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La patronal gallega cumple 40 años a la espera de unidad y, al fin, un presidente

El jueves se refrendara a Juan Manuel Vieites como aspirante único tras tres años, menos 48 horas, de sede vacante // En 1981 nacía la CEG y había 70.950 parados en Galicia, hoy 190.000

Cuatro décadas cumple la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG). Cuarenta años desde que las cuatro patronales provinciales entonaban el “xuntos, máis fortes”, una unidad buena en 1981 que no ha dejado de serlo en este 2021... pero que hay que volver a conquistar. Busca la patronal autonómica llenar el vacío con un décimo presidente al que esta vez no le baile el asiento, el último duró apenas 48 horas, y tiene al cierre la semana pasada de la recepción de candidaturas a las elecciones que se celebrarán el próximo jueves 21 a un aspirante único, Juan Manuel Vieites, secretario general de Anfaco, al protagonista de asumir este reto. Nos cuenta los porqués y sus objetivos en una entrevista concedida a nuestro periódico.

Han pasado alrededor de 14.610 días o 480 meses desde que Álvaro Rodríguez Eiras, fundador y presidente de la empresa lucense de fertilizantes –su célebre Fertimón– y servicios agrarios Aresa, además de ex alcalde de Meira, fuese por consenso en el primer titular de la CEG.

En 1981 había 70.950 desempleados en la comunidad, y la tasa de paro se limitaba al 6,12 %. Eran otros tiempos y otra estructura productiva, con eminente peso agrícola, ganadero y pesquero: entonces casi medio millón de gallegos vivían del campo y el mar, hoy apenas 52.300 del campo y 18.900 de la pesca y la acuicultura. En la actualidad, el paro casi duplica al de entonces, con un 11,8 %, que según la última EPA del tercer trimestre de 2020 unas 145.000 personas sin trabajo, y según las oficinas de empleo de casi 190.000 a diciembre.

Si hace cuatro décadas el sector servicios gallego ocupaba a 353.775 trabajadores en la autonomía, en la actualidad son 754.200. El nuevo representante del empresariado de la comunidad tendrá que bregar con una inflación que culminó 2020 en negativo (-0,4 %) por primera vez desde 2015, y que contrasta con el desbocado 15,6 % alcanzado en aquel 1981 en el que, el 29 de enero, dimitía como presidente Adolfo Suárez, lo sustituía un Leopoldo Calvo-Sotelo y Bustelo es designado para sucederle en el cargo y era entonces cuando, en plena votación para su investidura, se producía el asalto al Congreso del teniente coronel Antonio Tejero, en el golpe de Estado del 23-F.

En ese año en el que se constituía el Parlamento de Galicia, también cuarentañero, el producto interior bruto (PIB) de la autonomía representaba el 6,13 % del de España. En nuestros días está por debajo del 5,2 %, por lo que ha perdido cerca de un punto de peso específico. Otro aspecto por el que pelear.

Lo que toca mantener, y por ello luchará el próximo titular de la CEG, es el papel alcanzado por las exportaciones de Galicia, que experimentan desde 2009 un auge sin precedentes, representando cerca del ocho por ciento del total en España, con un fuerte superávit frente a las importaciones a otros países.

En medio de la pandemia, los problemas son otros a los sufridos en los años de la génesis de la patronal gallega, cuando operaba la banda terrorista ETA o tocó bregar con la entrada de España en la UE. La comunidad recibió entre 1986 y el cierre del último marco comunitario 22.720 millones de euros en fondos, de ellos unos 12.000 de los Feder y Fondos de Cohesión; 5.900 millones para agricultura y desarrollo rural; 3.020 dedicados a empleo e inclusión social; y 1.800 millones en fondos pesqueros.

El reto para la patronal gallega será ahora darse a valer para que se produzca un trasvase efectivo de los multimillonarios recursos de los planes de recuperación europeos a quienes de verdad crean riqueza y empleo, al tejido productivo, a las empresas y los profesionales.

Décimo titular. Al lucense Rodríguez Eiras le tomó el relevo al frente de la CEG en 1982 el ourensano Emilio Pérez Nieto, presidente de honor del grupo Pérez Rumbao y titular del Foro Económico de Galicia. Lo fue durante dos años. Los siguientes presidentes, ya fallecidos, fueron José Pablo Rodríguez Mantiñán, entre 1984 y 1990, y Antonio Ramilo, que estuvo al frente una década y abandonó la patronal en 2000 después de que aflorase un agujero económico de 6,3 millones de euros y se abriesen varias causas judiciales por desvío de fondos públicos de cursos de formación.

Luego vendían los tres mandatos seguidos de Antonio Fontenla (2001-2013) en los que parecía haberse encauzado la situación, aunque posteriormente José Manuel Fernández Alvariño, que lo derrotó en 2013, ya no llegó a acabar mandato. Dimitió en 2016. Le siguió Antonio Dieter Moure, que abandonó a los ocho meses, y después Antón Arias, que apenas duró un año. Entre enero de 2018 y diciembre pasado la CEG no tuvo presidente, y el noveno, José Manuelo Díaz Barreiros, dimitía a las 48 horas. A ver si al décimo va la vencida.

Fraude en cursos
Dos décadas sin juzgar

··· Puede que la situación de la CEG sea hoy menos peligrosa en lo financiero que hace unos años, cuando casi quiebra. Podrá pasar página con una buena gestión. Sin embargo, dos décadas lleva el supuesto fraude millonario de subvenciones en cursos de formación donde el exsecretario de la patronal gallega Rafael Sánchez Sostre es el principal acusado. Tras 15 jueces instructores, en septiembre de 2019 se posponía el inicio del juicio porque se traspapelaron 21 tomos con miles de folios que sustentan la acusación. Se prevé nueva fecha para este octubre.

17 ene 2021 / 00:01
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