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ENTREVISTA
Manuel Pazo Paniagua Presidente de la Asociación Eólica de Galicia (EGA)

“O llegamos a un pacto social por la eólica o perderemos el tren de la inversión y miles de empleos”

Cierto que hay una burbuja de proyectos, lo que no quiere decir que se vaya a hacer todo y que sea la ley de la selva”

{O Carballiño, 1960} Este martes, como cada 15 de junio, la asociación de la industria eólica europea, WindEurope, en la que se integran la patronal española AEE y así también la gallega, junto al Global Wind Energy Council celebran el Día Mundial del Viento, día en el que se busca sensibilizar a la sociedad de la importancia de esta energía. El titular de EGA, asociación pionera que en 2022 cumple 25 años, aborda con nosotros el vendaval que les azota y cree injusto.

¿Había visto en sus tres décadas ligado a la eólica en Galicia tal animadversión hacia su sector?

Estoy confuso. Un sector como el nuestro lleva 25 años de convivencia pacífica en Galicia. Aporta cada año unos 60 millones de euros en impuestos autonómicos y municipales en los 105 concellos donde hay parques, once más en pagos de alquileres a propietarios, y otros 60 en gravámenes a nivel nacional. Una actividad que crea más de 7.000 puestos de trabajo. La pregunta sería por qué surge, de repente, esta polémica y demonizacion del sector.

Dígamelo usted...

A lo mejor por falta de información o por la politizacion del tema, que hay que evitar a toda costa, o lo único que generaremos es un conflicto social importante. Es una cuestión no solo de Galicia, sino a nivel estatal, europeo e internacional.

¿No va en contra de la apuesta europea por las energías renovables?

En Europa hay un tema que se llama transición energética. El planeta tiene un problema, nos queda el último recurso, contamos con la próxima década porque no vamos a tener otra oportunidad. La UE sale de una crisis económica provocada por la pandemia y pone sobre la mesa cuál va a ser su estrategia para la reactivación y empleo, y pasa por la electrificación de la economía.

¿Toca descarbonizar?

No podemos depender de los combustibles fósiles importados. Los precios tan altos que se están pagando ahora en la tarifa eléctrica se deben al gas y a su demanda, pues son estas tecnologías las que marcan la tarifa de último recurso. Es un hecho real porque el precio del CO2 está como está, ya no es factible producir con combustibles fósiles como el carbón, donde cada kilovatio era un kilo de CO2. En este mercado los precios por tonelada, de 50, 60 o 70 dólares, son los que encarecen la luz.

¿Y cuál ha sido el camino?

En España se realiza el Plan Nacional de Energía y Clima, y la ley de cambio climático. En el primero están todas las inversiones a realizar en los próximos años para alcanzar ese objetivo marcado por la UE. Ante las perspectivas de incentivos a las renovables del Ministerio de Transición Ecológica se presentan multitud de proyectos, eólicos y solares todavía a consulta sobre si se pueden o no hacer en determinado lugar. Algunos equivalentes a preguntar si puedo poner un molino en la Praza do Obradoiro. Te dirán que no. Se está creando una gran alarma por unos proyectos que están en una fase muy básica. Y el sistema es muy garantista. ¿Quién va a firmar un impacto ambiental en una zona imposible? Nadie, acabaría en la cárcel.

¿Quizá asuste esa grandísima potencia que se demanda, mucho mayor de la planificada?

Cierto que hay una burbuja de proyectos, lo que no quiere decir que se vaya a hacer todo y sea la ley de la selva. Hay mecanismos suficientes dentro de la administración para ordenarlos. Es lo que tienen que hacer desde Gobierno central y Xunta. Lo que hay en el mercado nacional es más del triple de lo estipulado en la planificación. Pero ojo, porque lo que no se haga aquí se va a hacer en otro lado. Las fábricas que se podrían instalar aquí se irán a otro lugar. Por eso pedimos responsabilidad. Galicia tiene más de doscientos proyectos, Andalucía entre setecientos y mil, Castilla y León otro tanto... ¿Van a salir todos? No. Se harán y otros no. Se necesita una garantía y seguridad jurídica.

Y financiación...

Correcto. Nadie te va a financiar una instalación de 30, 40,50 o 60 millones de euros si puedes tener un problema. Si un ayuntamiento a un monte vecinal en mano común, unos propietarios no quieren un parque, no se va a hacer. Si existe cualquier problema ambiental, por pequeño que sea, no se hará. El dinero es cobarde, y los proyectos tienen que ser y estar limpios.

