Luz verde a la nueva Lei do Xogo con la oposición en contra

El pleno del Parlamento ha dado luz verde a la tramitación de la ley reguladora del juego de Galicia entre las críticas de la oposición, que ha presentado sendas enmiendas de devolución –rechazadas por los votos del PPdeG– a un texto que consideran “inconcreto” e “incompleto”.

El vicepresidente segundo de la Xunta y conselleiro de Presidencia, Diego Calvo aseguró que con la elaboración de esta nueva ley, que espera que entre en vigor en 2023, el objetivo es “la prevención” frente a la ludopatía y “la protección” de los menores y los más vulnerables para establecer un “juego responsable”.

Según destacó, se trata de una normativa “muy dialogada” y consultada con el sector y un texto “necesario no solo para el sector, sino sobre todo para la sociedad” porque la última ley autonómica data de 1985 y desde entonces, informó Efe, ha sufrido un total de 25 modificaciones.

Entre las novedades de la norma, citó la obligatoriedad de control de acceso en todos los locales para que no entren menores y también las máquinas instaladas en establecimientos de ocio y hostelería tendrán que tener un control de activación en este sentido. También se limitará a dos el número de dispositivos en cada local.

Además, la ley fija un mínimo de 300 metros radiales de distancia a colegios, centros de rehabilitación u otros locales de juego, y recoge un número máximo de establecimientos por lo que, dados los que ya hay actualmente, podrán abrir 15, en concreto una sala adicional, dos bingos, 4 salones de juego y 8 tiendas de apuestas.

La nueva normativa supondrá la creación del Observatorio Galego do Xogo, e incluye sanciones por incumplimientos de entre 100 y 100.000 euros, según sean casos leves o muy graves, pero pueden llegar hasta los 600.000 euros.

Para la oposición se trata de una regulación necesaria, sin duda, pero consideran que el proyecto de ley aprobado por la Xunta es “incompleto” e “inconcreto” La diputada del BNG Iria Carreira se referió al texto normativo como una “cáscara vacía”. El diputado del PSdeG Julio Torrado ló definió, por su parte, como una “ley bastante tibia y blanda que peca de falta de ambición y de valentía”. A su juicio, se trata de una normativa “hecha al tran tran” en la que muchas cuestiones polémicas se dejan para reglamentos posteriores, por lo que supone “una oportunidad perdida” para la que no se han atendido ni las enmiendas presentadas por otros departamentos del la Xunta.

Algo que Calvo negó en el Pleno porque “todas las consellerías aprobaron el texto”, más allá de que pudieran presentar alegaciones, algunas de las cuales fueron incorporadas. También Carreira reprochó la remisión a reglamentos futuros para desarrollar varios aspectos de la ley que ya “llega muy tarde”, por lo que lamentó que este proyecto tan esperado “resulta decepcionante”.

Así, reclamaron que se restrinjan más las máquinas tragaperras en los locales de hostelería e instaron a establecer un sistema de control que sea realmente efectivo para evitar el acceso de los menores a esta máquinas, para que no ocurra como con las de tabaco, y a los locales de juego, porque “el 70 % de las apuestas de menores tienen lugares en los bares”, advirtió la parlamentaria nacionalista.

Desde el PPdeG, la diputada Paula Prado calificó las enmiendas a la totalidad presentadas por la oposición de “contradictorias”, criticó que BNG y PSdeG hagan un “discurso destructivo” en un ámbito tan sensible como la regulación del juego y les instó, informó Efe, a “dejar de hacer demagogia”.

“Esta ley no es tan mala cuando tenemos enfadado, por desgracia, al sector, las asociaciones y la oposición”, dijo Paula Prado, quien pidió a socialistas y nacionalistas un poco de “equilibrio, moderación y centralidad” y que tengan “altura de miras”.

El pleno de esta semana se inició con la elección de Ana Fernández Roca como nueva integrante del Consello Social de la Universidade da Coruña, a propuesta del PPdeG, en sustitución de Manuel Ángel Jove Santos.