Procesan a 79 miembros de una narcobanda con rama en Galicia

Otro duro golpe al narcotráfico llegó ayer... (en algún caso hasta Galicia) desde el Juzgado Central de Instrucción número 4 de la Audiencia Nacional (Madrid). Su titular, José Luis Calama, acordó el procesamiento de los miembros de una presunta narcobanda con ramificaciones en nuestra comunidad, así como Alicante, Barcelona y Valencia. Entre los acusados, 79 en total, destacan nombres como el de José Constante Piñeiro, conocido en su pueblo natal (Cambados) como Costiña y un habitual en este tipo de escenas... El gallego, que sería uno de los cuatro líderes del citado macrogrupo, desarticulado por medio de la Operación Beautiful, se habría encargado de organizar las importaciones de una coca con aroma a América Latina.

Según el auto del magistrado, él era el cuarto de la cúspide de la pirámide criminal y desempeñaba un papel fundamental en las operaciones de narcotráfico de la organización ya que se ocupaba de organizar el transporte de las principales importaciones de fariña de la narcobanda desde el punto de origen en Sudamérica hasta nuestro país.

Lo hacía, recoge el escrito, mediante embarcaciones nodrizas y pesqueras que realizaban el trasbordo en un punto en alta mar, previamente pactado, y a través de embarcaciones portacontenedores en las cuales se camuflaba la droga. Costiña era además el responsable de viajar al otro charco para negociar con el cartel, apunta el documento. Tras ello , se reunía con el resto para contarles novedades.

Y es que junto a José Constante Piñeiro, que se encargaba de la rama en Galicia, supuestamente encabezaban el ambicioso proyecto Juan Andrés Cabeza (líder de la rama de Alicante y conocido como el rey del coche de lujo por su gama alta de concesionarios), Falk (el líder de Barcelona) y Rubio (el líder en Valencia).

En este sentido, conforme explica el juez, los cuatro ostentaban la dirección de todo el entramado criminal, pues eran quienes hacían “la negociación, organización, planificación y financiación de las partidas de cocaína a gran escala procedentes de Sudamérica para su introducción en territorio español y europeo”. Lejos de quedarse ahí, también dirigían las principales operaciones de blanqueo de capitales de la narcobanda a través de entramados empresariales creados a tal fin.

uNA FIANZA DE 1.432 MILLONES POR CASI 3.800 KILOS DE COCaÍNA. De las diligencias llevadas a cabo en el marco de la instrucción, bajo la Operación Beautiful, José Luis Calama recordó que se incautaron casi 3.800 kilogramos de fariña. Asimismo, en la parte dispositiva de la resolución, calculó que el valor de las sustancias incautadas, respecto a su valor de venta al por mayor, ronda los 268 millones de euros, por lo que este miércoles fijó una fianza de casi 1.432 millones de euros para garantizar las responsabilidades pecuniarias.

De igual forma, señaló que aún hay seis investigados en paradero desconocido por lo que acordó mantener las órdenes de búsqueda y captura, y avanzó que se formará la correspondiente pieza separada si a la fecha de la conclusión del sumario no se lograse arrestar a los fugados.

ESCALAFÓN MEDIO: RESPONSABLES DE MOVER EL NARCÓTICO. A mayores de todo esto, y tras pronunciarse en relación a la narcocúpula, el juez aborda en su escrito el escalafón intermedio en el que estaban otros procesados, como Kristian S., que eran responsables de la distribución de la cocaína a media escala. Conforme hace constar Calama, estos dirigían sus respectivos grupos criminales compuestos por subalternos de confianza, aunque en todo momento supeditados a la rama principal y realizando incluso funciones menores de blanqueo de capitales.

“Esta rama, por tanto, es la encargada de la recepción de las sustancias estupefacientes que introduce en España la rama principal y distribuirla a escala intermedia entre los componentes de la rama de narcotráfico a menor escala”, agregó sobre la misma.

LAS ÚLTIMAS PIEZAS. Consecuentemente, el juez habla en su auto de un tercer nivel (el de enlace) que sería intermediario con el cartel de Sudamérica encargado de proveer la droga, indicando que los miembros pertenecientes a esta rama cobraban un beneficio porcentual en forma de comisión por su trabajo.

Por último, el nivel base, en el que estaban componentes como Francisco Javier C. --alias Checa--, tenía por objetivo el tráfico ilícito de drogas y el blanqueo de capitales pero a menor escala, así como la comisión de delitos violentos conexos a aquella actividad.

Ellos eran los encargados de distribuir la coca a pequeña escala entre traficantes de último nivel dedicados al menudeo. También se incluyen en este nivel los encargados de realizar actividades violentas como robos a otros traficantes, amenazas, extorsiones, ajustes de cuentas, cobros de deudas, secuestros, lesiones, asesinatos, etcétera.