Lituania veta a Grupo Puentes por su capital de China tras ganar una obra
La firma gallega busca recuperar un proyecto con fondos UE que se adjudicó por precio y técnica
Grupo Puentes no es Huawei, ni Lituania, país miembro de la UE, Estados Unidos. Curiosamente, la empresa de Ordes, gestionada por la familia Otero, ejecuta proyectos en tierras estadounidenses, concretamente en Texas. Por eso resulta más que extraño, muy sospechoso, que el Gobierno lituano, alegando motivos de seguridad nacional, acabe de dejar a la compañía gallega sin un contrato que previamente se había adjudicado para construir un puente ferroviario de 1.500 metros, una obra valorada en 63 millones de euros. ¿El motivo? Que tienen capital chino.
Lietuvos Gelezinkeliai, el gestor ferroviario lituano, adjudicó a Puentes el proyecto sobre el río Neris, de gran importancia para las comunicaciones internacionales de ese país, de ahí que la Unión Europea aportase sus fondos para ejecutar la obra. En el documento de concesión se indica que faltaba la opinión de un comité de seguridad nacional, que puede ordenar una readjudicación si se trata de una obra de interés nacional, aunque ésta tiene carácter internacional a tenor de su financiación y usos.
El equivalente a ADIF en aquel socio comunitario prefería la oferta de Puentes por ser la mejor atendiendo a criterios técnicos y económicos.
De Galicia en fondo y forma. El grupo, con sede central en Sigüeiro, presidido por José Manuel Otero y cuya consejera delegada es Purificación Torreblanca, es una empresa familiar en cuyo accionariado entró China Road and Bridge Corporation (CRBC), “pero que es española a todos los efectos”. “Por su accionariado, por su equipo directivo, por su sede social, por su centro de corporativo y de diseño y por su sede fiscal Puentes es una empresa española”. Además, hay un acuerdo corporativo entre socios por el cual la toma de decisiones corresponde a la familia fundadora.
En torno al 60 % de la actividad de Puentes se desarrolla fuera de España, en Europa, América y África. Desarrolló proyectos en Francia, Portugal, Polonia, EE.UU., Panamá, Costa Rica, Ecuador, Chile... Por ello lucharán por recuperar este contrato.
A este contrato optaba una empresa italiana que, perdida su oferta, se habría volcado en tumbar la de la firma gallega con malas artes. Sin embargo, veremos si el Gobierno de España y la UE defienden la legalidad comunitaria, a favor de la gallega.