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Jubilación inminente de cuatro mil obreros en la construcción gallega

El sector se fija el reto de lograr el relevo generacional, porque sólo ocupa a 2.100 menores de 25 // Se está a punto de recuperar la cifra de afiliados de mayo de 2019

El sector de la construcción en Galicia alcanzó el pasado mayo los 77.599 trabajadores afiliados a la Seguridad Social. Son 4.716 más que un año atrás, en pleno confinamiento por la pandemia, cuando buena parte de todas las actividades económicas se pausaron por la COVID-19. Los datos facilitados por la Fundación Laboral de la Construcción (FLC) en Galicia, organismo nacido en 1992 fruto del diálogo social entre la patronal del sector y los sindicatos Comisiones Obreras y UGT, certifican que si bien no se recuperaron aún las cifras de 2019 –actualmente el sector cuenta con 817 trabajadores registrados menos que en mayo de hace dos años– se está ya muy cerca, con variación interanual positiva desde febrero de 2020.

Esta recuperación en cotizantes contrasta, sin embargo, con un descenso en ocupados registrados en la Encuesta de Población Activa (EPA) en el entorno de los seis mil... aunque el sector da en este caso mayor credibilidad a los registros de la Seguridad Social, con una tendencia al alza que consideran va a continuar. Sin embargo, las mismas tablas estadísticas que apuntan a la recuperación laboral reflejan un serio problema: el galopante envejecimiento de sus plantillas de profesionales.

Tanto desde la Fundación Laboral como desde la Federación Gallega de la Construcción y la provincial coruñesa Apecco llevan tiempo advirtiendo de que entre los algo más de setenta mil ocupados que figuran en la última EPA, menores de 25 años tan solo hay 2.100, mientras que por encima de los 55 se superan los 16.600. Salvo que se produjese un nuevo cataclismo económico, motivado por un inesperado y brutal repunte de la pandemia, de seguir la actual situación el sector de la construcción necesitará gente.

Primero, porque el sector va creciendo, aunque sea poco a poco, de forma continuada. Y segundo, por la necesidad de garantizar el relevo generacional, algo complicado por los pocos jóvenes que se enrolan.

Los datos de la FLC apuntan a que entre 62 y 65 años existen más de cuatro mil trabajadores cuya jubilación es inminente, dado que por las condiciones de la actividad estos profesionales de suelen prejubilar en torno a los 63 años. Por encima de esa edad hay cerca de 1.800 que se apartarán de las obras ya este año, y más de dos mil cien lo llegarán a este umbral de edad el próximo. La pirámide laboral del ladrillo y cemento es casi idéntica a la de la población gallega: amplia en la cima, la de los más veteranos, estrecha en la base, la de los más jóvenes.

Esta dinámica se acentuó porque muchos empleados de edades bajas que en 2007 y 2008 trabajaba en el sector acabó yéndose a otros por la crisis. De ahí la caída de 140.000 a 70.000 ocupados. La savia nueva escapó y la más veterana y experimentada aguantó. Se paró el acceso de mano de obra que entrase, en una actividad con crecientes requisitos de formación técnica y práctica.

Según la EPA, en Galicia figuraban al cierre del primer trimestre 5.700 desempleados con experiencia en la construcción, de los que 1.900 llevaban menos de tres meses no paro. Desde marzo los ocupados se incrementaron en el sector en 1.442 nuevos trabajadores, por lo que desde la FLC sitúan en 4.257 los parados en mayo, cifra que sería “de las más bajas desde 2007”, mínimos reales casi históricos, atendiendo a las muchas personas que aguardan entre que terminan una obra y comienzan otra, y a los que rondan los 63 años y van camino del retiro.

La semana pasada la FLC presentaba Constrúate, iniciativa que, en su arranque, incorpora a treinta jóvenes menores de 25 años al sector en Galicia que se forman mientras trabajan. Entonces se habló de que la construcción precisaba fichar al año entre 4.500 y 7.800 obreros en la comunidad. En un informe reciente se abordan varios escenarios: en caso de un poco probable crecimiento cero, habría que lograr relevo de los 1.800 jubilados previstos este año, y de crecer al ritmo de los trienio previo a la pandemia (2,19 %) serían el doble de esa cifra; si acierta Euroconstruct y la actividad creciese un 6 % este año y 6,8 % el próximo, de seis mil para arriba.

El sector de la construcción en Galicia alcanzó el pasado mayo los 77.599 trabajadores afiliados a la Seguridad Social. Son 4.716 más que un año atrás, en pleno confinamiento por la pandemia, cuando buena parte de todas las actividades económicas se pausaron por la COVID-19. Los datos facilitados por la Fundación Laboral de la Construcción (FLC) en Galicia, organismo nacido en 1992 fruto del diálogo social entre la patronal del sector y los sindicatos Comisiones Obreras y UGT, certifican que si bien no se recuperaron aún las cifras de 2019 –actualmente el sector cuenta con 817 trabajadores registrados menos que en mayo de hace dos años– se está ya muy cerca, con variación interanual positiva desde febrero de 2020.

Esta recuperación en cotizantes contrasta, sin embargo, con un descenso en ocupados registrados en la Encuesta de Población Activa (EPA) en el entorno de los seis mil... aunque el sector da en este caso mayor credibilidad a los registros de la Seguridad Social, con una tendencia al alza que consideran va a continuar. Sin embargo, las mismas tablas estadísticas que apuntan a la recuperación laboral reflejan un serio problema: el galopante envejecimiento de sus plantillas de profesionales.

