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ENTREVISTA
Iago González Barbeito / Vicepresidente de Ventas y Marketing en Pontevedresa Group

“La pandemia nos enseñó que hay que fortalecer el músculo productivo”

|| Cristalería Pontevedresa, fundada en 1959 por Francisco Barbeito, es hoy Pontevedresa Group, una apuesta por la sostenibilidad y la proximidad que suma tres generaciones

Como tercera generación de una empresa familiar, ¿hacia dónde debe proyectarse el futuro de la mediana industria gallega?

A dónde se dirige va a depender mucho de lo que hagamos todos. El industrial, solo, sin el apoyo de los trabajadores, el soporte político y la ayuda de los actores sociales, como sindicatos, lo va a tener difícil en un contexto de apertura, costes ínfimos y gigantescas potencias compitiendo con unas armas que en nada se parecen a las de economías libres de mercado, como pueden ser mismamente Europa o Estados Unidos.

Es como si vas a jugar un partido sin una pierna, con una muleta y sin un brazo, mientras tu contrincante tiene las dos piernas y los dos brazos. Entonces, ¿cómo compites y ganas? El problema, no solo de Galicia, sino de España y la UE, es que salimos al terreno con limitaciones autoimpuestas. La cuestión es ¿seremos capaces de redefinir las reglas del juego o vendrán otros a imponerlas?

Para Pontevedra Group, la sostenibilidad cobra especial relevancia, ¿cuál es vuestro reto al respecto?

Pontevedresa Group y sostenibilidad son dos sustantivos que van de la mano. Hemos tomado una serie de decisiones en cuanto a implantación de renovables, circuito integral de agua, maquinaria europea altamente eficiente, materia prima española, un ciclo de producción de proximidad... Nuestro reto es cómo contribuimos a una huella de carbono cada vez menor y cómo ayudar al cliente a identificar la huella de carbono del producto que está instalando. Bien sea un vehículo industrial, una estufa, una luminaria led, una escalera mecánica, una infraestructura pública, el vidrio de una tienda... Decenas de sectores en los que estamos presentes...

Este vidrio tan polifacético, ¿dónde le enorgullece verlo más?

Nuestro eslogan “From glass to everywhere” quiere decir que trabajamos día a día por llevar el vidrio a cada vez más aplicaciones. Estar en Ámsterdam, por ejemplo, llegar a una tienda de un gran grupo gallego como es Inditex, en Zara, y ver el vidrio en sus entradas con nuestra marca me enorgullece. Mirar al cielo de la capital holandesa y ver nuestros vidrios en luminarias led elaboradas en Galicia también. Viajar en autobuses de Emiratos Árabes Unidos (EAU) o subir a los barcos más avanzados del mundo, construidos en España, y ver vidrios técnicos de Pontevedresa me enorgullece.

Ver en los museos más vanguardistas de Francia, como el Nantes, materiales avanzados compuestos de piedra y vidrio fabricados por nosotros me enorgullece. Llegar al restaurante Lobito de Mar (Madrid) o al Leña (Marbella), ambos del prestigioso Dani García, y ver creaciones de vidrio con mallas metálicas y piedra traslúcida, productos muy complejos de fabricar, al final hace que sientas un gran orgullo de tu equipo. Tengo que reconocer que alguna lágrima me ha caído de la satisfacción.

¿Y cuando cae la mala lágrima?

Bueno, muchas veces incluso en tu entorno. Llevamos los nombres de Pontevedra y Galicia por todo el mundo, pero ver ciertas grandes infraestructuras de tu municipio y las localidades del entorno , ejecutadas hace muchos años, cuyo vidrio no ha sido fabricado por Pontevedresa ni por ninguna empresa de capital gallego es triste. Ver grandes construcciones de tu comunidad autónoma, la mayor parte de ellas, que no cuentan con tus productos a veces se convierte en algo desolador.

En marzo de 2020 todo cambia. Llega la pandemia y, evidentemente, como en cualquier empresa, impacta en la suya, que logró mantenerses. ¿Qué fue lo que la protegió?

