido tuvo un candidato de este perfil, capaz de aportar equilibrio entre el sector urbano y el rural”. Una de ellas va más lejos: “Besteiro se había labrado fama de buen gestor en una Diputación tan compleja como la de Lugo y en el propio concello. Era una persona que generaba empatía en muchos círculos, incluso entre personas que no militaban en nuestro partido”.

Nadie olvidaba que Gómez Besteiro había logrado algo que parecía imposible: ser el primer presidente socialista de un organismo provincial que durante un cuarto de siglo había estado controlada por Francisco Cacharro Pardo, un político tan poderoso que, sirva el ejemplo, era el único en Galicia capaz de colgarle el teléfono a Fraga. Besteiro arrasó el aparato de servidumbres que don Paco tejiera durante tantos años.

¿EL FUTURO? El ex secretario xeral del PSdeG mantiene su promesa de no hablar de temas políticos y la cumple a rajatabla. En estos casi cinco años no se pronunció nunca, rechaza aparecer en los medios (tampoco quiso dar su opinión a EL CORREO) y sus únicas declaraciones las conocemos a través de su abogado y se centran en pedir que no se dilate más la instrucción de las causas pendientes. Respiró aliviado cuando Pilar de Lara fue expedientada y trasladada de Lugo, aunque ella le dejó un regalo envenenado: el día antes firmó un auto en el que concluía la instrucción del caso Garañón y lo remitía a la Audiencia Provincial para que declarara la apertura de juicio oral.

Mientras eso ocurra, o no, Gómez Besteiro reparte su vida profesional entre su ciudad, Lugo, y A Coruña, y precisamente ahí reside uno de sus íntimos, Valentín González Formoso, alcalde de As Pontes, presidente de la Diputación coruñesa, secretario provincial del PSdeG y voz crítica de Gonzalo Caballero, con el que le une una relación de parentesco.

El lucense guarda silencio y no habla del partido, pero Formoso no olvida que fue el anterior secretario xeral quien le llevó a presidir el poderoso organismo provincial. ¿Y qué ocurre en Lugo? “Tes que volver, Besteiro”, le repiten los militantes con quienes mantiene buena sintonía y que le procesan su cariño. Pero él no moverá ninguna tecla hasta que se pronuncia la Justicia. Y después “le dará una vuelta”, dicen quienes le conocen antes de añadir que “le queda recorrido”. Para cumplir el sueño de ser candidato a la Xunta de Galicia del que le privó Pilar de Lara de forma abrupta.

SIMILITUDES
La estela de Pachi Vázquez

··· “Fue un linchamiento”. De esta forma calificó Pachi Vázquez, que fuera secretario xeral del PSdeG entre 2009 y 2013 el procedimiento por prevaricación que se siguió contra él y del que fue absuelto hace diez días. Besteiro espera seguir el camino de un político que le precedió en diversos momentos de su vida pública. Precisamente fue él quien le sucedió al frente de los socialistas gallegos y quien iba sustituirle como candidato a la presidencia de Galicia. José Ramón logró en Lugo lo que no pudo hacer Pachi en Ourense: derrocar al barón (¿cacique?) provincial, mientras que el segundo estuvo sentado en la mesa del Consello de la Xunta (fue conselleiro de Medio Ambiente con Touriño de presidente) lo que trataba de lograr el primero cuando una jueza se cruzó en su camino. Algo más les diferencia: Vázquez se negó a abandonar la política al ser imputado pero Gómez dijo adiós a petición de su partido.

25 ene 2021 / 00:00
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