Otra imagen “lamentable” de la CEG

Cuando parecía que el caos, la división interna y los ataques personales en el seno de la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG) ya no podían ir a más, la dimisión de José Manuel Díaz Barreiros apenas 48 horas después de las elecciones a la presidencia da una nueva vuelta de tuerca al proceso de autodestrucción en el que está la patronal.

El presidente de los empresarios de Pontevedra, Jorge Cebreiros, y los líderes de tres sectoriales dieron ayer aún más potencia al ventilador al cargar, por separado, contra la imagen “lamentable” que ofrece la CEG tras un proceso “totalmente viciado”. Además, los segundos piden la salida de personas con “actitudes dictatoriales”, entre alusiones veladas a Antonio Fontenla y ven “manipulación” y una “estrategia acordada hace meses” que vinculan con los representantes de A Coruña, Lugo y Ourense.

La dimisión “extemporánea” de Díaz Barreiros arroja una imagen “lamentable”, indicó Cebreiros en un comunicado, en el que rechaza que el presidente saliente busque “excusas” para una decisión que entiende “personal” y sobre la que desconoce cuáles son “los verdaderos motivos”.

Con esto, se refiere a las afirmaciones con las que Díaz vinculó su salida con varios escritos que solicitaban el escrutinio de los votos de la parte telemática de los comicios. “La confederación pontevedresa tan solo solicitó el acta de la elección del presidente de la CEG para poder informar a sus órganos colegiados el próximo lunes”, destaca.

Cebreiros también explica su posición personal, después de mostrar su apoyo a Díaz Barreiros en el momento en el que la asamblea presencial del martes optó por su elección por aclamación al retirarse el otro candidato. Quería, según indica, “ayudar al objetivo de buscar, hasta el último momento, el necesario consenso en el seno de la organización empresarial”.

Por último, ve llamativo que Díaz Barreiros “traslade públicamente datos del proceso electoral, concretamente del voto telemático” cuando él, como presidente de la CEP y vicepresidente de la CEG, no los tiene.

Por su parte, la Federación Autonómica de Centros de Ensino Privado, la Asociación de Industrias del Metal (Asime) y la Asociación Empresarial Gallega de Centros Especiais de Emprego Sen Ánimo de Lucro (Cegasal) exigen la retirada de “personas que ya empiezan a mostrar actitudes más similares a regímenes dictatoriales” que a los de carácter democrático.

El escrito está firmado por sus responsables: el expresidente de la patronal gallega Antonio Dieter Moure, Enrique Mallón y José Antonio Vázquez Freire, respectivamente, y contiene alusiones veladas a Fontenla, quien estuvo 12 años al frente de la CEG y en los últimos tres fue portavoz interino ante la falta de un máximo mandatario.

“En primer lugar, manifestamos que desconocemos las razones reales de la dimisión de Díaz y además en ningún momento hemos puesto en cuestión la elección o nombramiento y sí la necesidad del lógico y obligado escrutinio de votos ya emitidos”, exponen las tres sectoriales.

El miércoles, un día después de los comicios, que tildan de “chapuza”, solicitaron “el resultado del escrutinio de los votos emitidos telemáticamente y sin ninguna otra intención –dicen– que la de aportar cordura y coherencia a un proceso de votación paralizado sorpresivamente y viciado totalmente”.

Censuran, como Cebreiros, que el cierre de este “proceso calamitoso” fue “comunicar a los medios parte del resultado del escrutinio del voto telemático, seleccionando la información que más puede convenir y alegando un certificado de la empresa gestora del sistema, certificado que ninguno conoce”.

“Todo esto concluye un proceso que sólo se puede entender sabiendo quien es el artífice real no solo de esta nueva tropelía y que consigue de esta forma configurar un proceso que se recordará como un hito desgraciado en la historia de la confederación”, apuntan. Por eso creen que llegó la hora de que “representantes que llevan demasiado tiempo manipulando se retiren definitivamente de la vida pública y de la vida asociativa ”. “Nadie los echará en falta”, concluyen.

La CEG, que arrastra una profunda crisis por enfrentamientos internos desde hace más de cinco años, sumó el jueves su cuarto presidente dimitido desde 2015.