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Hijos de Rivera prevé recuperar ya este año las cifras de ventas de antes de la pandemia

La matriz de Estrella Galicia o Cabreiroá elevó ligeramente a 1.250 personas su plantilla y la mantuvo a pulso, sin ERTE // Vio diezmada su facturación y su beneficio cayó un 27,4 %, a 52,9 millones // Reorganizó su negocio ante la caída en hostería y repunte en el consumo en hogares // Mantuvo la inversión y el año próximo iniciará las obras de su nueva fábrica en Morás

“Resistir es mantener nuestros valores, tanto en los buenos como en los malos momentos”. Detrás de esta filosofía está Hijos de Rivera, que volvió a congregar presencialmente a la prensa en su fábrica de Agrela en una presentación mixta, también virtual, de sus resultados. En ella, Ignacio Rivera, consejero delegado de la compañía matriz de Estrella Galicia o Cabreiroá, repasó el impacto de la COVID-19 durante 2020 para la compañía, en la que el grupo redujo sólo ligeramente, un 1,4 %, los litros vendidos de cerveza de 346 a 341 millones, y de forma más abrupta en el agua mineral con un -18 %: 162 frente a 198 millones de litros. Su negocio se veía diezmado, con un descenso del 10 % que implicaba pasar de 532,3 a 479,1 millones de euros. El beneficio se despeñó un 27,4 %, pasando de 72,8 a 52,9 millones porque, entre otros factores, el grupo mantuvo a pulso a su plantilla, sin acudir a ningún tipo de expediente de regulación temporal de empleo o ERTE.

Porque a dos cosas no renunció la cervecera gallega, apuntó su CEO: primero, a cuidar a las personas, invirtiendo en la seguridad de su plantilla, que incluso creció ligeramente, un 1,1 %, hasta 1.250 personas (nueve de cada diez con empleo indefinido) para mantener la actividad, y blindando la inversión con 68,3 millones , sembrando para el futuro, porque “el coronavirus pasará y hay que estar preparado”. Ignacio Rivera siempre ve el vaso medio lleno, y no dudó en afirmar a los periodistas que espera superar las ventas de 2019, previas a la pandemia, ya en este 2021. “Los datos por ahora son muy buenos, aunque los estamos comparando con meses de confinamiento, pero soy optimista y pienso que podemos alcanzarlas ese año”, manifestó.

Tuvo que reinventarse, pues si antes del virus un 70 % de la actividad llegaba del canal Horeca, restauración y hostelería, y el 30 % restante de distribución en supermercados y a hogares, ahora esa relación ha cambiado al 56-44 % por los cierres de bares, cafeterías, cervecerías, restaurantes... por los que Ignacio Rivera rompió una lanza: “la hostelería es la solución, no el problema”, pues en su casi totalidad cumple las normas y obliga a que los clientes lo hagan, algo incontrolable en los hogares.

Las claves están en el avance de la vacunación, en no sumar una nueva ola tras haber evitado la cuarta, en convertir a Galicia y España en destinos seguros. En el regreso del ocio nocturno. En que este verano, aunque no vayan a llegar los 80 millones de turistas que se acercaban desde otros países, se dinamice ese turismo diferente al de sol y playa que caracteriza a la comunidad gallega, máxime en un año Xacobeo que van a apoyar incluso con un lanzamiento especial de una cerveza, dentro de los ocho lanzamientos previstos, la primera una de abadía, con levadura domesticada cuya receta encontraron en el Mosteiro de Sobrado dos Monxes. El año pasado, pese al virus, estrenaron seis clases de cerveza, entre ellas las de pulpo... o madroño.

“Se están reactivando las cosas más rápido de lo que pensábamos”, aseguró el CEO, aunque claro, se compare este arranque de ejercicio con el confinamiento de marzo a mayo de 2020. “Pero somos más optimistas de lo que éramos en diciembre”, aseguró.

Señaló que su “sueño” es tener la segunda unidad galaica, su proyectada planta de Morás, en Arteixo, “esté produciendo cerveza a finales de 2023”. Avanzó que parte de los 460.000 metros cuadrados adquiridos en el polígono “nos los entregan en el primer trimestre del año que viene tras su preparación, y empezaremos a montar fábrica a partir de marzo o abril”. Allí llega el agua coruñesa a la que no quieren renunciar, parte del secreto de su éxito.

Rivera apunta que será “una fábrica importante que iremos modulando”, con 150 millones de euros de inversión en la primera fase. Aquí sí podrán crecer, porque en sus dominios de A Coruña lo tienen ya imposible, aunque evolucionarán, quieren llegar a los 500 millones de litros de producción. A nivel internacional cuentan ya con 31 empresas en ocho países, y presencia de sus productos en 60 países. Otro sueño de Rivera es “que algún día podamos tener otra cocina en Brasil, pero no está cerrado”. Esa factoría es ya el mejor puente del grupo hacia toda Latinoamérica.

Golpe en todos los negocios

Todos los negocios de la compañía sufrieron a lo largo del 2020 con marcados descensos tanto en lo que se refiere a cerveza (-22 %), como agua (-48 %) o el propio museo MEGA (-95 %). En todo caso, el mayor golpe ha recaído en los negocios de distribución (-449 %) y de hostelería (-286 %) que han sufrido especialmente las restricciones durante el pasado año.

El valor de su actividad

Hijos de Rivera presentó también el estudio de impacto socioeconómico que elabora la consultora internacional Steward Redqueen y que cuantifica mediante un modelo estándar el impacto de la actividad de la compañía a lo largo de toda la cadena de valor. Dicho estudio señala que más de 25.300 empleos en toda España están vinculados de algún modo con la actividad de Hijos de Rivera, lo que supone que por cada puesto directo se generan 23 empleos relacionados. Y añade que Hijos de Rivera aportó a al PIB español un total de 1.290 millones de euros en 2020. En el caso de Galicia, la actividad de la compañía supone un 0,7 % del PIB gallego y un total de 7.200 empleos en la comunidad están relacionados de alguna forma con la empresa. Es la prueba de que cada vez el negocio del grupo cervecero gallego está cada vez más “aguas abajo”, pues el consumo y sus clientes son hoy mucho mayores fuera que entro de su territorio de origen, donde desde hace 116 años cocina y fabrica sus cervezas.

Filosofía emprendedora... y familiar

“No es que no queramos ser la cerveza más vendida, es que no podemos, tendríamos que tener fábricas por todo el mundo”, señalaba Ignacio Rivera, recordando que el objetivo sigue siendo “ser la más querida, es nuestra mentalidad”. Pero también defienden el emprendimiento. El CEO siempre se ha visto más como emprendedor que como empresario, de ahí el programa The HOP para promover iniciativas empresariales cada vez más ligadas al mundo de la hostelería, que encara una tercera fase cada vez más generando iniciativas más maduras. Tanto, que a futuro Hijos de Rivera se plantea ya invertir en algunas de estas empresas nacidas y asentadas. La clave en estos procesos es equivocarse, aprender y seguir y seguir avanzando.

A preguntas de los periodistas, apuntó también que seguirán fieles a la filosofía como empresa familiar. “Nos va bien, no valoramos ningún movimiento ni nos planteamos alianzas con otras empresas o ceder parte del capital”. Pretenden, como han hecho siempre y ya van por la cuarta generación, “seguir creciendo por nosotros mismos”. Y es que cuando él empezó a trabajar en la fábrica facturaban 30 millones de euros... y hoy multiplican por 16 esa cifra.

14 may 2021 / 09:49
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