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Tendrá una superficie de 2.000 metros cuadrados y se dedicará al desarrollo de proyectos aeronáuticos TEXTO Ángel Arnáiz

Un hangar experimental de Indra en el polo de Rozas

La multinacional Indra S.A., socia de la Xunta de Galicia junto con la firma Babcock en la Civil UAVs Initiative del polo aeroespacial de Rozas, en el concello lucense de Castro de Rei, confirmó a esta redacción que ya ha obtenido la preceptiva licencia municipal de obra para la construcción de un hangar experimental en el polígono industrial de Rozas.

Se trata de una nave de 2.000 metros cuadrados de superficie, que contará con un espacio de oficinas y otro dedicado propiamente a la función de hangar, en el que se llevarán adelante las pruebas y labores de experimentación de los aparatos no tripulados. Además, según indicaron desde el gabinete de Indra, acogerá las instalaciones del centro de misión y procesado de datos (CMPD), elemento que recopila y trata los datos generados por los sensores de los UAVs, gestiona misiones y realiza el control remoto de los dispositivos.

El presupuesto de construcción de dicha nave asciende a un millón de euros y el plazo de ejecución de las obras se ha fijado en seis meses. Desde la empresa no han precisado la fecha de arranque de los trabajos, pero calculan que, una vez superada la situación de crisis sanitaria provocada por el coronavirus, se acometerán cuanto antes, para recobrar la normalidad en la actividad que desarrollan en el polo aeroespacial de Rozas en lo que atañe al diseño de sistemas de aparatos de vuelo no tripulados.

PERSONAL. En la sección de oficinas de la nave desarrollarán su trabajo 25 personas, aunque inicialmente serán 15 los profesionales que las ocupen, según precisaron desde Indra. Esos espacios estarán dedicados al desarrollo de productos aeronáuticos, principalmente para el Targus y para el avión de vigilancia P2006T MRI.

Este proyecto de la firma es uno de los seleccionados dentro de la primera fase del parque industrial de Rozas, en el que se contempla la construcción de más hangares y centros de investigación vinculados a la Civil UAVs Iniative impulsada por la Xunta.

La Administración autonómica elegía hace cuatro años a Indra y Babcock como socios privados para poner en marcha el polo aeroespacial de Rozas, comprometiendo una inversión de 115 millones de euros, de los que las empresas socias aportaban 75 y las arcas de la autonomía los 40 restantes.

El compromiso adquirido incluía el desarrollo de tres aparatos no tripulados, guiados por control remoto: el Targus, de Indra; el helicóptero Lúa de Babcock y, de manera conjunta, una embarcación con un micro robot submarino.

TARGUS, UN PIONERO. El dron Targus es fruto de un proyecto de Indra para crear una aeronave opcionalmente tripulada (OPV). El aparato, con un peso de 1.250 kilogramos, a finales del pasado año consiguió la preceptiva autorización de la Agencia Europea de Seguridad Aérea (Easa) para el inicio de las pruebas de vuelo.

La previsión de la empresa era llevar adelante los ensayos del prototipo a partir del mes de abril de este año, pero las circunstancias derivadas de la pandemia, con el consiguiente parón en la actividad, han retrasado, por el momento, esas pruebas de vuelo.

COMPROBACIONES Según había anunciado Indra en su día, el objetivo de las pruebas pasa por comprobar que las modificaciones y sistema instalados en el avión “no alteran su comportamiento en vuelo remoto”. En ellas, el piloto en cabina cederá el mando al centro de control en tierra y solo intervendrá en caso de incidencia y en los momentos críticos del aterrizaje y despegue, según explicaron.

Estos ensayos con el pionero Targus estaba previsto que se prolongasen desde abril a lo largo de toda esta anualidad, plan que se ha visto finalmente truncado.

25 may 2020 / 00:07
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