Tanto desde la Fundación Laboral como desde la Federación Gallega de la Construcción y la provincial coruñesa Apecco llevan tiempo advirtiendo de que entre los algo más de setenta mil ocupados que figuran en la última EPA, menores de 25 años tan solo hay 2.100, mientras que por encima de los 55 se superan los 16.600. Salvo que se produjese un nuevo cataclismo económico, motivado por un inesperado y brutal repunte de la pandemia, de seguir la actual situación el sector de la construcción necesitará gente.

Primero, porque el sector va creciendo, aunque sea poco a poco, de forma continuada. Y segundo, por la necesidad de garantizar el relevo generacional, algo complicado por los pocos jóvenes que se enrolan.

Los datos de la FLC apuntan a que entre 62 y 65 años existen más de cuatro mil trabajadores cuya jubilación es inminente, dado que por las condiciones de la actividad estos profesionales de suelen prejubilar en torno a los 63 años. Por encima de esa edad hay cerca de 1.800 que se apartarán de las obras ya este año, y más de dos mil cien lo llegarán a este umbral de edad el próximo. La pirámide laboral del ladrillo y cemento es casi idéntica a la de la población gallega: amplia en la cima, la de los más veteranos, estrecha en la base, la de los más jóvenes.

Esta dinámica se acentuó porque muchos empleados de edades bajas que en 2007 y 2008 trabajaba en el sector acabó yéndose a otros por la crisis. De ahí la caída de 140.000 a 70.000 ocupados. La savia nueva escapó y la más veterana y experimentada aguantó. Se paró el acceso de mano de obra que entrase, en una actividad con crecientes requisitos de formación técnica y práctica.

Según la EPA, en Galicia figuraban al cierre del primer trimestre 5.700 desempleados con experiencia en la construcción, de los que 1.900 llevaban menos de tres meses no paro. Desde marzo los ocupados se incrementaron en el sector en 1.442 nuevos trabajadores, por lo que desde la FLC sitúan en 4.257 los parados en mayo, cifra que sería “de las más bajas desde 2007”, mínimos reales casi históricos, atendiendo a las muchas personas que aguardan entre que terminan una obra y comienzan otra, y a los que rondan los 63 años y van camino del retiro.

La semana pasada la FLC presentaba Constrúate, iniciativa que, en su arranque, incorpora a treinta jóvenes menores de 25 años al sector en Galicia que se forman mientras trabajan. Entonces se habló de que la construcción precisaba fichar al año entre 4.500 y 7.800 obreros en la comunidad. En un informe reciente se abordan varios escenarios: en caso de un poco probable crecimiento cero, habría que lograr relevo de los 1.800 jubilados previstos este año, y de crecer al ritmo de los trienio previo a la pandemia (2,19 %) serían el doble de esa cifra; si acierta Euroconstruct y la actividad creciese un 6 % este año y 6,8 % el próximo, de seis mil para arriba.

Diego Vázquez Reino, presidente de la Federación Gallega de la Construcción, de Apecco y de la Fundación Laboral de la Construcción aseguró a este periódico que “denunciamos desde hace años que había un crack en la reposición de trabajadores del sector”. En la presentación de Constrúate, defendió que este proyecto “puede suponer la primera señal de la ansiada consolidación y de la incorporación de gente joven a nuestra industria”.

Problema agravado
A pie de obra, ya tampoco nos queda Portugal

··· Galicia se enfrenta a otro problema que no es menor en cuestión de recursos humanos en la construcción, porque aunque históricamente siempre hubo mucho trabajador de origen transfronterizo que venía de Portugal para trabajar especialmente en las provincias de Ourense y Pontevedra, ahora mismo la situación está cambiando, pues el país vecino también empiezan a tener problemas.

Desde la FLC señalan que allí viven también un momento muy dulce en la construcción, con inversiones y obras. Además, allí subieron los salarios, que aquí con la crisis bajaron algo, y aunque se siga pagando más en Galicia ya no les compensa tanto a estos profesionales por los gastos en desplazamiento, alojamiento o manutención. Esto ha provocado que apenas se puedan encontrar empleados lusos ni subcontratas de ese país en obras en Galicia.

Un informe de la UE prevé que se necesitarán en 2050 un millón de trabajadores de la construcción. En los países del este de Europa hay profesionales muy bien formados, pero Alemania, Francia o Suiza son los que están absorbiendo esa mano de obra, que a la comunidad no llega.

A España y Galicia llega la inmigración de Sudamérica y del norte de África, poca con experiencia en construcción, además de que no suelen ser conocimientos homologables por los estándares, técnicas y materiales aquí utilizados. Así que la falta de nacionales cualificados, sumada a que los que llegan de posibles países emisores tampoco lo están, constituye un problema agravado para sumar ocupados.

Contratación a cualificados

Nuevo empleo. Alrededor del 86 % de los nuevos trabajadores del sector en Galicia son cualificados, pues únicamente el 10,5 % de los contratos firmados son de peones. Las ocupaciones que más fichan son los albañiles, con el 21,4 %, seguidos de los citados peones y a continuación los electricistas (un 6,6 %) y los montadores de estructuras metálicas (3,9 %).

Los treinta de Constrúate

Formación y aprendizaje. El proyecto Constrúate busca incorporar jóvenes a la construcción. En él participan una veintena de empresas y 30 trabajadores menores de 25 años inscritos como demandantes de empleo y sin experiencia en el sector. La primera edición se inició el pasado 24 de mayo y la segunda está previsto que comience el próximo día 21.

07 jun 2021 / 01:00
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