La covid-19 asentó lo que venimos haciendo desde hace muchos años: el concepto de industria 5.0. En él se habla de sostenibilidad, el foco en las personas y la resiliencia... Nosotros siempre hicimos muchas cosas para muchos sectores, entonces muchos eruditos dijeron que no estábamos especializados.

Mi abuelo, que en paz descanse, decía “¿cómo que no estamos especializados?, estamos especializados tecnológicamente”. En realidad, lo que quería decir con eso es “ten controladas unas tecnologías determinadas y da respuesta: a cuantos más sectores y a cuantas más personas mejor”. Eso es lo que en plena pandemia ayudó a Pontevedresa a mantener el empleo y unos niveles de producción equivalentes a la época previa. Porque hubo sectores que compensaron a otros.

Por esas fechas cruciales hacen 8.000 mamparas anticovid para diversas administraciones en tiempo récord y a un precio que rozaba el coste productivo. ¿La industria de proximidad es la única solución en los tiempos más difíciles?

Yo creo que fue una decisión de mi abuelo lógica. Siempre fue una persona muy comprometida con su tierra. También se lo hicieron pasar mal tras un traslado forzoso y traumático en 2007 y podría tener su fábrica montada en Portugal con más facilidades, aunque siempre tuvo un arraigo a su territorio y su gente.

Lo que así quiso y así se hizo. Hubo un gran compromiso de nuestra gente haciendo dobles turnos, viniendo los sábados a las 6 de la mañana en la línea de montaje. Y una gestión logística que fue compleja y brutal con más de 90 puntos (destinatarios) en toda Galicia.

¿Qué pasaría si no estuviesen?

Lo mismo que pasó con las mascarillas. Tendríamos que ir a China o a intermediarios que operan con ellos, y oye, quien mejor pague... A jugar a la especulación... ¿La realidad? Creo que Pontevedresa fue una más, ya que hubo más buenos ejemplos, pero también muy malos.

¿Se corresponde el esfuerzo de nuestro músculo empresarial con la apuesta de los mandos (locales, provinciales, autonómicos o estatales) hacia este? ¿Han sabido apoyaros en sus peores momentos?

Considero que las mamparas nos han enseñado a todos que tenemos que fortalecer nuestro músculo productivo. Estamos muy agradecidos de que hayan confiado en nosotros, era un momento donde se podían tomar decisiones en un contexto de contratos de emergencia y pienso que fueron decisiones muy acertadas para apostar por la producción nacional. No obstante, ahora volvemos a los procesos de licitación pública donde el único componente que se tiene en cuenta es el precio. Estás poniendo mucho dinero en el mercado, pero al mismo tiempo. como las cosas o muchas cosas no se fabrican aquí, estás tirando mucha divisa por la alcantarilla. Hay clientes industriales que lo están pasando muy mal por culpa de esto.

¿Falta conciencia entre políticos para hacer crecer a las industrias?

Muchas veces sí. Con independencia ideológica el ratio es 70%/30%.

¿Cómo distinguir al que está concienciado del que no lo está?

Creo que la gran diferencia es haber sufrido lo que es construir una fábrica, verla desde que tienes uso de razón. Ver lo difícil que es avanzar, invertir en máquinas, rentabilizar esas inversiones, contratar, generar empleo industrial. Eso es lo que te da la conciencia. A veces vemos factorías y nos da la sensación de que siempre estuvieron ahí, pero tras ellas está el esfuerzo de decenas o cientos de personas.

Ahora tienen una nueva oportunidad: los fondos Next Generation. ¿Qué peligros entrañan hacia una recuperación insuficiente?

Imagínese una gran ciudad que con Next Generation renueva toda su red de autobuses, de alumbrado público, de alcantarillado o de ventanas de edificios públicos. Si los autobuses, luminarias, tubos de alcantarillado o ventanas se crean a 8.000 kilómetros de distancia lo que estás haciendo es coger toda la deuda que ha emitido la UE para financiar esos fondos y entregársela a países que nada tienen que ver con ésta en términos socioeconómicos, forma de vida y calidad democrática.

22 ago 2021 / 00:30
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