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Europol detecta mayor violencia en las bandas que trafican con cocaína

// Negocian directamente con los cárteles en Colombia y utilizan a España como plataforma de distribución // Con sus propios medios están arrinconando a los narcotransportistas gallegos

“Más violento, diverso y competitivo: estas son las principales características del comercio de cocaína en Europa”. Son las conclusiones del nuevo informe Cocaine Insights, presentado hace unos días por Europol y la Oficina de las Naciones Unidas para la Droga y el Delito (ONUDD) en el que se describen las nuevas dinámicas del mercado de la cocaína, que, según los autores del trabajo “representa una clara amenaza para la seguridad europea y mundial”.

El estudio se elaboró como una parte del programa Fortalecimiento de la cooperación en materia de justicia penal a lo largo de las rutas del tráfico de drogas en el marco del Programa Global de Flujos Ilícitos de la Unión Europea y en él se hace constar que “la fragmentación del panorama criminal en los países de origen ha creado nuevas oportunidades para que las redes criminales europeas reciban un suministro directo de cocaína, eliminando a los intermediarios. Esta nueva competencia en el mercado ha llevado a un aumento de la oferta de cocaína y, en consecuencia, a más violencia”.

Los analistas llegaron a la conclusión de que grupos mafiosos albaneses y de los Balcanes están desplazando a los clanes tradicionales en el mercado de la cocaína. De esta forma se hicieron con el control en los puertos de Amberes, en Bélgica, y de Róterdam, Países Bajos, por los que actualmente se están introduciendo las mayores cantidades de coca, y se convierten en los principales suministradores en países como Alemania, Bélgica, Austria, Bulgaria, Grecia y Suiza y, por razones obvias, en el Este de Europa.

También eliminaron a la competencia en Reino Unido, colaboran con la Ndrangheta en Italia, y están empezando a introducirse en España, donde se refugiaron algunos de sus principales competidores como los holandeses de origen magrebí, o los tradicionales clanes británicos o irlandeses.

“Los monopolios anteriormente dominantes en el suministro mayorista de cocaína a los mercados europeos han sido desafiados por nuevas redes de tráfico. Las redes delictivas de los Balcanes Occidentales, por ejemplo, han establecido contactos directos con los productores y se han asegurado un lugar destacado en el suministro mayorista de cocaína”, se puede leer en el informe de Europol, cuyos agentes constatan que delincuentes albaneses se instalaron ya en Colombia y negocian directamente con los cárteles de aquel país, prescindiendo de todo tipo de intermediarios; es decir, realizando una labor que a finales del pasado siglo y en la primera década del actual realizaban los grupos de narcotraficantes gallegos.

Las relaciones entre colombianos y albaneses son muy fluidas y España sigue siendo un país utilizado como plataforma de distribución, de mercancía pero sobre todo de contactos por la facilidad con la que se mueven los sudamericanos en nuestro país. Además los grupos de los Balcanes, utilizando las rutas marítimas por las que siempre se movieron los narcotransportistas de Arousa, están estableciendo sus propios canales para transportar la cocaína y buena prueba de ello es que las últimas aprehensiones realizadas en las costas españolas fue en embarcaciones tripuladas por ciudadanos de países del Este europeo, sin presencia ni participación de gallegos.

Señalar que, de acuerdo con los datos que maneja el grupo InSight Crime, a partir del informe Cocaine Insights Report, “entre 2018 y 2020, de los capturados por tráfico de cocaína en Europa, 266 tenían nacionalidad albanesa, seguidos de los brasileños (257) y los colombianos (168). El siguiente país europeo que aparecía en la lista eran los Países Bajos, en el octavo lugar, con solo 51 nacionales detenidos”.

El informe rastreó la presencia de grupos mafiosos albaneses en Europa y Latinoamérica y “Europol identificó un énfasis inusual en el narcotráfico entre los grupos albaneses, en oposición a otras economías criminales. El 94 por ciento de los grupos criminales albaneses perfilados en 2019 tenía como principal actividad el narcotráfico, en comparación con el 38 por ciento de los actores criminales alemanes y el 30 por ciento de las bandas turcas”.

En febrero, una investigación de InSight Crime y Global Initiative Against Transnational Organized Crime sobre el canal de suministro de cocaína hacia Europa desveló que “las conexiones con los cárteles han permitido a los grupos narcotraficantes balcánicos posicionarse como uno de los principales beneficiarios de la bonanza de la producción de cocaína en Latinoamérica”.

“En las dos últimas décadas, ellos han hecho el trabajo de campo en Latinoamérica para establecer contactos y forjarse una reputación con los cárteles de drogas, y han desarrollado un historial a ambos lados del Atlántico de negociar grandes cargamentos de cocaína”, comentó Sasa Djordjevic, coordinador en campo para Serbia y Montenegro de Global Iniciative a InSight Crime.

En estos momentos, de acuerdo con los datos que maneja Europol, los albaneses compran cocaína por unos 2.000-4.000 dólares el kilo en Suramérica y revenden ese mismo kilo al por mayor a los narcotraficantes de toda Europa por 30.000-40.000. La primera cifra es menos de lo que pagaban los narcos gallegos en origen y la segunda... más de lo que percibían en destino.

balkan cartel
El último grupo interceptado

··· El pasado lunes la policía española informaba de la detención de 61 personas y la incautación de 4.100 kilos de cocaína y 600.000 euros en efectivo en el transcurso de una operación coordinada por Europol en la que se desarticuló a uno de los grupos de los Balcanes más activos de Europa. En las investigaciones participaron agentes antidroga de nuestro país, Alemania, Colombia, Croacia, Eslovenia y Serbia. La mayor parte de los apresados son ciudadanos albaneses, serbios, croatas y de Montenegro. Este grupo mafioso había cerrado el círculo del tráfico de cocaína ya que la adquirían directamente en Colombia, la transportaban hasta España y desde aquí la distribuían por toda Europa.

