Máximos históricos de la celulosa en plena batalla por el porvenir de Ence

Santiago. Lo peor de la tormenta bursátil que azotó a Ence parece haber pasado, tras perder entre el viernes y el pasado lunes más de la quinta parte de su valor en el parqué, 171 millones de euros. El pasado martes recuperaba un 3,5 % y este miércoles limitaba su descenso al 0,38 %. Según los analistas, se ha descontado ya el peor de los escenarios: cerrar Lourizán.

La sentencia de la Audiencia Nacional que anuó la prórroga por 60 años de su concesión será contestada por Ence en el Tribunal Supremo. Prometió la pastera dar batalla, y esta misma semana su presidente y CEO, José Ignacio Colmenares, indicaba a inversores y casas de Bolsa que su objetivo número uno es seguir en Pontevedra hasta 2073, antes de plantearse cualquier otra posibilidad.

Si el desenlace fuese otro, lo más factible no sería un traslado y construcción de una nueva factoría, cuyo coste superaría 700 millones; por menos de 500 podría ampliar su megaplanta de Navia, en Asturias, donde no tienen problema alguno para trabajar o para e invertir. Allí podría recuperar 350.000 del medio millón de toneladas que hoy puede fabricar en Lourizán, donde desmantelar le supondría unos 70 millones, aunque reclamaría al Estado 130 millones de indemnización

Todo esto se produce cuando en Europa la tonelada de celulosa pulveriza sus máximos históricos de cotización tras subir un 65 % frente a 2020, pagándose cada vez más cerca de mil euros. J.C.