¿Y cómo se garantiza eso?

Un parque tiene un recorrido muy largo antes de que se le dé una declaración ambiental o una autorización. Normalmente hay una docena de organismos que van a informar, desde Patrimonio a Medio Ambiente, Urbanismo, Paisaxe, Turismo, Arqueología... Tiene que pasar muchísimos filtros y por muchos funcionarios experimentados para conseguir esa firma definitiva y que se pueda hacer. Buscamos seguridad jurídica. Por eso nosotros siempre proclamamos un desarrollo sostenible. No nos interesan los parques en sitios conflictivos.

¿Se podría cambiar el actual plan gallego, como pide la oposición?

No puedes decirle a Europa, que pone 140.000 millones a tu disposición y te indica que uno de cada tres euros de la reactivación van a ir hacia las energías renovables, que vamos a esperar. Desarrollar un nuevo plan sectorial eólico en Galicia supondría perder dos años. Quedarías sin ese apoyo, perderíamos el tren de la inversión y miles de empleos.

¿Y qué proponen, entonces?

Mantener la planificación que tienes. Eres la única comunidad que cuenta con ella. Se planificaron 6.500 megavatios (MW) hace 20 años, 2.500 más de lo que hay ahora. Es lo que pedimos desde el sector para los próximos cinco años, instalar 500 MW al año y llegar a 12.000 empleos estables. Aparte puedes desarrollar un nuevo plan.

¿Y cómo parar la pugna política?

Es inaudito que se esté demonizando al sector y generando un conflicto en vez de articular un pacto social entre los grupos políticos para evitarlo, especialmente cuando todos están de acuerdo en lo básico. El Bloque dice que apuesta por las renovables. El PSOE también, a través del Ministerio para la Transición Ecológica y los proyectos que están publicando. Y el PP en la Xunta también con su planificación energética. Pero la realidad es que hay un enfrentamiento político y no se resuelve ninguna autorización nueva.

¿Ni una sola?

El año pasado hubo seis y este año ninguna. No hay ni autorizaciones encima de la mesa por las que organizar protestas. Incluso empezamos a ver algún sabotaje, pintadas en nuestros parques y escraches. Este año en España se harán 1.800 megavatios eólicos, pero en Galicia, tras los 35 MW de 2020, no llegaremos a los 70. Así no hay industria auxiliar que sobreviva. O cierra, como As Somozas, o busca otros sitios donde invertir. Por eso o hacen un pacto social y llegan a un acuerdo o no habrá futuro industrial. Así de terrible.

Suena a parálisis...

En la época del bipartito se hicieron el doble de parques que en los últimos 12 años. Más de 1.000 MW. ¿Y quién gobernaba? El Bloque Nacionalista Galego. Y las áreas del concurso del BNG son las mismas que están ahora autorizadas por el PP, y que fueron aceptadas por todos. Eso es bastante significativo.

Cómo bajar la tarifa eléctrica

¿Les afectará aquí en Galicia la ley de CO2, para limitar lo que perciben centrales que no emiten dióxido de carbono?

Hay 600 megavatios eólicos en Galicia de 2.000 en España que se verán afectados este año, y un millar el próximo, porque tienen más de 20 años y tendrían un 20 % menos de ingresos. El jueves terminó el periodo de presentación de alegaciones, a ver cómo concluye. Es un aliciente para promover una repotenciación, donde fuimos pioneros y que se está formateando, incluidos sus beneficios fiscales. Es otro palo para la eólica, no sólo afecta a hidráulicas o nucleares.

¿No abaratará la luz?

Intentar solucionarlo así me parece ir por mal camino. Para arreglarlo hay que actuar sobre los impuestos, el Estado y no las compañías es el mayor beneficiario del precio de la electricidad. Es otra de las demonizaciones que pesan sobre el sector energético, que sólo representamos el 25 % del coste del recibo. El resto son impuestos como el IVA al 21 %, distribución, peajes, déficit de tarifa... Y en la parte de la luz, la única forma de lograr un precio barato en la actualidad son las renovables, de las que se podrían beneficiar industrias electrointensivas gallegas como Alcoa.

15 jun 2021 / 01:00
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