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Los Pimpos y los Mulos se sientan en el banquillo para rendir cuentas por blanqueo

Más de 20 años después miembros de las familias de Enrique Martínez y Rafael Bugallo serán juzgados por las inversiones que realizaron con dinero procedente del narcotráfico

Enrique Martínez Santiago, alias O Pimpo, natural de Caleiro-Vilanova de Arousa, y Rafale Bugallo Piñeiro, O Mulo, de Corvillón Cambados, condenado ambos por narcotráfico en más de una ocasión y detenidos también por contrabando de tabaco, volverán a sentarse en el banquillo de los acusados. Lo harán el martes 28, a partir de las 10 de la mañana, acusados de delitos continuados de blanqueo de capitales derivados del tráfico de dragas.

En esta ocasión no estarán solos. Con ellos respondrán a la acción de la Justicia nueve miembros directos de sus familias. En total serán siete integrantes del clan de los Pimpos y 4 de los Mulos, entre mujeres, exparejas, hijos y hasta excompañeras sentimentales de los descendientes de estos dos personajes tan singulares que iniciaron en los años 80 su relación con las actividades ilegales: Enrique Martínez al amparo de José Luis Charlín y Rafael Bugallo con Daniel Carballo y su primo Sito Miñanco.

Pero hay algo más, el Pimpo y el Mulo se casaron con dos hermanas, María Dolores y Mari Nieves Rebollido, que también aparecen imputadas en esta causa a pesar de que ambas parejas ya se separaron hace algún tiempo.

Por la rama de los Martínez Santiago figuran en este largo procedimiento (se inició en el año 2005) tres hijos y la entonces compañera sentimental de uno de ellos y una hermana del cabecilla, mientras que del lado de los Bugallo Piñeiro están su exmujer y dos de sus hijos. Todos ellos sin antecedentes penales aunque Oliver Martínez tuvo sus problemas con la Justicia y llegó a estar encarcelado en León, desde donde tuvo que acudir a declarar cuando se produjo el desmantelamiento de la doble organización.

El largo periplo judicial que debería culminar esta semana (aunque con estos protagonistas todo es posible) se puso en marcha con el inicio de este siglo al considerar los investigadores policiales y ratificar la Fiscalía que “(los miembros de estas dos familias) acusados de común acuerdo y con la intención de invertir el dinero obtenido por sus actividades relacionadas con el narcotráfico y aprovechar el dinero obtenido con el mismo procedieron a realizar diversos gastos e inversiones.” en inmuebles, todo tipo de vehículos, parcelas, joyas y adquisición de boletos premiados de juegos de azar.

Fue en la llamada operación Tortuga, que pasa por ser la primera gran investigación de la Agencia Tributaria sobre los bienes de los narcos arousanos. Se llevó a cabo en 2006 cuando los agentes del Servicio de Vigilancia Aduanera procedieron a la detención de los, por aquel momento, compañeros inseparables, Enrique Martínez y Rafael Bugallo, sus aún mujeres y varios de sus hijos.

Desde aquella fecha un largo proceso para tratar de desenmarañar todas las compras realizadas con los beneficios del tráfico de drogas; algo que no debió resultar nada fácil ya que cada miembro de los dos clanes se especializaban en lo suyo: desde blanquear en el Pub BB+, auténtico templo de la movida arousana a principios de siglo, la compra de parcelas en terrenos de desarrollo urbanístico en Sanxenxo, fincas en Cambados o Vilanova, pisos en concellos de la provincia de Pontevedra y hasta extraños pagos a una sociedad mercantil relacionada con gabinetes jurídico legales.

Y, como en el caso del escurridizo Rafael Bugallo, el Mulo, seguirle la pista a los décimos de todo tipo de loterías que acudía a cobrar: se le detectaron ingresos superiores a los cien millones de pesetas, que por aquella época, a finales de los 90, era una cantidad más que apreciable.

De éste último, sobre el que ya pesan dos condenas firmes por tráfico de drogas, afirma la Fiscalía que “de igual forma con la intención de dar una apariencia lícita a los ingresos obtenidos del narcotráfico se procedió a la compra de décimos y participaciones de lotería las cuales ya se conocía que estaban premiadas de la lotería de navidad del año 1998 (sorteo de navidad de 22 de diciembre 1998) las cuales fueron presentadas para su cobro el 10 de marzo de 1999 obteniendo de este modo 100.800.000 ptas. (605820.34 euros)”. El Mulo fue un tipo con suerte desde que se libró de la matanza que llevó a cabo Tucho Ferreiro: él era uno de los objetivos.

Para los once que se sientan en el banquillo, el Ministerio Público reclama un total de 51 años de prisión con penas que oscilan entre los tres y cinco años para cada uno de ellos, y una multa total que asciende a cerca de 17 millones de euros así como el decomiso definitivo de muchas de sus propiedades, entre las que aparecen chalés, pisos, áticos, locales comerciales y casas rurales o parcelas edificables en algunos de los mejores enclaves de la comarca Arousa-Salnés.

26 jul 2020 / 21:24
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