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estrategias de márketing. Un 10 % de los adolescentes gallegos ya está habituado al consumo de marihuana a través de una ‘shisha’, creyendo que es mejor perjudicial TEXTO Á. P.

Las nuevas y peligrosas formas de consumo: las cachimbas y los derivados

    Si ya de por sí resultan alarmantes las cifras de consumo, la edad de inicio y la reducción de las diferencias de género para el consumo de cannabis, y mucho mayores que las de hace unos años, en la actualidad hay otras variantes que están generando una verdadera alerta sanitaria entre los expertos en la materia, pues favorecen la adicción a las sustancias y a su uso en público, vinculadas a una percepción más baja del riesgo: la moda de las cachimbas y la estrategia de los cannabinoides.

    Y es que, tal y como confiesa el profesor de la USC Antonio Rial Boubeta, “el mercado es muy hábil” y “cada vez saca nuevos rituales de consumo que molan más”. De la misma opinión es el profesor de la UVigo Manuel Isorna, que recuerda, sin ir más lejos, lo que sucedió entre los años 2010 y 2015, cuando la ley prohibió el consumo de tabaco en el interior de los locales y eso hizo que bajase mucho el número de fumadores, por lo que “la industria sacó una nueva sustancia: los cigarrillos electrónicos y el vapeo, con sabores de naranja, vainilla... Muy agradables para los jóvenes, que sentían que aumentaba su autoestima al tener algo en la manos, así como su capacidad de ligar, lo que suponía la vía de entrada perfecta para el posterior consumo de tabaco”, explica Isorna.

    MODELOS A IMITAR. Asi, en el caso de las cachimbas, que actualmente pueden encontrarse en muchos pubs sin limitación de edad para su uso, “se ven como algo superchic, como algo cool, que mola” y, por si fuese poco, “da la sensación de que no se está fumando un ‘porro’ como tal”. Además, se emplean por los adolescentes como “una forma de divertirse, de relacionarse en grupo, y hasta las llegas a ver en los escaparates de los estancos”, explica Rial.

    “Si no se puede hacer nada ante esta venta, porque es legal, al menos debería tomarse en consideración la gravedad del asunto y limitar su exposición a menores, prohibirla o poner multas, o, cuanto menos, vigilarla”, destaca el experto. Lo que no puede ser “es que sea algo tan accesible y al alcance de cualquiera”, por lo que considera que “debe limitarse para proteger a los menores”. Isorna también asegura que esta facilidad de adquisición contribuye a alimentar una mentira: “que fumar en cachimba es menos perjudicial, cuando es al contrario, porque en cada bocanada se concentra más la sustancia”.

    Las cachimbas, en concreto, suelen resultar especialmente atractivas para las chicas. Ahora se ve ya “un alto porcentaje de adolescentes gallegos, en torno al 10 %, enganchados al consumo de cannabis en cachimba”, y esto es peligroso por tratarse de “una puerta de entrada al consumo del resto de sustancias”, aunque de primeras pueda no parecerlo. De ahí al tabaco, hay un paso.

    AMBIENTADORES, FERTILIZANTES Y OTRAS VARIEDADES. A las cachimbas se suman los cannabinoides sintéticos, es decir, sustancias derivadas del cannabis que se crean en laboratorios. “Se manipula la molécula de tal manera que ya no es una sustancia del listado de prohibidas, pero sí tiene efectos muy similares”, explica Rial, que además destaca que son fáciles de adquirir online o en cualquier grow shop.

    Pueden mostrarse de diferentes formas, desde una pastilla hasta un ambientador, pasando por un fertilizante. “Me esnifo cualquier cosa de estas y como ellos avisan de que no es apto para consumo humano, no tienen problema en su venta, lo que haga yo después con él ya es problema mío”, desvela Rial la estrategia. Son ‘drogas de diseño’, que se mueven en el limbo de la paralegalidad, para no caer en problema legal.

    MAYOR CANTIDAD DE TETRACANNABINOL QUE HACE 20 AÑOS. Por otro lado, es muy importante señalar que fumar hoy un ‘porro’ no es para nada lo mismo que haberlo hecho hace cinco años, pues “la potencia de esta droga es hoy mayor”, afirma el psicólogo Isorna, debido a que la industria del cannabis no deja de funcionar y, para hacer sustancias que enganchen más todavía, modifican genéticamente las plantas para lograr mayores concentraciones de tetracannabinol, con lo cuál su efecto va a ser “mucho mayor”. “Hoy en día el cannabis tiene un 5 % más de tetracannabinol que en la década de los 90”, afirma.

    Traducido a lenguaje cotidiano, Rial explica que para un adolescente, fumarse hoy un ‘porro’ “mola más que hace20 años atrás, porque el viajecito que pega es más guay”, lo que, desde el punto de vista del mercado, “es más atractivo y vendible”. Esto facilita que cada vez más jóvenes se enganchen y, “dentro de dos años, en el próximo estudio del Ministerio, vamos a ver unas cifras desbordantes, y que no nos llamen oportunistas, estamos avisando”, sentencia Rial.

    De hecho, para este psicólogo resulta más importante que nunca que los padres tomen conciencia de este tema, para intentar “hacer contrapeso” a todas las estrategias que despliega la industria cannábica. “A nivel social, tenemos que tomar conciencia de que las corrientes de opinión no son aleatorias, se crean, se modulan, y muchas veces con intenciones, con intereses económicos detrás de una industria que mueve muchísimo dinero”, evidencia Rial, que añade que “los expertos no hablamos desde las ideologías políticas, sino desde la evidencia científica”.

    22 may 2022 / 00:05
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