La Cámara gallega apuesta por la igualdad en la ciencia

Partía la proposición de ley del BNG en el Pleno del Parlamento de Galicia con varios factores a favor. La creciente sensibilidad social hacia la lucha contra la discriminación por razones de sexo, el consenso de los tres grupos parlamentarios en que es un tema prioritario y los datos. Las crudas cifras que prueban que las mujeres en el mundo de la ciencia y la investigación siguen encontrando trabas a la hora de desarrollar su carrera. Y este consenso y sensibilidad hizo que este martes la propuesta saliera adelante, algo no muy habitual, aunque por delante queda trabajo para que el acuerdo sea pleno.

Los datos de los que hablamos– expuestos por tres diputadas gallegas, Olalla Rodil por el BNG, Noa Díaz desde las filas del PSdeG y Paula Prado para los populares– dejan claro el panorama. Techos de cristal, suelo pegajoso, tubería que gotea... analogías todas ellas para dejar claro que en el mundo investigador también hay un problema de desigualdad. Porque aún se penaliza a las mujeres que cogen permiso de maternidad y no se computan en su carrera, porque las convocatorias públicas se incluyen supuestos que les dificultan lograr los mismos puntos que sus compañeros varones, porque interrumpen su carrera para ser madres, o deben elegir entre una cosa y otra.

Un reciente estudio publicado en la revista ‘Nature’ indica que casi el 50 % de las mujeres abandona su proyecto científico al tener su primer hijo. Y esto es peor al ir subiendo en la escalera, es decir, si en los grados universitarios las mujeres son más de la mitad de matriculados, entre el PDI (personal docente e investigador) son solo alrededor del 25 % y al llegar a las cátedras públicas, el 20 %, como explicó Olalla Rodil.

Y la pandemia no ha ayudado precisamente en este tema. Según un reciente estudio de la Universidade de Vigo entre sus empleados, antes del estado de alarma las mujeres eran cuidadoras principales en un 21,3 %, frente al 5 % de los hombres. Y durante el estado de alarma, ellas pasaron a cuidar de sus hijos en exclusiva en la mitad de los casos, cuando ellos solo lo hicieron el 17 %. Además, indican que es muy difícil conciliar teletrabajando el 50 % de las mujeres pero solo el 17 % de los hombres.

Tristemente, la Cámara gallega volvió este martes a hablar de desigualdad, como recordó Noa Díaz. Se ha avanzado, pero poco. Las mujeres quieren investigar, en las mismas condiciones que los hombres, quieren el fin de las redes de poder masculinizadas, de las zancadillas para subir la escalera. Hace poco más de 10 días, el Parlamento gallego debatió una iniciativa del PPdeG para evaluar el programa Muller e Ciencia y apoyar una nueva edición. Se aprobó por unanimidad, explicó Paula Prado en su intervención.

El texto que vio la luz verde este martes aboga por adoptar las medidas necesarias para asegurar que en los proyectos de investigación y en los programas formativos exista total igualdad de oportunidades en la evaluación y en las condiciones de los contratos; medidas objetivas y transparentes que regulen los procesos de convocatorias publicas de investigación en las universidades y entidades públicas, la incorporación de la perspectiva de género en las instituciones académicas gallegas, la creación de cátedras de género, el apoyo a la participación femenina en los órganos de decisión, facilitar la conciliación y, sobre todo, favorecer la corresponsabilidad social, así como el apoyo a la potenciación de la vocación científica de las niñas y mujeres, especialmente en áreas donde hay menos y la visibilización del valor de la producción científica de las mujeres.

Solo con acuerdos es como se logra avanzar en la conquista de derechos, y por ello, este martes, el Parlamento gallego apostó por la igualdad en la ciencia.