Sus miembros se movían por distintos países, aunque los principales líderes no participaban en actividades ilegales que pudieran involucrarles directamente. En España se movían principalmente por Madrid, Barcelona y Málaga y nunca contactaron con narcotransportistas gallegos.

Sigue reduciéndose el papel de los narcolancheros que trabajaban desde Arousa
Los tres grandes grupos de O Salnés resultaron ‘tocados’ últimamente y ahora “están hibernando”

Fue en las dos últimas décadas del siglo pasado cuando la mayor parte de los grandes señores del tabaco decidieron dar el paso al tráfico de hachís y cocaína. Ellos contaban con medios materiales y humanos y disponían de grandes cantidades de dinero. Coincidió en el tiempo con la decisión de las autoridades estadounidenses de poner precio a las cabezas de los grandes capos de los cárteles colombianos firmando un acuerdo con el gobierno de Bogotá para su extradición.

La presión de EEUU llevó a los hermanos Ochoa y a Gilberto Rodríguez Orejuela a buscar en España la puerta de entrada de la cocaína para Europa y rápidamente se dieron cuenta de que no encontrarían mejores socios que los excontrabandistas gallegos. “Gente muy profesional”, que decía Manquiña en Airbag, con contactos, dinero y una red de distribución en marcha.

Aquello fue coser y cantar, no tanto como se exageraba en Fariña, y pronto personajes como José Ramón Prado Bugallo, Sito Miñanco, tenían línea directa con Medellín o Cali. Durante esas dos décadas a través de las costas gallegas se inundó el continente de polvo blanco de la máxima pureza y, junto a la mafia italiana, eran los únicos interlocutores con los cárteles.

Con el cambio de siglo la situación mudó. La puesta en marcha de unidades especiales antidrogas en nuestra comunidad, la Udyco y el Greco de la Policía Nacional, y los ECO de la Guardia Civil junto al SVA, resultó muy efectiva y se lograron magníficos resultados tanto en incautación de toneladas de cocaína como en la detención de centenares de narcos, una nueva generación de jóvenes que trataban de emular a los capos veteranos.

El control policial fue de tal calibre que Galicia fue perdiendo el peso que tenía en el mundo del narcotráfico. Los nuevos líderes no tenían ni contactos ni medios económicos para jugar en la Champions del narcotráfico por lo que, poco a poco, fueron quedando relegados al papel de meros transportistas que cobraban una comisión a los verdaderos dueños de la droga, la mayor parte de ellos poderosas bandas de otros países europeos.

“Estamos ante otra dimensión del crimen y en Galicia ya nada funciona como antes”, afirmaba el compostelano Juan Carlos Carballal, juez en Vigo que participó en varias de las últimas investigaciones importantes (el juicio del Titán III se está desarrollando estos días). “Los grupos de la Europa del Este poseen una estructura impresionante, difícil de controlar en la inmensidad del océano y por el intenso tráfico en los puertos, y no pretenden competir con los carteles sudamericanos sino cooperar con ellos. Un emporio ante el que los gallegos pueden hacer una descarga a comisión, pero nada más”, añadió el prestigioso magistrado.

Antonio Duarte, comisario de la Brigada Central de Estupefacientes, lleva tiempo sosteniendo que “el traficante gallego ha perdido peso. Son más lancheros que nunca, hacen lo que saben hacer y aunque han tenido muchas caídas, siempre lo arreglan con otra operación”.

Se refiere más concretamente a las tres bandas que todavía perviven en la comarca de Arousa aunque, tras los golpes recibidos en la pandemia, “parece que están hibernando”, según un agente que lucha contra el narcotráfico en nuestra comunidad que prefiere mantener el anonimato. “Entre el narcosubmarino en la ría de Aldán, en noviembre de 2019, y tres operaciones durante el confinamiento pretendían introducir doce toneladas de cocaína en Galicia y se les incautaron más de ocho, lo cual es un durísimo golpe para cualquier organización”, añade la fuente.

Los grupos quedaron muy tocados y a lo largo de 2021 apenas se detectaron movimientos. “Uno de sus líderes lleva tiempo inactivo con su negocios legales, otro se recupera del último susto del que se libró por poco y el tercero, el más activo, sabe que está bajo control”, finaliza. La conclusión es que su papel es mínimo aunque, ya lo decía Duarte, en cualquier momento reaparecen con otra movida.

Cambian hachís por coca... En Sudamérica

Las bandas de los Balcanes están poniendo en práctica una nueva actividad delictiva: envían transportes de hachís y en los mismos barcos traen de vuelta a Europa cocaína. Lo hacen tras haber alcanzado un acuerdo con lo cárteles para intercambiar ambas drogas y de esa forma abaratar los costes. De acuerdo con los datos que manejan en Europol, esta práctica se detectó por vez primera en el año 2020, en pleno confinamiento. El pasado mes de junio, la Policía Federal y la Armada de Brasil interceptaron en alta mar a una embarcación con 4.305 kilogramos de hachís. El cargamento provenía de Marruecos y era el mayor de esa droga incautado en el país sudamericano. A un capo búlgaro, Dimitar Mitrin, alias Mitko, se le localizó información detallada de esta práctica tras ser detenido en la Costa del Sol por la policía española.

03 oct 2021 / 01:00
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