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El presidente del CPEIG, flamante miembro del club Gallegos del Año

El ingeniero en Informática Fernando Suárez celebra el décimo aniversario de la entidad, que capitanea desde su creación // “El reconocimiento a la profesión posiciona al sector. Es una alegría”

Con enormes dosis de ilusión, responsabilidad y amplitud de miras, este periódico ha comenzado la búsqueda de nuevos miembros del selecto club Gallegos del Año.

Y sin atisbo de duda, el Grupo Correo Gallego ha decidido que el ingeniero en Informática Fernando Suárez Lorenzo, que preside el Colexio Profesional de Enxeñaría en Informática de Galicia (CPEIG), sea el primer ­elegido que forme parte de la XXIX edición.

Ferrolano del 73, confiesa que se siente “muy honrado de pertenecer a este club”, aunque es cierto “que cuando te conceden un premio, te das cuenta de la responsabilidad que conlleva. Es una gran alegría, obviamente personal, pero también para la profesión por el hecho de que se distinga implícitamente a la Ingeniería en Informática, una titulación con dificultades para el reconocimiento público, que no está regulada todavía. Esto posiciona al sector. Somos, además, la ingeniería más joven, pues aunque estamos celebrando los primeros cuarenta años, deberíamos estar más ­avanzados”.

Presidente del CPEIG desde su fundación –celebra diez años al frente–, reconoce que “ha valido mucho la pena crearlo” a pesar de las ­dificultades.
“Hubo sufrimiento, y hay momentos difíciles, mucho esfuerzo, mucho trabajo, mucha gente y muchos sectores detrás de este proyecto”.

Eso sí, momentos buenos no faltan. Sobre todo, “le guardo un especial cariño a todo lo que tiene que ver con los niños, un sector ­fundamental para el futuro de nuestro país. Es fundamental educarlos en tecnología”.
Resulta muy “agradecido y enriquecedor” trabajar con ellos gracias al programa Navega con Rumbo, “el evento más bonito de todos los que celebramos en el CPEIG”, además de Rapaciñ@s o la Noite da Informática, “que ­está ­totalmente consolidada a día de hoy”.

Sin embargo, aún quedan “muchos muros que destruir, pues los padres todavía influyen muchísimo en la decisión que toman los niños en su futuro profesional”.

Faltan muchos referentes, como una gran película en la que un informático sea una persona que “sirva de espejo para los niños, especialmente para las niñas. Porque yo creo que si te gusta la tecnología, no tienes que verla como un fin en sí misma, sino como un medio para desarrollar tu carrera en cualquier ­ámbito”.

Y es que no olvidemos que la informática se ha convertido en la base tecnológica de todas las esferas de la ­existencia del hombre, pues se utiliza en la educación, la medicina, la investigación, las comunicaciones, el ­transporte...

Cuenta que estudió Informática en la UDC casi por casualidad. De hecho, le debe al rector Juan Casares –“amigo de mis padres”– el haber estudiado esa titulación.

“Cuando acabé COU no ­tenía claro qué estudiar. Ese ­verano me dejó un ordenador y más o menos me convenció de que era una carrera nueva que tendría muchísimo futuro”. Y no se equivocó.

Luego decidió hacer oposiciones “porque siempre estuve vinculado con el servicio público”, quizás por influencia de “mis padres, ambos maestros. Por eso veo al CPEIG como un medio para ayudar a los demás”, afirma.

MAGIA. Por otro lado, cuenta que tal vez la gente piensa que la informática tiene un “componente de magia, que efectivamente tiene, pero necesita mucho trabajo, mucho esfuerzo y mucha inversión, mucha capacitación. Se está avanzando mucho”.

Además, “debería haber una mejor y mayor comunicación a todos los niveles para que se perciba lo que estamos haciendo y, así, generar confianza”, puesto que la tecnología “es mucho más segura que el entorno tradicional, más físico”.

Asimismo, explica que la informática “es la herramienta que más puede contribuir a la transparencia, es la herramienta más democratizadora ­inventada por el ser humano”. Por lo tanto, “es una oportunidad para mejorar y tener una sociedad más justa”.

Desde mayo de 2016 desarrolla su actividad profesional en la Axencia de Modernización Tecnolóxica de Galicia (Amtega), como jefe del Departamento de Sistemas.

Previamente, desde 2006, trabajó en el Ayuntamiento Santiago, primero como jefe de Sistemas y Comunicaciones y, posteriormente, como jefe de Innovación, liderando el proyecto Smart iAgo, estrategia de Smart City en una Ciudad Patrimonio –donde trabajó mano a mano con José Oreiro, en la actualidad, secretario xeral del Consello Consultivo–.

El objetivo último de este proyecto multidisciplinar es mejorar, a través de la tecnología, la innovación y de un planteamiento sostenible y sostenido en el tiempo, las condiciones de calidad de vida y cohesión social de los ciudadanos en una dimensión a medio-largo plazo.

“Fue un proyecto ilusionante. Es una pena que, al menos desde el punto de vista del ciudadano, no haya avanzado. Una iniciativa así no puede hacerse de espaldas a él”.

Actualmente, es también vicepresidente primero del Consejo General de Colegios de Ingeniería en Informática, cargo en el que permanece desde el año 2009.

Soy de las que piensan que para ser un gran profesional uno debe ser aun mejor persona. Fernando Suárez reúne, sobradamente, méritos y capacidades. ¡Enhorabuena!

Sus referentes: su abuelo José y Mandela

••• “Siempre tuve una referencia muy marcada, mi abuelo paterno, José, quien me enseñó a leer. Fue un ejemplo de esfuerzo, trabajo, integridad y valores. Con el paso del tiempo, admiro mucho a mi madre, también por su dedicación a la familia, que no busca nada a cambio, exigente pero cariñosa”.
••• Mandela, “una persona luchadora, demostró no tener rencor en una situación muy compleja. Transmitió siempre los valores de la importancia de la educación para el progreso de un país”.
••• Amistad: “Pienso en Martín, totalmente modesto, humilde, un amigo de verdad. Me siento muy afortunado porque además de los amigos del CPEIG, mantengo los de la infancia y de la universidad. Fran es como un hermano, que en momentos personales muy duros estuvo ahí siempre...
••• ...Y ahora tengo un apoyo en lo personal, con quien puedo descargarme y relajarme. Tener a alguien que te comprenda y te entienda es absolutamente fundamental.
Además, cuando pienso en el futuro, también pienso en mis hijos. Me siento con una gran responsabilidad de que sean personas con valores. Todo lo que hago está influenciado por ellos”.

04 dic 2020 / 19:39
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