Las mafias del Este cambian la costa gallega por los puertos de Amberes, Róterdam y Hamburgo

Más de 23 toneladas de cocaína se incautaron en los puertos de Hamburgo y Amberes en sendas operaciones de narcotráfico. La droga llegó en contenedores procedentes de Paraguay y Panamá y destinada a Países Bajos y su incautación representa una cifra récord que alcanza un valor comercial de unos 600 millones de euros. Es la última prueba de que se está produciendo un cambio en el modus operandi de las organizaciones criminales de ambos lados del Atlántico.

Un informe de la DEA señala que en la última década “el equilibrio de poder en el tráfico de cocaína hacia Estados Unidos se trasladó a los mexicanos, quienes establecieron un dominio absoluto en las fronteras reduciendo a los colombianos al papel de proveedores”. Fue en ese momento cuando los cárteles decidieron mirar hacia Europa y, por razones obvias, utilizaron a España como punta de lanza para sus actividades.

Con cifras nunca vistas de producción de planta de coca en Sudamérica, el negocio de la cocaína no deja de aumentar, incluso durante la pandemia en la que por los confinamientos bajó el consumo. “Durante 2019 y los primeros meses de 2020, la idea era que el flujo de narcóticos que ingresaba a Europa o pasaba por ella estaba entre 500 y 800 toneladas. Basamos estos números en parte en la hipótesis de que se incauta de 10 a 20 por ciento del total”, asegura un alto oficial de Europol en el informe que este martes presenta InSight Crime desde Gionebra, al que tuvo acceso EL CORREO. Se reseña que “la expansión del poder de las mafias de los Balcanes está ligada igualmente a la cocaína como antes ocurrió con la Ndrangheta en Italia”.

Con estos nuevos actores, dicen los investigadores de este organismo, “España ha sido relegada por Bélgica y los Países Bajos. En estos países, los traficantes se han visto atraídos por la eficiencia de los puertos de Amberes y Róterdam que, en combinación con la excelente infraestructura vial, puede llevar un contenedor rápidamente a casi cualquier punto de Europa”.

Destacan también en esta investigación que “Los albaneses han tenido un ascenso meteórico en el tráfico de cocaína, pues operan en muchos lugares de Europa, el Reino Unido y los Países Bajos en especial. Si alguien se beneficiará del tráfico en contenedores, esos serán los albaneses. Tienen presencia en Latinoamérica y en muchos puntos de salida”.

Los clanes gallegos que hace años que a finales de la década pasada y en los primeros del siglo XXI negociaban directamente los envíos ahora están viendo como apenas se cuenta con ellos y solo se les utiliza como transportistas de la droga cuando llega en barco a las costas españolas.

Esos grupos de los Balcanes son los que ahora dominan el mercado de la cocaína en nuestro continente y ya mantienen contactos directos con las oficinas de los cárteles instaladas en Madrid ya que España, a pesar del cambio, sigue siendo el lugar elegido para realizar las mayores transacciones entre las organizaciones criminales.

En las dos operaciones que tuvieron lugar en las dársenas de Hamburgo y Amberes se produjo la detención en Holanda de un sujeto, representante de un grupo mafioso del Este europeo que era el destinatario de los contenedores donde iba la droga interceptada en ambas ciudades.

IMPACTO EN EUROPA. A pesar de la pandemia de coronavirus y su impacto en el comercio internacional, los cargamentos de droga continúan llegando a Europa desde otros puntos del mundo, según confirmó recientemente en una entrevista con Efe la directora de Europol, Catherine de Bolle.

Esta agencia de coordinación policial de la Unión Europea ha reforzado su unidad dedicada al narcotráfico porque asegura estar “abrumada por el tráfico de cocaína en la UE”, un negocio que empezó a crecer antes de esta crisis de coronavirus y que exige “ir detrás del dinero, iniciar investigaciones financieras” para combatirlo.

“Cuando miramos a Países Bajos y Bélgica, por ejemplo, las cifras han sido muy altas en 2020, más que en 2019. El 60 % de la producción de drogas en Colombia, por ejemplo, tiene como destino final la UE. Hace unos años, este no era el caso, ahora somos un continente muy lucrativo para la exportación de drogas”, subrayó De Bolle.

El citado informe de InSight Crime desvela que, desde 2017, “los principales puntos de entrada, como Bélgica, los Países Bajos, Italia, el Reino Unido y Alemania han registrado enormes aumentos en las incautaciones. Si estos reflejan una tendencia regional, la cifra actual puede ser de cientos de toneladas más”. También señala que enviar cocaína a nuestro continente es más rentable que hacerlo a Norteamérica: “El precio medio al por mayor en Europa, ponderado por población, fue de 41.731 dólares USA, en comparación con los 28.000 en Estados Unidos.