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Importante avance en la USC para intentar diagnosticar el cáncer de hígado hasta dos décadas antes de que se manifieste

El grupo del CiMUS ‘Genomas y Enfermedad’, dentro de un consorcio internacional, utiliza avanzadas tecnologías de secuenciación del ADN para describir una nueva vía de formación de los tumores // El hallazgo permitirá el desarrollo de estrategias terapéuticas más eficaces

Una investigación realizada en el CiMUS de la Universidade de Santiago podría facilitar el diagnóstico del cáncer de hígado hasta dos décadas antes de que este se manifieste, y precisar así estrategias terepéuticas más eficaces. El hallazo es del grupo Genomas y Enfermedad, que dirige el profesor José Tubío y que acaba de ser publicado en Nature Communications. El descubrimiento se ha hecho en el marco de un consorcio internacional (Pan-Cancer) integrado por equipos de Inglaterra, Japón y España, que ha utilizado avanzadas tecnologías de secuenciación del ADN para conseguir describir una nueva vía de formación de tumores como consecuencia de la actividad de VHB, y su comportamiento genético, con la formación de tumores.

El 4% de la población mundial está infectada por el virus de la hepatitis B (VHB). De ellas, el 20% acabará muriendo a causa de cirrosis o cáncer de hígado, uno de los pocos tipos tumorales cuya tasa de mortalidad se prevé que siga aumentando en los próximos 10 años. Se sabe, según explica el CiMUS, que el cáncer hepático se desarrolla habitualmente en un hígado enfermo. Pero ¿cómo es posible que una infección por un virus pueda derivar en cáncer? Desde hace décadas se conoce que, durante la infección, como parte de su ciclo natural, VHB introduce su propio material genético – su manual de instrucciones -dentro de las células del hígado humano. “Eso es lo que le permite seguir produciendo copias de sí mismo y extender la infección. Este proceso, que es común a muchos otros virus, puede en ocasiones terminar con la integración del ADN de VHB dentro del ADN humano, de igual modo a lo que ocurre cuando añadimos un par de eslabones más a una pulsera que nos aprieta. Estas integraciones del ADN del virus pueden ser perjudiciales per se, pero por sí solas no permitían explicar cómo VHB promueve la formación de tumores”, sostiene la primera autora del artículo, Eva G. Álvarez.

Fruto de una investigación de varios años y de trabajo conjunto desde centros de Inglaterra, Japón y España se ha conseguido aportar un poco de luz a estas incógnitas. En este trabajo, apunta el Centro Singular de Investigación de la USC, en el que han estudiado 296 carcinomas de hígado, se ha descrito un nuevo fenómeno que podría estar detrás del inicio y de la progresión de estos tumores. “Utilizando tecnologías punteras de secuenciación de ADN, hemos comprobado que, con frecuencia, las integraciones del ADN del virus están mediando alteraciones en el genoma de las células hepáticas. Es decir, en nuestro

genoma, adyacentes al lugar en que se integra el ADN viral, vemos otro tipo de anomalías –como pérdidas del ADN nativo o fusiones entre cromosomas diferentes– que, en última instancia, hacen que se pierdan genes protectores contra el cáncer”, según explica la investigadora del CiMUS y coautora del artículo, Paula Otero. Por lo tanto, sería la ausencia de estos genes, que en condiciones normales evitan que las

células se dividan descontroladamente, la que podría estimular la formación del tumor, se apunta desdel el centro

Uno de los descubrimientos más sorprendentes ha sido poder demostrar que estos hechos ocurren de manera muy temprana, a veces incluso dos décadas antes de que se diagnostique el tumor. Por ello, según Paula Otero, “creemos que estos hallazgos podrían facilitar el diagnóstico precoz de la enfermedad, y también ayudar a desarrollar estrategias terapéuticas más eficaces”.

Las líneas de trabajo del grupo “Genomas y Enfermedad” en el futuro pasan por ir un paso más allá y estudiar la integración de VHB en tejidos pre-tumorales, es decir, en hígados infectados por VHB en los que todavía no se ha desarrollado el tumor.

“Esto nos permitirá ver el momento exacto en el que estos eventos tienen lugar, caracterizarlos y analizar cómo afectan a la estructura del genoma. De esta manera podremos tener una visión global del proceso de desarrollo tumoral desde un punto de vista evolutivo”, concluye la investigadora Eva G. Álvarez.

25 nov 2021 / 10:59
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