Insomnio ante el porvenir de Alcoa San Cibrao y sus cubas

“¡Las cubas no se paran!” y “¡los empleos se mantienen!” son las dos líneas rojas que el comité de empresa de la factoría de Alcoa San Cibrao, arropado hasta bien entrada la madrugada del miércoles por cientos de operarios, trazaron en la negociación del expediente de regulación de empleo (ERE) cuyo plazo de consultas había culminado a medianoche. Desde las 09.30 horas del martes a la sobremesa del miércoles transcurrieron más de 30 horas de arduos debates con la dirección en España de la multinacional estadounidense del aluminio, pero aunque se habló de un ERTE, de despidos con recolocación tras la posible venta o de terceras vías que obligaban a firmar el ERE y dejarlo reposar seis semanas a ver si cuajaba la operación con Liberty House, no se pudo alcanzar ningún acuerdo.

Con el sueño a cuestas, llegaba una buena noticia después de que el presidente del comité, José Antonio Zan, denunciase a primera hora de la mañana el abandono a su suerte de la plantilla por parte de las administraciones. Al fin podrían descansar, mientras los abogados revisaban las casi cuarenta páginas del acta de no acuerdo de la reunión, con una nueva esperanza: el cónclave al más alto nivel que, desde las 20.30 horas, se celebraba, creía, a 7 bandas con todas las partes involucradas.

El objetivo, desbloquear una negociación “enquistada” con la espada de Damocles de la extinción de contrato sobre 534 empleados y el fin de la producción de aluminio primario en A Mariña. A este ciberforo acudirían representantes del Gobierno de España, la Xunta y los sindicatos UGT, CCOO y CIG. Porque finalmente a Liberty House Group –posible comprador– no se le invitó, y Alcoa España volvió a dar plantón, como hizo en el pasado cuando se negociaba el futuro de las fábricas de A Coruña y Avilés, a la ministra de Industria, Reyes Maroto.

Unos miembros del comité exhaustos, que al contrario que los directivos de Alcoa no pudieron ni asearse –denunciaban–, se emplazaban así para continuar este jueves el cara a cara con Alcoa, tras conocer el resultado del encuentro telemático que, a las once de la noche, enviaba este escueto comunicado conjunto: “Tras la reunión celebrada esta tarde, el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, la Xunta de Galicia y los sindicatos CCOO, UGT y CIG quieren mostrar de manera conjunta su apoyo al comité de empresa y su compromiso de seguir trabajando desde la unidad para lograr que el proceso de compra-venta de la planta de Alcoa San Cibrao tenga las certezas necesarias para que dicha operación sea efectiva”.

Sostienen además que “todas las partes entienden que esta es la mejor manera de garantizar tanto el mantenimiento de la actividad industrial como de los puestos de trabajo en la comarca de A Mariña”.

DEMANDA SINDICAL. Los líderes de Comisiones, UGT y CIG tomaron el relevo del comité de empresa en la reunión de alto nivel para continuar defendiendo que no se paren las cubas electrolíticas que permiten fabricar aluminio primario, condición importante para que la empresa británica interesada en comprar, Liberty House o Alvance Aluminium Group, pertenecientes a GFG Alliance, sigan adelante con el proceso. Califican como positivo que el aspirante se ofrezca a mantener todos los puestos de trabajo y se plantee producir su propia energía para poder funcionar a través de una planta de cogeneración en una fase más primigenia y, posteriormente, en una segunda fase más avanzada con energía fotovoltaica e hidrógeno, además de “invertir en el departamento de fundición” para hacer más competitiva la factoría.

Posición del Estado. El delegado del Gobierno, Javier Losada, marcó en un acto previo en Lugo la doctrina que se defendería después: la importancia de que apareciese este “socio industrial” que podría ser la solución a los problemas planteados por Alcoa. Losada postuló asimismo sus “dudas” sobre el ERE planteado por la dirección de la empresa, que “podría no ser autorizado”, aludianendo a la autoridad laboral, al Ejecutivo gallego. “El Gobierno de España está con los trabajadores”, manifestó, y agradeció que “la Xunta se haya sumado y reme en la misma dirección”. Instó a la multinacional, desaparecida del encuentro, a negociar, con el objetivo de “dejar paso a un futuro sostenible y encaminado a la transición ecológica”, que además “garantiza los puestos de trabajo”.

Argumentos autonómicos. Desde la Xunta se envió ya el martes el quinto aviso consecutivo a Alcoa España en el que, como autoridad laboral, advertían a la empresa sobre “posibles irregularidades” en el proceso de despido colectivo. Evitar la presencia de un competidor industrial supondría un “fraude de ley” y “una actitud dolosa y quebrantadora de la buena fe contractual”.

El conselleiro de Economía, Francisco Conde, aseguraba antes de la cita virtual que “el acuerdo en Alcoa es posible” si el Gobierno pone en marcha “de inmediato” medidas para establecer un precio eléctrico competitivo. Argumenta que “lo más importante es seguir trabajando en la senda del diálogo” y demandaba a la multinacional y al comité de empresa a seguir identificando “cuál puede ser el camino para permitir darle viabilidad al proyecto para mantener a las 1.000 familias que dependen de una decisión”.

Como autoridad laboral, alegó que trabajan “para garantizar la efectividad de la negociación y que se pueda llegar a un acuerdo”. “Estamos en un nuevo contexto, ya que tenemos la oferta de un inversor que está dispuesto a desarrollar un plan industrial”, dijo el conselleiro. Recordó que es “precisamente en ese contexto” en el que el presidente de la Xunta volvió a solicitar tanto a la ministra de Industria como a la de Transición Ecológica una colaboración entre las dos que permita establecer “de forma inmediata” un marco eléctrico competitivo.