Las hostilidades por el futuro de Ence mutan en una guerra abierta
Hasta el 10 de septiembre no se celebrará una reunión con el secretario de Estado de Industria // La plantilla prepara nuevas movilizaciones
El futuro de Ence en Lourizán ya no es una pugna, amenaza con salpicar Pontevedra de batallas campales, convertida en guerra por el medio millar de familias afectadas de forma directa por un posible cierre o traslado de la pastera. A la espera de que el día 10 de septiembre el secretario de Estado de Industria se reúna con los comités de empresa, estos se reúnen y avisan: las reivindicaciones podrían ir creciendo en intensidad.
Tanto desde los representantes de los trabajadores de las oficinas (controlado por CC.OO.) como los de fábrica (liderado por CIG) protagonizaron este sábado una protesta en pleno pregón de las fiestas de La Peregrina en la ciudad del Lérez que está dando mucho que hablar, pues culminó con el alcalde y parte de la corporación huyendo escoltados por efectivos policiales, refugiados en un establecimiento de la Alameda.
Desde los comités, especialmente desde el fabril, se lamentaban que por el calor del momento y por responder a las provocaciones de personas que los quieren en la calle se provocasen altercados. La confianza está depositada en la mesa comprometida por el Gobierno para hallar soluciones, aunque desde CC.OO. Pontevedra reiterasen desde las redes sociales que “reiteramos firmemente nuestro apoyo en primera línea a la movilización de las plantillas de Ence, contra el cierre y la represión de las instituciones de Pontevedra a la clase obrera y sus intereses”. Concluía con las soflamas “¡Por la unidad de los trabajadores!” y “Ence no se cierra”.
Frente a esta posición, tras los incidentes protagonizados por un grupo de trabajadores de la pastera el pasado sábado durante la lectura del pregón de las fiestas de La Peregrina, uno de los afectados por el escrache, el alcalde Miguel Anxo Fernández Lores, censuraba lo que definió como un “acto de violencia premeditado y planificado contra la ciudadanía”.
El regidor avanzó que la Policía Local se encuentra estos días estudiando lo ocurrido para ponerlo “en conocimiento de la Fiscalía” que, según considera, debería actuar “de oficio” ante estos “actos de violencia cometidos contra la Corporación” en pleno espacio público.
En una comparecencia de prensa pedía a los promotores de la protesta “que paren la violencia”. Lores lamentó asimismo que concejales del PP, algunos de los cuales “forman parte de la Ejecutiva del Partido Popular de Galicia”, se vistieron con los chalecos amarillos de los trabajadores, “por si hubiera alguna duda” de que “estaba apoyada” por esta formación. “Como alcalde de Pontevedra nunca pensé, ni en el más remoto pensamiento, que miembros de la Corporación de Pontevedra avalaran actos de violencia contra la Corporación y su alcalde”, lamentó.
Lores agradeció el trabajo de la Policía Local, que le hizo sentirse “muy arropado”, e hizo un “llamamiento” a la empresa de celulosas y al PP para “que se dediquen a trabajar buscando alternativas a la ubicación ilegal en Lourizán de la fábrica de Ence” tras la sentencia de la Audiencia Nacional en contra de la ocupación por 60 años de la superficie de dominio público marítimo terrestre.
Mientras, desde el PP local Rafa Domínguez condenaba “cualquier tipo de violencia, como siempre”, pero indicaba que “500 familias de Pontevedra se quedan en la calle por culpa de Lores”, calificando las acusaciones de éste como un “triste intento de desviar la atención del problema, que son ese medio millar de familias que se van a la calle”.