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Miñanco agranda su leyenda: desde prisión montó un emporio delictivo

La jueza María Tardón y los agentes antidroga españoles consideran que “estando en la cárcel pretendía conseguir el monopolio marítimo del tráfico de cocaína desde Sudamérica a Europa”

“Desde la cárcel, José Ramón Prado Bugallo, Sito Miñanco, pretendía conseguir el monopolio marítimo del tráfico de cocaína desde Sudamérica a Europa”. Fue la conclusión a la que llegaron en la Unidad contra el delito y crimen Organizado (Udyco) cuando hace cuatro años y dos meses hicieron llegar al Ministerio del Interior su rechazo a que el narco cambadés alcanzara el tercer grado y pudiera salir del penal de Algeciras.

El juzgado de Vigilancia Penitenciaria había accedido a dar ese paso ya que llevaba 17 años encarcelado, había cumplido mucho más de las 3/4 partes de su condena, estaba solo dos de cumplir definitivamente, tenía buen comportamiento y no constaban sanciones en Instituciones Penitenciarias, disfrutara de varios permisos de salida y regresado a presión ya hasta había firmado “un documento de arrepentimiento y repudio a la actividad delictiva”.

NUEVO ENTRAMADO DELICTIVO. Fue en octubre de 2016 cuando Miñanco recobró la semilibertad y solo acudía a dormir a un Centro de Inserción Social pero llevaba tiempo en el punto de vista de los agentes antidroga; es decir, estando encarcelado puso en marcha un entramado delictivo en el que Luis Enrique García Arango y Juan Antonio Fernández Fernández eran lugartenientes.

¿Puede montarse semejante organización (ver gráfico) desde una cárcel española? Los investigadores afirman tener pruebas que, por el momento, ya fueron validadas por la jueza María Tardón, titular del juzgado Central nº 3 de la Audiencia Nacional que no solo lo devolvió al penal sino que acaba de dictar auto de procesamiento por el que solicita la apertura de juicio oral.

Considera la magistrada que cuando Sito Miñanco se encontraba cumpliendo condena de 16 años en el centro penitenciario de Algeciras por un delito contra la salud pública seguía al frente de una organización de narcotraficantes. La juez indica que su actividad continuaba siendo la introducción y distribución de sustancia estupefaciente en España, por cuanto mantenía sus contactos en cárteles suministradoras de la droga en Sudamérica y la infraestructura personal necesaria, “un bien nutrido grupo de individuos, que, en muchos casos, ya habían acumulado una apreciable experiencia criminal en el negocio del narcotráfico, y que estaban dispuestos a participar en estas operaciones, ejecutando de forma casi reverencial cualquier actividad” y mantiene de forma tajante que “el entramado criminal lo dirigía Prado Bugallo con un marcado carácter personalista”.

CENTRO LOGÍSTICO. A lo largo de los 72 folios de que consta el auto de procesamiento la magistrada desmenuza de forma pormenorizada la estructura societaria atribuida a Prado Bugallo y revela que las propiedades estaban a nombre de terceros pero, según la juez, “el único titular real y efectivo” era Sito Miñanco. Así, el auto incluye inmuebles y numerosos vehículos que utilizaban los miembros de la organización para no ser detectados por la Policía.

El centro logístico del entramado estaría en Cambados y más concretamente en Astilleros Facho S.L. , una empresa que aparece en todas las investigaciones realizadas al narco cambadés y que se encuentra intervenida desde que la Audiencia Provincial de Pontevedra condenó a Miñanco y varios miembros de su familia por blanqueo de dinero. Pese a decretar el embargo y cierre sigue operando al estar pendiente de resolverse el recurso presentado contra esa sentencia que aún no es firme.

Lo cierto es que si el tribunal que juzgue a Prado Bugallo confirma las tesis de la juez, de la fiscalía Antidroga y de la Udyco, Sito Miñanco habrá agrandado su leyenda (la operación en la que se le detuvo se llamó, precisamente, Mito) en el mundo del narcotráfico: muy pocos son capaces de poner en marcha una estructura similar desde la cárcel cuando llevaba 17 años cumpliendo condena.

Su pretensión de conseguir “el monopolio de del tráfico de cocaína entre Sudamérica y Europa”, como sostienen los agentes antidroga, es una prueba más de que hablamos del número uno entre los narcos gallegos quien, a pesar de su leyenda, acaba siempre detenido por chivatazos de alguno de sus hombres. Y en esta ocasión no fue una excepción. Pero esa es otra historia.

26 dic 2020 / 00:00
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