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política. El futuro presidente, a diferencia del hermético Feijóo a la hora de formar gobierno, deja pinceladas de sus intenciones // La entrada de Diego Calvo pondría en el disparadero a las seis consellerías del ‘cupo Coruña’// Conde no responde, Candia calla y Baltar espera que el jueves sea su momento TEXTO Antón Trabanca

Pretende marcar un estilo propio

“Cada uno tiene su estilo y yo tengo mi propio estilo. El estilo de Feijóo, que era buenísimo, tendrá continuidad, pero también habrá un estilo Rueda”. Estas palabras las pronunció Alfonso Rueda el pasado jueves cuando presentó los más de siete mil avales que le convertían en el único candidato a presidir el PPdeG. Lógico que el ahora vicepresidente primero en funciones quiera dejar una impronta que, según manifiestan los principales y piensan no pocos en su propio partido, tendría marcado sello de Alberto Núñez Feijóo.

Y a partir de aquí hay controversias entre los que piensan que el líder del PP marcará la línea a seguir y el entorno de Rueda, que mantiene que lo del estilo propio no es una mera declaración de intenciones y que va a ir más allá. Este lunes en el Parlamento, el futuro presidente de la Xunta habló con claridad de que “no es lo mismo continuidad que continuismo” insistiendo en que aportará “nuevas ideas y nuevas propuestas”.

La primera marca del estilo Rueda es evidente. El sábado en Lugo afirmó en público que Francisco Conde seguirá en el Ejecutivo gallego ya que lo considera imprescindible y el lunes no se cortó nada, también ante numeroso auditorio, en decirle a Diego Calvo que le reservaba un lugar en el Consello de la Xunta. Si el primero acepta, que nada respondió, y el segundo ya lo da por hecho... al no rechazarlo, ahí estará vemos la primera gran diferencia con su antecesor. Alberto Núñéz Feijóo fue el presidente más hermético a la hora de tomar decisiones sobre sus gobiernos. Siempre mantuvo que se sintió “traicionado” cuando se filtró a los medios de comunicación el primero de los ejecutivos en el año 2009 . Tomó buena nota de ello y a partir de ahí nunca más se supo nada hasta que él lo anunció, con sorpresas que sorprendían hasta al entorno de los elegidos, algunos de los cuales se enteraron pocas horas antes que el resto de los gallegos. Feijóo es para eso muy celoso y sus colaboradores más directos lo saben. Nada trasciende si él no quiere.

Rueda, hasta la fecha, va haciendo sus anuncios, que coinciden con las cuotas provinciales. Aunque no le gusta nada la palabra ‘baronías’, que dice rechazar, no le queda más remedio que cumplir cuotas para mantener un equilibrio inestable... al menos hasta que las urnas le refrenden.

EL FUTURO DE DOS HOMBRES FUERTES. Este martes Alfonso Rueda daba por hecho que tanto Francisco Conde como Diego Calvo acaben formando parte de su gobierno. Ya decíamos que del paso por Lugo y A Coruña salieron dos nombres complejos. Conde fue designado vicepresidente segundo por Feijóo y Rueda le mantendrá su estatus si él quiere. Que no está nada claro que vaya a aceptar seguir en el puesto. Hay muchas voces que susurran que el vicepresidente económico es un buen técnico pero que carece del fuerte perfil político que muchos piensan que se necesita en momentos tan complicados como los actuales. Algunos empresarios ya le hicieron saber a Feijóo esa carencia y por eso el presidente, en demasiadas ocasiones, asumió como propias competencias que debería haber ejercido su vicepresidente. Por eso es una incógnita que solo resolverá el propio interesado.

La entrada de Diego Calvo en la Xunta está cantada. El “si tú quieres, estarás en mi Gobierno” no fue más que la confirmación oficial de un hecho. El presidente provincial de A Coruña jugó muy fuerte cuando se abrió este proceso y solo la intervención directa y personal de Feijóo evitó que se produjera una división. Sentarse en el Consello de la Xunta le da otro relieve a quien ya fue presidente de la Diputación coruñesa.

Pero este nombramiento plantea un problema en cuanto al reparto territorial. En el primer ejecutivo de Feijóo estaban Jesús Vázquez (Ourense), Rosa Quintana (A Coruña), Javier Guerra (Pontevedra ), Alfonso Rueda (Pontevedra), Marta Fernández Currás (Pontevedra), Roberto Varela (Pontevedra) y Beatriz Mato (A Coruña) junto a Agustín Hernández (madrileño afincado en Santiago aunque fichado por Xosé Cuiña), Pilar Farjas (aragonesa residiendo en A Coruña), Beatriz Mato (A Coruña) y Samuel Juárez (leonés vinculado a Lugo). Es decir, se repartía el peso entre las dos provincias atlánticas con representación simbólica de las del interior. Tendencia que se mantuvo hasta los últimos cambios acometidos, todos ellos por obligación.

LAS CUOTAS TERRITORIALES. Actualmente más de la mitad de los conselleiros en funciones dependen orgánicamente del partido en A Coruña: Miguel Ángel Corgos, Ángeles Vázquez, Ethel Vázquez, María Jesús Lorenzana, Fabiola García y Rosa Quintana; tres son de Pontevedra, el propio Rueda, Román Rodríguez y García Comesaña, Conde fue en la lista como número dos por Lugo y José González es de Ourense.

Es decir, la entrada de Diego Calvo en la Xunta supondrá que, al menos, dos de los seis coruñeses estarían llamados a ser relevados en el inminente cambio de Gobierno que se avecina. Es la cuota de la que se viene hablando en los últimos días.

¿Qué dicen las quinielas? Corgos parece fijo tanto por la cartera que ocupa (hay que empezar a diseñar unos orzamentos en año electoral) como por el poco tiempo que lleva (sustituyó al fallecido Valeriano Martínez y es hombre de consenso) y Feijóo quiso que Ángeles Vázquez y Fabiola García formarán parte de su Junta Directiva Nacional, en la que no están ni Quintana, ni Ethel ni Lorenzana. Lo cual no significa nada pero puede indicar mucho ya que al presidente nacional le encanta enviar mensajes sin destinatario definido.

LAs DOS PROVINCIAS DEL INTERIOR. Elena Candia, fiel a su estilo, guarda silencio pero exhibe músculo. Conviene recordar que ella fue elegida presidenta provincial en contra de la opinión del propio Feijóo (que quería a Raquel Arias), que supo jugar sus cartas en plena crisis del PSdeG en Lugo y llegó a ser presidenta de la Diputación apartada por una infumable moción de censura y que logró la mayor subida porcentual de votos en los últimos comicios celebrados.

La opción Conde, como cuota de la provincia de Lugo, no le satisface demasiado pero sabe usar sus fortalezas y, no lo duden, esperará su momento, que no está tan lejano. No exige, pero tampoco va a permitir el ninguneo de su territorio. Está llamada a ocupar lugar preferente en el futuro de este nuevo PPdeG.

Queda el verso libre que representa Manuel Baltar: el primero que apostó por la fórmula Rueda para la transición una vez que tuvo constancia de que él quedaba descartado al no ser parlamentario. Fue también quien de forma más vehemente defendió que en esta nueva etapa debe tenerse en cuenta el papel de las provincias, consciente de que en Ourense el PP logra los mejores resultados. Este jueves, en el primer encuentro público con Rueda, saldremos de dudas.

04 may 2022 / 00:00
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