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Las pruebas del Targus de Indra obligan a helicópteros de urgencias a dar rodeos

Las naves medicalizadas del 061 o contraincendios no pueden cruzar una franja entre el aeródromo de Rozas y el norte de la ciudad de Lugo // Aviación Civil impide la navegación aérea

ANTONIO P. FIDALGO

Santiago

Una franja importante del espacio aéreo del aeródromo de Rozas que comprende el norte de la ciudad de Lugo esta prohibida para que circulen los helicópteros medicalizados del 061 o privados, las naves de los servicios contraincendios, cualquier avión privado (los comerciales vuelan a mayor altura) y hasta el Pegasus de la Guardia Civil, según figura en un NOTAM (acrónimo inglés de Notice To Airmen, aviso a navegantes en castellano), emitido por las autoridades de Aviación Civil tanto en España como Portugal. ¿Las razones de esta restricción? Los vuelos de prueba que está realizando Avión Opcionalmente Tripulado (OPV) Targus, de la empresa Indra dentro de la Civil UAVs Initiative, impulsada por la Xunta de Galicia en el aeropuerto lucense.

La primera tanda se realizó entre el 24 de junio y el 6 de julio y en estos momentos está activa una segunda fase desde las 10.21 (horario GMT) hasta las 20.00 de este viernes 24 de julio, según consta en el aviso a navegantes al que tuvo acceso EL CORREO GALLEGO y en el que aparecen (ver imagen) las coordenadas del “Área segregada temporalmente para el vuelo de vehículos aéreos no tripulados”.

De esta forma todos los helicópteros del 061 o privados, los aviones que luchan contra contar los incendios forestales y otro tipo de avionetas no pueden cruzar esa zona de exclusión y se ven obligadas a desviarse de su ruta con la pérdida de tiempo que ello conlleva. Pilotos consultados por este periódico cifran en “un rodeo de diez minutos en un vuelo que puede durar quince; es decir, se emplearía prácticamente el doble del tiempo habitual”.

El NOTAM lo reciben todos los pilotos cuando van a iniciar un vuelo que incluya el paso por esa franja al norte de la ciudad de Lugo lo que generó “un notable malestar” entre los profesionales de los helicópteros del 061 o de los servicios contraincendios.

Uno de estos expertos reflexionaba, en conversación con EL CORREO, sobre el problema que se podría presentar en caso de una emergencia. “Todos tienen que bordear esa zona, imagínate que vienes con un herido de Vilalba hacia el hospital de Lugo, estás obligado a dar un rodeo de diez minutos para un vuelo que normalmente dura 14, tienes que usar el doble de tiempo para llegar al mismo sitio. Tenemos que rezar para que el paciente, por ejemplo, no tenga un ictus cerebral, por que esos diez minutos significan mucho en su recuperación”, aseguraba antes de añadir que “si se produce un accidente se tiene que desplazar en ambulancia por tierra por que ni el helicóptero medicalizado de Ourense ni el de Santiago se pueden acercar a esa zona”.

Una situación similar a la que sufren, durante este periodo de pruebas del Targus de Indra, si un helicóptero o un avión contraincendios tiene que acudir a combatir el fuego en las inmediaciones de la franja segregada temporalmente al vuelo de este tipo de naves. “No se podrían emplear medios aéreos para luchar contra el fuego hasta que se levante el aviso a navegantes vigente en estos momentos”.

Los pilotos consultados temen que “los vuelos de prueba desde Rozas” se prolonguen más tiempo ya que “no es muy habitual que Aviación Civil conceda este tipo de permisos y cuando lo hace se aprovechan al máximo para realizar todo tipo de controles” por lo que lanza este aviso “ante la posibilidad de que pueda darse una incidencia”.

EL TARGUS. Indra afirmó el día 7 que había completado con éxito los primeros vuelos de prueba con su Avión Opcionalmente Tripulado (OPV) Targus y superado con ello uno de los hitos decisivos de la Civil UAVs Initiative, impulsada por la Xunta para convertir la región en referente de esta industria, según informa Ángel Arnáiz.

Fueron una serie de vuelos experimentales, pioneros en España, que Indra llevó a cabo, según explicó, en espacio aéreo no segregado con un dron de 1,25 toneladas de peso y 11 metros de envergadura.

Ningún otro UAV de nuevo desarrollo había obtenido antes permiso para realizar unos vuelos como estos, lo que marca un hito para la aviación española y supone un paso adelante para el desarrollo de este sector. El primero de ellos se realizó el pasado 24 de junio y con él se dio inicio a una serie de pruebas que se prolongaron durante un par de semanas. Todas ellas se llevaron a cabo bajo las Condiciones deVuelo aprobadas por la Agencia Europea para Seguridad Aérea (EASA) y con el Permiso de Vuelo emitido por la Agencia Estatal de la Seguridad Aérea (AESA) española que autoriza su experimentación, según había explicado Indra.

24 jul 2020 / 00:00
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