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VIAJE HISTÓRICO. Siempre se habló de ello pero nunca antes se había detectado un batiscafo que hubiera cruzado el Atlántico, de Latinoamérica a Europa, cargado de cocaína TEXTO A.P.Fidalgo

Una leyenda urbana que se hizo realidad

El 24 de noviembre de 2019 es una fecha que ya forma parte de la historia de la lucha contra el narcotráfico en Galicia. Ese día se localizó en aguas de la ría de Aldán la primera embarcación semisumergible que cruzó el Océano Atlántico con sus bodegas cargadas de cocaína. Era una especie de leyenda urbana que artilugios similares habían realizado la travesía con éxito y moraban en el fondo del mar tras cumplir el objetivo. Las fuerzas antidroga a un lado y otro del océano hablaban de esa posibilidad recordando que los narcosubmarinos eran muy utilizados en las costas del Pacífico para burlar los controles y transportar la droga hacia Estados Unidos. Allí sí que se habían incuatado embarcacones ideadas para este cometido.

Pero nunca antes se había detectado en España este singular método para transportar droga y llevarla desde Latinoamérica hasta Europa. Y desde entonces tampoco se ha localizado ningún otra embarcación de este tipo, lo que no quiere decir que nos las haya habido, lo más parecido fue una especie de submarino de fabricación casera que el cubano Gilberto Morales, alias Fidel, estaba construyendo en Málaga cuando fue detenido. Este individuo trabajó varios años para Sito Miñanco y tuvo fijada su residencia en Santiago y O Milladoiro durante las casi dos décadas que pasó en Galicia trabajando para los clanes gallegos.

El batiscafo de Aldán era otra cosa. Tenía unas medidas de 21,47 metros de eslora y 2,1 metros de alto y fue construido por un grupo de ingenieros rusos que llevan residiendo en países de Sudamérica desde que se desmembró la Unión Soviética. Como la mayoría de las máquinas con tecnología rusa es un aparato bastante simple, construido con un conglomerado de fibra de vidrio, con un habitáculo y un pequeño timón. Le bautizaron Che, se supone que en honor al Che Guevara ya que estos individuos aterrizaron en el continente tras su paso por Cuba,” y solo iba a ser usado en esta ocasión, porque una vez que lograra traspasar la droga a otra embarcación, lo hundirían. Una práctica habitual entre los narcos.

Contaba Sagrario Ortega que “técnicamente eran un poco deficiente, pero estaba muy bien diseñado para pasar inadvertido en el mar, ya que aunque estas naves no se sumergen del todo, solo queda al descubierto una mínima parte que, incluso, llega a camuflarse con el agua”.

Inicialmente iba a ser un conocido piloto de planeadoras de la ría de Arousa, con mucha experiencia en este mundo, el que se iba a encargar de realizar la travesía. A última hora renunció y tuvieron que activar el Plan B. Alguien se puso en contacto con una aventurero como Agustín Álvarez, un vigués de 29 años que había sido boxeador, contaba con conocimientos de navegación ya que tenía título de patrón de costa y estaba realizando un curso de aviación proponiéndole el trabajo.

Recibió un adelantó de 50.000 dólares más una cantidad para los gastos. al completar el trayecto recibiría una cantidad algo superior. Paralelamente los dos primos ecuatorianos Luis Tomás y Pedro Roberto, mecánicos y con experiencia en el mar como marineros, fueron convencidos por el cartel colombiano y recibieron 5.000 dólares cada uno en su primera entrega y volaron desde su país a Manaos y de allí a la zona portuaria de Macapá.

“Entre 12 y 16 horas navegaron con el semisumergible por el Amazonas hasta llegar a su desembocadura. Ya en el mar, la tripulación confiaba en que su travesía hasta Europa no superara los 15 días, pero tres temporales, que en el Atlántico son más bien huracanes, les prolongó el viaje otros 15 días más. Lo pasaron bastante mal. Tuvieron complicaciones técnicas también y vieron peligrar su vida”, relataba el capitán Fran Torres, jefe de los Equipos contra el Crimen Organizado (ECO) de la Guardia Civil.

Una vez en las costas gallegas descubrieron que los habían dejado tirados e intentaron una última y desesperada maniobra. Los tres tripulante de este histórico viaje ahora en la cárcel esperan el inicio del juicio y la única duda es si contarán algo o permanecerán callados.

04 jul 2021 / 01:00
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