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La granizada del miércoles destrozó numerosos viñedos en la parroquia de San Fiz // Los productores asumen que la cosecha anual está perdida, y puede llevarse hasta 800.000 kilos // Pendientes ahora de si recibirán alguna ayuda excepcional o podrán amortiguar las pérdidas con los seguros TEXTO Íñigo Caínzos

Pedrada contra el sector del vino

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Fueron veinte minutos de pesadilla. El cielo se volvió negro y descargó con violencia sobre la parroquia de San Fiz, en Chantada. Veinte minutos en los que las nubes no vaciaron agua, sino que dispararon piedras contra el suelo. Y se llevaron todo por delante. La falda de la montaña quedó cubierta de blanco. No era nieve, como en febrero. Era una contundente capa de granizo.

Los viñedos de la zona quedaron destrozados. Las cosechas de este año, arruinadas. Apenas se podrá salvar un pequeño porcentaje. Ahora los productores centran sus esfuerzos en recuperar algunas cepas y evitar que el próximo año también sea un desastre.

Juan Luis Méndez, CEO de Vinigalicia, que entre otras bodegas tiene la de Vía Romana, habla de “unos minutos horribles”. En algunos lugares se acumuló medio metro de granizo y hubo riadas. “Hace mucho daño a San Fiz”, lamenta, y explica que el objetivo es “centrarse en si las cepas se han librado, trabajar para salvarlas y ver qué se puede hacer de cara al año que viene”. “Este año se va a perder el cien por cien, y es muy probable que el año que viene también”, asume Méndez.

Vía Romana es una de las bodegas más grandes de la zona. Producen entre 11.000 y 13.000 kilos al año. Esto se traduce en un abanico de entre 120 y 140.000 botellas de producción propia. A mayores hay que sumar las que proceden de los productores a los que compran.

El presidente de la Denominación de Origen Ribeira Sacra, José Manuel Rodríguez González, señala que cayeron “pedras que deixaron arrasados os viñedos”. En San Fiz prácticamente el 100% de la producción quedó afectada. En otras zonas vecinas, hasta un 30%.

Afirma que “este espazo está perdido ao cen por cen, e non hai ningunha recuperación posible”, y añade que “os viñedos quedaron afectados, caeu a folla, a rama, o racimo... a perda é total”. Unos viñedos en los que, según Rodríguez González, se producen entre medio millón y 800.000 kilos.

CONSECUENCIAS ECONÓMICAS. La llamada “milla de oro” de San Fiz quedó arrasada. Es complicado cuantificar los daños. Hablar de pérdidas del 100% es demoledor en cualquier circunstancia, especialmente para los pequeños productores, pero más aún después de la pandemia, con muchos meses de cierre total de la hostelería.

Uno de los afectados es Héctor Ferreiro, de la Adega Castrofiz: “Agora que repuntábamos, non hai viño. Somos unha Adega pequena, intentamos posicionarnos con viño de calidade. Estamos intentando facer marca, pero se non tes viño...”.

Él estuvo trabajando en el viñedo y sobre las 5 acabó la jornada. Cuando vio las nubes negras avanzar, no tenía buenas sensaciones. La tormenta del día anterior había picado alguna viña en Taboada. Pero cuando llevaba 15 minutos en Chantada, recibió la llamada. Le avisaban de que caía piedra. Intentó volver, pero no pudo. Se encontró con la carretera anegada. “Cando volvín, vin como se houbese neve na montaña. Había cachos de auga caendo polas viñas sen xeito. O sarmento estaba sen folla, a folla picada como se pasara unha batidora. O viño estaba no suelo. E os racimos que non caeron, quedaron afectados polas pedras”, recuerda.

Al igual que otros productores, asume que este año está perdido. “A miña máxima preocupación é recuperar o viñedo para que haxa poda o ano que ven”, explica. Ahora cruza los dedos para que haya un sarmiento que poder podar y que no se seque la cepa.

En la Adega Os Cipreses trabaja Cristina Vázquez, que indica que “o granizo desfollou todas as cepas, o fruto estaba no chan, e os que no caeron estaban dañados pola forza dos impactos”.

Ellos son una pequeña bodega familiar, con tres hectáreas de superficie, tras haber comprado una recientemente. El año pasado, con menos parcelas, habían producido unos 10.000 litros. Este año, no podrán comercializar prácticamente nada. Pensando en el futuro, “hai que facer tratamentos para ver se se pode rexenerar”.

Manuel Calvo Méndez hacía quince minutos que había llegado a la bodega cuando el cielo explotó. “Estaba seco e empezaron a caer gotas gordas e, de repente, pedra durante 15 ou 20 minutos”, rememora. En buena parte del territorio se perdió el 100%, y lo que no cayó, está pendiente de examen, de ver cómo han quedado las hojas. Las varas resultaron muy afectadas. “Máis que grandes, foi unha caída continua. Foi terrible, como neve”, explicó.

La particularidad de esta granizada fue la lentitud con la que pasó por encima de la parroquia, tal y como explica David Rodríguez, de RedMeteo, que estaba por la zona de Belesar, muy cerca del epicentro, cuando les alcanzó la granizada. “Este movemento tan lento das nubes provoca que toda a auga caia nunha mesma zona”, indica.

AYUDAS Y SEGUROS. Quienes trabajan en el exterior son conscientes de que estos desastres pueden suceder. “Nosotros nos libramos hace unos años, pero ahora nos ha tocado”, dice Juan Luis Méndez. “Os que traballamos no campo e temos a produción fora estamos supeditados a estas cuestións, son cousas que poden pasar”, añade José Manuel Rodríguez.

Además de trabajar para ver cómo se puede salvar los viñedos de cara al próximo año, los productores están pendientes de los seguros y ayudas económicas con las que hacer frente al agujero económico.

“Intentaremos que se declare zona catastrófica, pero eso no compensa para nada todo un año de trabajo. Un año en el que la hostelería ha estado cerrada y en el que no ha habido buena parte de las ventas, y ahora se suma un año de trabajo perdido”, asevera Méndez, que añade que están pendientes de los seguros y que están en contacto con la Consellería do Medio Rural. “La voluntad es la de estar al lado de los más afectados. Intentar que el daño sea el menor posible”.

El presidente de la D.O. Ribeira Sacra indicó que “para estas cuestións hai seguros agrarios, e gran parte dos propietarios terán acordos suscritos. Tamén cabe a posibilidade dun aporte económico para axudar a recuperar un viñedo que quedou afectado, para este ano e para os seguintes. Son casos excepcionais, en situacións excepcionais, para os que son necesarias medidas excepcionais”.

18 jun 2021 / 01:00
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